1949 Acta 31 de mayo
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<strong>31</strong> <strong>de</strong> Mayo <strong>1949</strong><br />
INTRODUCCION<br />
El 20 <strong>de</strong> <strong>mayo</strong> <strong>de</strong> 1945, al término <strong>de</strong> la Segunda Guerra Mundial, <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber sido<br />
liberado <strong>de</strong>l campo <strong>de</strong> concentración <strong>de</strong> Dachau, el P. Kentenich regresó a Schoenstatt. Su<br />
retorno fue el inicio <strong>de</strong> un período <strong>de</strong> gran<strong>de</strong>s bendiciones para la Familia. La corriente <strong>de</strong><br />
gracias y <strong>de</strong> vida que tuvo su origen el 20 <strong>de</strong> Enero <strong>de</strong> 1942 y que había plasmado el Jardín<br />
<strong>de</strong> María, significaba la maduración interna <strong>de</strong> Schoenstatt. Los lazos con el Fundador se<br />
habían hecho aún más estrechos. La Familia lo reconocía como su fundador y cabeza, y esta<br />
convicción se expresaba en la adhesión y seguimiento a su persona.<br />
En Dachau el Padre había confirmado el carácter marcadamente sobrenatural <strong>de</strong> la Obra y<br />
había sentido la urgencia <strong>de</strong> que Schoenstatt llegase a ser plenamente activo y fecundo en el<br />
seno <strong>de</strong> la Iglesia. Percibía con claridad que el proceso cultural conducía al Occi<strong>de</strong>nte a su<br />
ruina. Y, por otra parte, estaba convencido <strong>de</strong> la importancia <strong>de</strong>l mensaje mariano <strong>de</strong><br />
Schoenstatt para vencer la mentalidad mecanicista que amenazaba no sólo a la cultura<br />
actual sino la misma vida <strong>de</strong> la Iglesia. Por eso sentía la urgencia <strong>de</strong> ofrecer a ésta el don <strong>de</strong><br />
Dios que significaba Schoenstatt para este tiempo <strong>de</strong> cambio histórico. Con este fin -una<br />
vez libre <strong>de</strong>l campo <strong>de</strong> concentración- buscó activamente que la jerarquía se interesara por<br />
el carisma <strong>de</strong> Schoenstatt, que lo valorara y lo recibiera.<br />
A partir <strong>de</strong> 1947, el Padre emprendió sucesivos viajes al extranjero. Quería visitar a los<br />
suyos y fortalecer en las Familias locales la vida naciente y transmitirles la riqueza que<br />
Schoenstatt había experimentado a raíz <strong>de</strong> la profundización <strong>de</strong> la Alianza <strong>de</strong>l 20 <strong>de</strong> Enero<br />
<strong>de</strong> 1942.<br />
Las iniciativas <strong>de</strong>l P. Kentenich tendientes a que la jerarquía se ocupara <strong>de</strong> Schoenstatt no<br />
tuvieron el éxito que él esperaba. En diversos sectores se constataban críticas al<br />
Movimiento. Estas condujeron a que se <strong>de</strong>signara una visitación diocesana a Schoenstatt <strong>de</strong><br />
parte <strong>de</strong>l obispado <strong>de</strong> Tréveris. El juicio <strong>de</strong>l visitador, en general, fue positivo. Sin embargo,<br />
en su informe hizo observaciones y reparos referentes a la pedagogía que había aplicado el<br />
P. Kentenich. Esto motivó al fundador -que en ese momento se encontraba en Argentina- a<br />
escribir una extensa respuesta a las observaciones <strong>de</strong>l visitador. Tras los reparos <strong>de</strong> éste, él<br />
constataba una mentalidad que, a su juicio, acarreaba fatales consecuencias para la Iglesia y<br />
la cultura <strong>de</strong> Occi<strong>de</strong>nte.<br />
El P. Kentenich había sido invitado a ben<strong>de</strong>cir, en Santiago <strong>de</strong> Chile, el nuevo santuario<br />
construido junto a los An<strong>de</strong>s, en Bellavista. Casi sin dinero, pero con mucha confianza en la<br />
Virgen, la pequeña Familia en Chile había logrado construir el Santuario. Las contribuciones<br />
al Capital <strong>de</strong> Gracias y el esfuerzo <strong>de</strong> todos habían hecho posible este acontecimiento.<br />
El Padre llegó a Santiago, proce<strong>de</strong>nte <strong>de</strong> Argentina, el 17 <strong>de</strong> Mayo. Durante ese período, en<br />
la medida que se lo permitían sus activida<strong>de</strong>s, se <strong>de</strong>dicó a escribir incesantemente su<br />
