Memoria y Resistencia: abuso policial en México
Vivimos en una invisibilización mediática, política y social. Por ello, la Red Tapatía de Revistas y Fanzines Literarias (RTRFL) nos dimos a la tarea de abrir la convocatoria Memoria y Resistencia, un llamado a los ciudadanos y ciudadanas a denunciar los abusos policiales a través del arte como forma de protesta. En este fanzine se reúnen diferentes visiones de un mismo fenómeno. Hemos seleccionado material escrito, de divulgación y literario; discursos visuales, testimonios presentes en redes sociales. Para descargar el PDF, copia y pega el siguiente link en la barra del buscador: https://drive.google.com/file/d/1r4m6J87Dv30-CFYg25YygwThVPV6hDYW/view?usp=sharing
Vivimos en una invisibilización mediática, política y social. Por ello, la Red Tapatía de Revistas y Fanzines Literarias (RTRFL) nos dimos a la tarea de abrir la convocatoria Memoria y Resistencia, un llamado a los ciudadanos y ciudadanas a denunciar los abusos policiales a través del arte como forma de protesta. En este fanzine se reúnen diferentes visiones de un mismo fenómeno. Hemos seleccionado material escrito, de divulgación y literario; discursos visuales, testimonios presentes en redes sociales. Para descargar el PDF, copia y pega el siguiente link en la barra del buscador: https://drive.google.com/file/d/1r4m6J87Dv30-CFYg25YygwThVPV6hDYW/view?usp=sharing
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
El caos también cosecha
consciencia
Dula, 26 años, Guadalajara, Jalisco
En la manifestación del 6 de junio, estaba sentada con unos compas mientras
los manifestantes hacían música con ollas y tazas metálicas, para adornar las
consignas de los que se encontraban frente a las policías afuera del palacio
municipal. De pronto me encontré con dos niños.
Se acercaron porque les tiré unas líneas, no recuerdo qué les dije pero
se sentaron a mi lado. Sus nombres eran Jonathan de 13 años y Axel de 10.
Estaban ahí porque vieron en las noticias todo el caos y tuvieron curiosidad
de saber qué ocurría. Gastaron todo su dinero en pagar un taxi desde la Plaza
de la Bandera para llegar ahí.
Estuvimos dialogando y Axel me decía que de grande quería ser
policía como su papá y Jonathan quería ser militar. Les pregunté por qué y
no obtuve respuesta. “Están chicos, hay más mundo qué ver antes de que se
aferren a esa idea de estar dentro del cuerpo de seguridad”, les expuse.
Me preguntaron muchas cosas: por qué luchábamos, por qué decían
que los policías eran malos, por qué matan gente y que si en serio habían
matado al chico solo por no traer cubrebocas. Entraron en pánico cuando les
dije que se basaba todo en un sistema que disponía de un solo gobernador y
Jonathan dijo: “Puto Alfaro, chinga tu madre”
La tensión creció cuando un manifestante más picoso que el habanero,
buscaba conflicto con todos, quería derrocar el palacio él solo. Los niños se
asustaron y decidí hablar con el sujeto, aunque no entró en razón. La banda
prefirió moverse, por lo que los llevé conmigo, porque aunque no me gusten
los niños, me sentí responsable de ellos.
Así que partimos. Querían gritarle a los puercos. Estaban enojados
porque no querían que utilizaran el abuso de poder con ellos, ni con nadie.
Temían por su seguridad pero los calmé cambiándoles el tema. Me dijeron que
la neta se me acercaron porque sintieron chida mi presencia.
Crónica - 53