respuesta al visitador. El 20 <strong>de</strong> Mayo bendijo el Santuario Cenáculo en Bellavista.<br />
Pocos días <strong>de</strong>spués, en el atar<strong>de</strong>cer <strong>de</strong>l <strong>31</strong> <strong>de</strong> Mayo, el P. Kentenich se dirige, con algunas<br />
Hermanas <strong>de</strong> María, al Santuario. Ha terminado la primera parte <strong>de</strong> su respuesta y quiere<br />
ofrecérsela a la Santísima Virgen en esa fecha en que -<strong>de</strong> acuerdo a la costumbre <strong>de</strong><br />
Alemania- se celebra el término <strong>de</strong>l Mes <strong>de</strong> María. Depositando su escrito sobre el altar <strong>de</strong>l
<strong>31</strong> <strong>de</strong> Mayo <strong>1949</strong><br />
Santuario, pronunció una plática que marcó lo que más tar<strong>de</strong> se llamará “Tercer Hito en la<br />
historia <strong>de</strong> Schoenstatt”.<br />
El P. Kentenich se daba plenamente cuenta <strong>de</strong> que enviar su respuesta a los obispos y<br />
exponer claramente su pensamiento implicaba para él y para el Movimiento un<br />
extraordinario riesgo, que su franqueza podía ser interpretada como altanería y sus i<strong>de</strong>as ser<br />
rechazadas. Pero estaba convencido que la Divina Provi<strong>de</strong>ncia le pedía hablar, que el<br />
carisma <strong>de</strong> Schoenstatt al servicio <strong>de</strong> la Iglesia no <strong>de</strong>bía permanecer oculto. Por eso, estaba<br />
también dispuesto a sacrificarlo todo, aún aquello que él más -su Obra- por amor a la<br />
Iglesia.<br />
En esa misma ocasión, el P. Kentenich realiza un nuevo acto <strong>de</strong> envío para el naciente<br />
Schoenstatt en Chile y para toda la Familia. Proclama una cruzada por la victoria <strong>de</strong>l pensar,<br />
vivir y amar orgánicos, por la perfecta restauración <strong>de</strong>l organismo natural y sobrenatural <strong>de</strong><br />
vinculaciones: “Creemos -afirma en su plática- que tenemos que ofrecernos como<br />
instrumentos para impulsar una contracorriente que vuelva a los países <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los cuales un<br />
día estos pueblos recibieron su cultura, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los cuales también nosotros hemos sido<br />
abundantemente beneficiados”.<br />
Con este paso, el P. Kentenich daba inicio a un cierto "cambio en la circulación <strong>de</strong> la<br />
sangre" en el Schoenstatt internacional: era el comienzo <strong>de</strong> la “<strong>mayo</strong>ría <strong>de</strong> edad” para<br />
Schoenstatt fuera <strong>de</strong> Alemania. Los santuarios filiales, guardando la <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia<br />
fundamental <strong>de</strong>l santuario original, adquirían una responsabilidad peculiar y recibían el<br />
llamado a tomar conciencia <strong>de</strong> su misión particular <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> la estructura orgánica <strong>de</strong> la<br />
Familia.<br />
El <strong>31</strong> <strong>de</strong> Mayo <strong>de</strong> <strong>1949</strong> marcó el inicio <strong>de</strong> lo que serían catorce años <strong>de</strong> cruz para el P.<br />
Kentenich y para la Familia. No se hizo esperar mucho la reacción <strong>de</strong> parte <strong>de</strong> la jerarquía.<br />
Esta vez Roma, a través <strong>de</strong>l Santo Oficio, dispuso una visitación apostólica. El nuevo<br />
visitador <strong>de</strong>cretó la separación <strong>de</strong>l Padre <strong>de</strong> su Obra y su exilio en Milwaukee. 1 Sólo en<br />
Octubre <strong>de</strong> 1965, junto con llegar a su término el Concilio Vaticano II, el P. Kentenich<br />
recibiría nuevamente la libertad <strong>de</strong> acción que le había sido negada y serían levantadas todas<br />
las limitaciones y prohibiciones que se le habían impuesto a él y a la Familia.<br />
1 Para <strong>mayo</strong>r información ver: P. José Kentenich, Historia <strong>de</strong>l <strong>31</strong> <strong>de</strong> Mayo, Editorial Patris; P.<br />
Rafael Fernán<strong>de</strong>z, El <strong>31</strong> <strong>de</strong> Mayo, una misión para nuestro tiempo, Editorial Patris.
Santo es este lugar<br />
<strong>31</strong> <strong>de</strong> Mayo <strong>1949</strong><br />
TEXTO DE LA HOMILÍA<br />
(1) Es como si el ambiente <strong>de</strong>l hogar nos ro<strong>de</strong>ara en estos momentos, como si ángeles<br />
estuviesen en medio <strong>de</strong> nosotros y nos dijesen: “¡Quítate el calzado, porque el lugar que<br />
pisas es tierra santa!” 2 . Sí, santo es este lugar y seguirá haciéndose más y más santo; tierra<br />
santa es ésta, porque la Santísima Virgen ha escogido este terruño; tierra santa, porque en el<br />
transcurso <strong>de</strong> los años, <strong>de</strong> los <strong>de</strong>cenios y <strong>de</strong> los siglos, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> este lugar surgirán, crecerán y<br />
serán fecundos hombres santos. Éste es un lugar santo, finalmente, porque <strong>de</strong>s<strong>de</strong> aquí se<br />
impondrán santas tareas, es <strong>de</strong>cir, tareas que santifican, sobre débiles hombros.<br />
Una corriente <strong>de</strong> retorno<br />
(2) Es un hecho histórico que Schoenstatt ha venido hasta nosotros: el Schoenstatt <strong>de</strong><br />
origen al nuevo Schoenstatt. Des<strong>de</strong> hoy en a<strong>de</strong>lante, otro hecho ha <strong>de</strong> llegar a ser realidad<br />
histórica: Des<strong>de</strong> hoy -así me parece- tenemos que cuidar, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> aquí, que el nuevo<br />
Schoenstatt encuentre su camino <strong>de</strong> retorno hacia el Schoenstatt <strong>de</strong> origen. El torrente <strong>de</strong><br />
gracias, que vino <strong>de</strong>s<strong>de</strong> allá en la plenitud <strong>de</strong> la Tercera <strong>Acta</strong> <strong>de</strong> Fundación y que sigue<br />
<strong>de</strong>rramándose, quiere volver a la fuente primitiva llevándole abundante bendición. Éste es el<br />
profundo sentido <strong>de</strong> esta celebración. Ella tiene un doble carácter: <strong>de</strong> obsequio feliz y <strong>de</strong><br />
pesada misión.<br />
Un trabajo hecho en común<br />
(3) Nos hemos reunido aquí en esta tranquila hora vespertina para entregar solemnemente a<br />
la Santísima Virgen el trabajo que para ella hemos hecho en común. Digo que fue un trabajo<br />
hecho en común, porque, mientras yo escribía día y noche, uste<strong>de</strong>s silenciosamente<br />
imploraban para mí el Espíritu Santo en nuestro Cenáculo. Uste<strong>de</strong>s no se cansaron <strong>de</strong><br />
ofrecer sacrificios por la misma intención en forma aún más intensa, y, sobre todo, se<br />
esforzaron por tomar en serio la Inscriptio en la vida cotidiana.<br />
(4) Con la entrega solemne que hacemos <strong>de</strong> este trabajo, aceptamos una carga que hombros<br />
humanos no pue<strong>de</strong>n llevar por sus propias fuerzas. Pero también esperamos para Occi<strong>de</strong>nte,<br />
sobre todo para nuestra patria 3 , una gran bendición. Des<strong>de</strong> allá fuimos enviados como<br />
instrumentos en las manos <strong>de</strong> la Madre y Reina Tres Veces Admirable <strong>de</strong> Schoenstatt para<br />
ayudar a realizar acá los planes <strong>de</strong> la sabiduría y <strong>de</strong>l amor divinos. Y nosotros tratamos <strong>de</strong><br />
hacer todo lo que estuvo en nuestras fuerzas.<br />
Ganar una influencia más po<strong>de</strong>rosa<br />
(5) ¿No es acaso un regalo suyo, una retribución a nuestro empeño, un reconocimiento, un<br />
honor para nosotros, que la Santísima Virgen nos quiera usar <strong>de</strong>s<strong>de</strong> acá, a partir <strong>de</strong> este día,<br />
para ganar una influencia más po<strong>de</strong>rosa en la forjación <strong>de</strong> los <strong>de</strong>stinos <strong>de</strong> la Iglesia en el<br />
espacio cultural <strong>de</strong> Occi<strong>de</strong>nte? Por cierto, cuando escuchamos la palabra "Occi<strong>de</strong>nte",<br />
pensamos siempre en primer lugar en Alemania.<br />
2 Ex 3,5.<br />
3 Se refiere a Alemania
<strong>31</strong> <strong>de</strong> Mayo <strong>1949</strong><br />
Intercambio <strong>de</strong> <strong>de</strong>svalimiento, disponibilidad y fi<strong>de</strong>lidad<br />
(6) ¿Puedo expresar lo que mueve nuestra alma en estos momentos? ¿Puedo revestir <strong>de</strong><br />
palabras lo que siente nuestro corazón? Venimos para ofrecer y recibir regalos.<br />
Intercambiamos con la Santísima Virgen todo nuestro <strong>de</strong>svalimiento, nuestra disponibilidad<br />
y nuestra fi<strong>de</strong>lidad. Le regalamos nuestro <strong>de</strong>svalimiento y ella nos regala su <strong>de</strong>svalimiento.<br />
Le regalamos nuestra disponibilidad y ella nos regala su disponibilidad. Le regalamos<br />
nuestra fi<strong>de</strong>lidad y ella nos regala su fi<strong>de</strong>lidad.<br />
(7) Esta contraposición nos recuerda espontáneamente que la Alianza es el pensamiento<br />
central que nos mueve, que nos impulsa constantemente hacia a<strong>de</strong>lante y que, a<strong>de</strong>más, nos<br />
asegura una paz inalterable en todas las situaciones. También ahora la Alianza está en el<br />
primer plano <strong>de</strong> nuestros intereses. Ella nos da respuesta a todas las preguntas que<br />
requieren una solución. Los dos aliados, que <strong>de</strong>s<strong>de</strong> hace tanto tiempo se pertenecen el uno<br />
al otro, vuelven a encontrarse ahora en este lugar santo. ¿Y qué quieren?...<br />
Lo que nosotros traemos, lo que regalamos, es nuestro <strong>de</strong>svalimiento.<br />
Desvalimiento económico<br />
(8) Se trata <strong>de</strong> un <strong>de</strong>svalimiento económico. Deténganse ahora un momento. Pienso, en<br />
primer lugar, en quienes tienen la responsabilidad por los asuntos económicos. Ahora<br />
quieren ofrecer sencillamente, con toda la ternura que guardan en su alma, este<br />
<strong>de</strong>svalimiento a nuestra Madre celestial. Lo hacemos porque la Santísima Virgen habita<br />
aquí, ofreciéndole a ella nuestro total <strong>de</strong>svalimiento.<br />
Desvalimiento físico<br />
(9) Se trata también <strong>de</strong> un <strong>de</strong>svalimiento físico. Quienes han venido hasta acá, pronto han<br />
percibido las inconveniencias <strong>de</strong>l clima. El cuerpo rápidamente siente su <strong>de</strong>bilidad. ¡Y si<br />
pensamos que sobre estos débiles hombros ha <strong>de</strong> ser edificado un mundo, un mundo nuevo!<br />
Nuestro cuerpo es <strong>de</strong>masiado débil frente al clima, frente a las tareas que se nos ha<br />
confiado.<br />
Desvalimiento espiritual<br />
(10) ¿Qué le regalamos a la Santísima Virgen? Llegamos con las manos colmadas: Traemos<br />
nuestro <strong>de</strong>svalimiento económico, nuestro <strong>de</strong>svalimiento físico, pero también nuestro<br />
<strong>de</strong>svalimiento espiritual. Nosotros, especialmente los que venimos <strong>de</strong> Alemania, aunque<br />
espiritualmente somos ágiles, ¡cuán fuerte sentimos nuestro <strong>de</strong>svalimiento! ¡qué impotencia<br />
no po<strong>de</strong>r hablar bien el idioma! ¡qué <strong>de</strong>svalidos nos sentimos para transmitir nuestro mundo<br />
espiritual! El corazón rebosa, la cabeza está plena y, sin embargo, no puedo hablar. Así le<br />
suce<strong>de</strong> a casi todas. Y aunque se domine más o menos bien el idioma, expresarse con<br />
facilidad y captar el alma <strong>de</strong>l pueblo, no se consigue tan pronto. Éste es nuestro<br />
<strong>de</strong>svalimiento espiritual. Con todo el fervor <strong>de</strong> nuestra alma ofrecemos este <strong>de</strong>svalimiento a<br />
María Santísima.<br />
Desvalimiento moral
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(11) El <strong>de</strong>svalimiento que todos sentimos más profundamente es nuestro <strong>de</strong>svalimiento<br />
moral. Allí don<strong>de</strong> se ha <strong>de</strong>spertado el amor filial, ¡cuánta impotencia se llega a sentir! Cada<br />
grado <strong>de</strong> amor filial profundiza la conciencia <strong>de</strong> nuestra <strong>de</strong>bilidad. Sólo cuando el niño es<br />
pequeño, pue<strong>de</strong> ser gran<strong>de</strong>. Ofrecemos así también todo nuestro <strong>de</strong>svalimiento moral. Esto<br />
nos ocurre a todos, sin excepción: cuanto más nos acercamos a Dios, tanto más percibimos<br />
también la oscuridad en nuestra alma. De este modo ofrecemos a la Santísima Virgen todo<br />
nuestro <strong>de</strong>svalimiento.<br />
Desvalimiento religioso<br />
(12) Y, por último, le regalamos también nuestro <strong>de</strong>svalimiento religioso. ¡Cuántas veces<br />
nos sentimos fríos y <strong>de</strong>svalidos ante Dios! Queremos ser hogueras que ardan por Cristo y<br />
por lo divino. Esto tiene un profundo sentido: por una parte, el ferviente anhelo, y por otra,<br />
experimentamos justamente lo contrario a lo que es ar<strong>de</strong>r como una hoguera. Por eso<br />
venimos hasta aquí y le regalamos este múltiple <strong>de</strong>svalimiento a María Santísima.<br />
Dios nos ha confiado una gran tarea para Occi<strong>de</strong>nte: vencer el pensar mecanicista<br />
(13) El <strong>de</strong>svalimiento <strong>de</strong> uno <strong>de</strong> los contrayentes consiste, principalmente, en el apremio<br />
interior a causa <strong>de</strong> la pesadísima tarea que ahora se le ha vuelto a confiar y que ha vuelto a<br />
asumir para Occi<strong>de</strong>nte… Les he señalado la gran tarea que tenemos aquí en Chile como<br />
pequeña Familia. Sin embargo, el motivo que nos reúne hoy, en esta tar<strong>de</strong>, indica que Dios<br />
nos ha confiado una gran tarea para todo el mundo, especialmente para Europa, para el<br />
Occi<strong>de</strong>nte. ¿De qué tarea se trata? Se trata <strong>de</strong> <strong>de</strong>senmascarar y sanar en su raíz el germen<br />
<strong>de</strong> la enfermedad que aqueja al alma occi<strong>de</strong>ntal: el pensar mecanicista.<br />
(14) Tengo suficientes razones para suponer que Dios ha impuesto, en este sentido, una<br />
pesada carga sobre los hombros <strong>de</strong> nuestra Familia. La ley <strong>de</strong> la "puerta abierta" me<br />
convence <strong>de</strong> ello... Eso sí, quien tiene una misión, <strong>de</strong>be serle fiel y cumplirla.<br />
(15) Si pienso cómo Dios ha dispuesto todo. Lo que ahora he escrito al episcopado alemán<br />
necesariamente causará heridas. Y, por esto, caminamos con un gran <strong>de</strong>svalimiento. ¿Quién<br />
se arriesga a presentarse ante las autorida<strong>de</strong>s <strong>de</strong> la Iglesia tal como lo hacemos nosotros,<br />
por medio <strong>de</strong> este trabajo tan trascen<strong>de</strong>ntal? Algo así pue<strong>de</strong> tener muy mal resultado. Pero<br />
quien tiene una misión ha <strong>de</strong> ser fiel a ella.<br />
La lucha personal en su juventud<br />
(16) ¡Desvalimiento! Si recuerdo cómo todo se ha ido gestando. Todo es un don<br />
extraordinariamente gran<strong>de</strong> que me ha regalado Dios: la mentalidad orgánica opuesta a la<br />
mentalidad mecanicista. Esta fue la lucha personal <strong>de</strong> mi juventud. Dios me hizo vivir la<br />
lucha que hoy conmueve a Occi<strong>de</strong>nte hasta en sus raíces más profundas. Porque él me dio<br />
una inteligencia clara, tuve que pasar durante años por pruebas <strong>de</strong> fe. Lo que guardó mi fe<br />
durante todos esos años, fue un amor hondo y sencillo a María. El amor a María regala<br />
siempre, <strong>de</strong> por sí, esta manera <strong>de</strong> pensar orgánica.<br />
(17) Las luchas terminaron cuando fui or<strong>de</strong>nado sacerdote y pu<strong>de</strong> proyectar, formar y<br />
plasmar en otros, el mundo que llevaba en mi interior. El constante cavilar encontró<br />
sanación en la vida cotidiana. Esta es, a<strong>de</strong>más, la razón <strong>de</strong> por qué comprendo tan bien el<br />
alma mo<strong>de</strong>rna, aquello que causa tanta <strong>de</strong>sgracia en Occi<strong>de</strong>nte. ¿A quién <strong>de</strong>bo agra<strong>de</strong>cer
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todo esto? Es un gran regalo recibido <strong>de</strong> lo alto; sin duda, <strong>de</strong> la Santísima Virgen. De este<br />
modo pu<strong>de</strong>, a<strong>de</strong>más <strong>de</strong> la enfermedad, experimentar también en mi propia persona, y muy<br />
abundantemente, la medicina.<br />
Necesidad <strong>de</strong> <strong>de</strong>rrumbar el muro <strong>de</strong>l mecanicismo<br />
(18) La misión tan manifiesta <strong>de</strong> Schoenstatt para Occi<strong>de</strong>nte, especialmente para nuestra<br />
patria, frente al colectivismo que avanza po<strong>de</strong>rosamente y que <strong>de</strong>struye todo, se encuentra<br />
frente a un muro que sólo pue<strong>de</strong> ser <strong>de</strong>rrumbado, significativa y eficazmente, si se vence y<br />
aleja el mencionado bacilo.<br />
Misión <strong>de</strong> profeta y suerte <strong>de</strong> profeta<br />
(19) Uste<strong>de</strong>s, a su manera, pue<strong>de</strong>n llevar conmigo esta carga y compartir las tareas <strong>de</strong> la<br />
Familia. Pero tenemos que contar con que este trabajo hiera profundamente nobles<br />
corazones allá en la patria; que <strong>de</strong>spierte una gran indignación y provoque fuertes y duros<br />
contragolpes. No nos admiremos si este trabajo suscita un frente común, po<strong>de</strong>roso y unido,<br />
<strong>de</strong> hombres influyentes en contra mía y <strong>de</strong> la Familia. Humanamente hablando, tenemos que<br />
contar, por último, con que nuestro intento fracase por completo. Y, sin embargo, no<br />
po<strong>de</strong>mos sentirnos dispensados <strong>de</strong> correr este riesgo. ¡Quien tiene una misión ha <strong>de</strong><br />
cumplirla, aunque nos conduzca al abismo más oscuro y profundo, aunque exija dar un salto<br />
mortal tras otro! La misión <strong>de</strong> profeta trae siempre consigo suerte <strong>de</strong> profeta.<br />
Impulsar una contracorriente<br />
(20) Vemos cómo Occi<strong>de</strong>nte camina a la ruina y creemos que estamos llamados <strong>de</strong>s<strong>de</strong> aquí<br />
a realizar un trabajo <strong>de</strong> rescate, <strong>de</strong> construcción y <strong>de</strong> plenificación <strong>de</strong> lo construido.<br />
Creemos que es <strong>de</strong>ber nuestro ofrecernos como instrumentos para impulsar una<br />
contracorriente, que vuelva a los países <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los cuales un día estos pueblos recibieron su<br />
cultura, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los cuales también nosotros hemos sido abundantemente beneficiados.<br />
(21) Por eso tenemos el valor <strong>de</strong> <strong>de</strong>cir con San Pablo: "Non possum non predicare!", ¡no<br />
puedo <strong>de</strong>jar <strong>de</strong> predicar! ¡No puedo hacer otra cosa, <strong>de</strong>bo esgrimir la palabra! 4<br />
(22) Uste<strong>de</strong>s compren<strong>de</strong>n cuán gran<strong>de</strong> es esta gigantesca tarea en comparación con nuestro<br />
<strong>de</strong>svalimiento. Nos sentimos como David enfrentándose con Goliat 5 . Pienso en el salto<br />
mortal que tuve que arriesgar en 1942 y estoy consciente <strong>de</strong> que esta vez se repite. Si no<br />
contáramos con la disposición a ayudarnos <strong>de</strong> parte <strong>de</strong> la Santísima Virgen, nunca nos<br />
atreveríamos a dar este paso tan crítico.<br />
El <strong>de</strong>svalimiento <strong>de</strong> la Santísima Virgen<br />
(23) Por otra parte, si uste<strong>de</strong>s me compren<strong>de</strong>n bien, podría agregar que no sólo yo, no sólo<br />
nosotros, sino también la Santísima Virgen está <strong>de</strong>svalida ante esta situación. Es cierto que<br />
ella es la Omnipotencia Suplicante ante el trono <strong>de</strong> Dios, pero también es cierto que según<br />
los planes <strong>de</strong>l Amor Eterno, ella está supeditada a instrumentos humanos dóciles y <strong>de</strong> buena<br />
voluntad. Si -como lo dice el Primer Documento <strong>de</strong> Fundación- ella ha asumido la tarea <strong>de</strong><br />
mostrarse en Alemania, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> nuestro Santuario, en forma preclara, como la vencedora <strong>de</strong><br />
4 En Hech. 4,20, pronuncia San Pedro estas palabras. Ver también 1 Cor.9,16.<br />
5 1Sam 17.
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los errores colectivistas, entonces ella -me expreso a la manera humana- busca ansiosa con<br />
su mirada instrumentos que le ayu<strong>de</strong>n a realizar esta tarea.<br />
Nos ponemos enteramente a disposición <strong>de</strong> María<br />
(24) Por eso, queremos ofrecer a la Santísima Virgen nuestra buena voluntad, nuestra<br />
disponibilidad, y tenemos tanto interés en este trabajo. Lo importante es que siempre <strong>de</strong><br />
nuevo ofrezcamos a la Santísima Virgen nuestra buena voluntad, nuestra fi<strong>de</strong>lidad.<br />
(25) ¿Qué nos queda sino ponernos sin reservas a su disposición en el sentido <strong>de</strong> nuestra<br />
consagración, aceptar sus <strong>de</strong>seos, entregarnos nuevamente a ella y <strong>de</strong>jarle a ella la<br />
responsabilidad por la gran Obra, en la cual nosotros, <strong>de</strong>pendiendo <strong>de</strong> ella y por interés en<br />
su misión, queremos cooperar, sufrir, sacrificarnos y rezar? La Santísima Virgen está<br />
<strong>de</strong>svalida, ella sola no pue<strong>de</strong> realizar la tarea. Y nuestro honor es po<strong>de</strong>r ayudarla.<br />
Ella me pidió que yo le entregase todo<br />
(26) La Santísima Virgen tiene una gran tarea frente al Occi<strong>de</strong>nte. Una vez que me hizo<br />
compren<strong>de</strong>r esto, me pidió que yo también le entregase todo. Esto es lo hermoso, lo gran<strong>de</strong>,<br />
que nuevamente nos une: Presentamos a la Santísima Virgen nuestro <strong>de</strong>svalimiento, y ella<br />
nos regala su <strong>de</strong>svalimiento, pero también su disposición a ayudarnos. ¿Qué pi<strong>de</strong> en cambio<br />
<strong>de</strong> nosotros? Reconocer nuestro <strong>de</strong>svalimiento...<br />
(27) Claro es que quisiéramos pedir: Madre, quítanos todas las preocupaciones. Pero si<br />
éstas <strong>de</strong>saparecen ¿qué sería <strong>de</strong> nosotros? Podríamos <strong>de</strong>cir las más lindas palabras, pero<br />
estaríamos saturados <strong>de</strong> egoísmo<br />
María nos regala su po<strong>de</strong>r y su fi<strong>de</strong>lidad<br />
(28) Ella viene hasta nosotros como la gran Educadora. Nos ofrece como tal su capacidad,<br />
su po<strong>de</strong>r y fuerza <strong>de</strong> educadora. Cuando Dios nos conceda un poco más <strong>de</strong> su bendición, <strong>de</strong><br />
modo que podamos tener la Casa <strong>de</strong> la Adoración junto al Santuario, entonces podremos<br />
esperar más dones suyos todavía. Si buscamos el Reino <strong>de</strong> Dios, todo lo <strong>de</strong>más se nos dará<br />
por añadidura 6 .<br />
(29) La Santísima Virgen permanece fiel. No tienen por qué angustiarse. Es cierto que, en<br />
general, hay poca fi<strong>de</strong>lidad. Pero la Santísima Virgen es la "Virgo fi<strong>de</strong>lis", la Virgen fiel. Ella<br />
nos quiere, aunque an<strong>de</strong>mos con el traje sucio. Ella nos quiere, incluso si alguna vez le<br />
hemos vuelto las espaldas. Ella permanece fiel, y su fi<strong>de</strong>lidad termina sólo cuando nos sabe<br />
allá arriba en el cielo...<br />
(30) Así pues, nos alegramos por haber sentido tan nuestro y cercano el Santuario en esta<br />
noche. Es como en 1914, cuando se congregaron los jóvenes. ¡Cuánto entregaron y<br />
trabajaron!<br />
Una hora <strong>de</strong>cisiva en la historia <strong>de</strong> nuestra Familia: un trabajo <strong>de</strong> rescate <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los<br />
santuarios filiales<br />
6 Cfr. Mt 6, 33 ss.
<strong>31</strong> <strong>de</strong> Mayo <strong>1949</strong><br />
(<strong>31</strong>) Estamos en una hora extraordinariamente <strong>de</strong>cisiva en la historia <strong>de</strong> nuestra Familia. Si<br />
no logramos <strong>de</strong>rribar el mencionado muro, la Santísima Virgen retirará a nuestro terruño (en<br />
Schoenstatt) su misión para Alemania y empren<strong>de</strong>rá un trabajo <strong>de</strong> rescate <strong>de</strong>s<strong>de</strong> los<br />
santuarios filiales. ¡Ella permanece fiel a la Alianza! Si grupos <strong>de</strong> nuestra Familia, por<br />
cobardía y <strong>de</strong>bilidad, no respon<strong>de</strong>n fi<strong>de</strong>lidad con fi<strong>de</strong>lidad, po<strong>de</strong>mos suponer que su misión<br />
se traspasa a nosotros.<br />
Tua res agitur, clarifica te! Mater perfectam habebit curam!<br />
(32) Dos pensamientos <strong>de</strong>ben conducirnos a la lucha; dos consignas <strong>de</strong>ben brillar como<br />
estrellas en nuestra vida. Una es: Tua res agitur! Clarifíca te!(¡Se trata <strong>de</strong> tu causa!<br />
¡Glorifícate!) ¡Se trata <strong>de</strong> tu misión, <strong>de</strong> tu tarea, ahora, por tanto, glorifícate tú y tu Obra!<br />
La segunda consigna dice: Mater perfectam habebit curam! (la Madre cuidará<br />
perfectamente). La Santísima Virgen se glorificará <strong>de</strong> la manera más perfecta. Si nos<br />
esforzamos, don<strong>de</strong>quiera que podamos, por tirar <strong>de</strong> su carro <strong>de</strong> triunfo, entonces ella<br />
asumirá el cuidado por nosotros y por su Obra <strong>de</strong> Schoenstatt y la guiará victoriosa a través<br />
<strong>de</strong> todas las luchas, tal como lo ha venido haciendo durante los pasados años <strong>de</strong><br />
persecución.<br />
(33) En cuanto lo permita nuestra <strong>de</strong>bilidad, mantenemos con firmeza: ¡Mors sola!... Sólo<br />
la muerte pue<strong>de</strong> separarnos: separarnos <strong>de</strong> la Obra, separarnos <strong>de</strong> nuestro Santuario.<br />
(33) Es como si sólo ahora comenzáramos a vivir; como si todo lo que hemos vivido hasta<br />
este momento fuese un trozo <strong>de</strong> prehistoria. Recién ahora comienza propiamente la historia,<br />
la historia <strong>de</strong>l nuevo Schoenstatt, tal como en Schoenstatt en los años 1914 y 1915.<br />
(34) ¡Qué contentos hemos <strong>de</strong> estar <strong>de</strong> que juntos formemos la generación fundadora y que<br />
todos queramos sumergirnos, con nuestro ser y nuestra vida, en los fundamentos <strong>de</strong>l<br />
Santuario! También nosotros queremos morir. No físicamente. Pero esto queremos tomarlo<br />
en serio: enterrarnos en los fundamentos <strong>de</strong>l Santuario, sumergir allí nuestra vida y la fuerza<br />
<strong>de</strong> nuestro amor. Queremos ser las columnas <strong>de</strong> sustentación.<br />
En el otro, con el otro, para el otro<br />
(35) Todo esto se pue<strong>de</strong> resumir en las palabras: yo me vuelvo a regalar a uste<strong>de</strong>s y uste<strong>de</strong>s<br />
se me regalan a mí. Vamos juntos a todas partes; pero, en primer lugar, vamos juntos hacia<br />
el corazón <strong>de</strong> la Santísima Virgen, al corazón <strong>de</strong> la Santísima Trinidad.<br />
(36) La Santísima Virgen nos ha regalado el uno al otro. Queremos permanecer<br />
recíprocamente fieles: el uno en el otro, con el otro, para el otro, en el corazón <strong>de</strong> Dios. Si<br />
no nos reecontrásemos allí, sería algo terrible. Allí <strong>de</strong>bemos volver a encontrarnos. No<br />
<strong>de</strong>ben pensar: vamos hacia Dios, por eso <strong>de</strong>bemos separarnos. Yo no quiero ser<br />
simplemente un señalizador en la ruta. ¡No! Vamos el uno con el otro. Y esto por toda la<br />
eternidad. ¡Cuán errado es que se nos conciba sólo como un señalizador en el camino!<br />
Estamos el uno junto al otro para encen<strong>de</strong>rnos mutuamente. Nos pertenecemos el uno al<br />
otro, ahora y en la eternidad. También en la eternidad estaremos el uno en el otro. ¡Éste es<br />
el habitar <strong>de</strong> una persona en la otra propio <strong>de</strong>l amor; es un eterno habitar <strong>de</strong> uno en el otro<br />
por el amor! Y entonces, permaneciendo el uno en el otro y con el otro, contemplaremos a<br />
nuestra querida Madre y a la Santísima Trinidad.
<strong>31</strong> <strong>de</strong> Mayo <strong>1949</strong><br />
(37) Algo <strong>de</strong> ello ya nos fue regalado, y eso será la prenda por la cual la Santísima Virgen se<br />
preocupará en el futuro <strong>de</strong> que realmente formemos una comunidad <strong>de</strong> Cenáculo, una<br />
Provincia <strong>de</strong> Cenáculo, guiada por un amor verda<strong>de</strong>ro, fuerte, que todo lo supera.