Memoria y Resistencia: abuso policial en México
Vivimos en una invisibilización mediática, política y social. Por ello, la Red Tapatía de Revistas y Fanzines Literarias (RTRFL) nos dimos a la tarea de abrir la convocatoria Memoria y Resistencia, un llamado a los ciudadanos y ciudadanas a denunciar los abusos policiales a través del arte como forma de protesta. En este fanzine se reúnen diferentes visiones de un mismo fenómeno. Hemos seleccionado material escrito, de divulgación y literario; discursos visuales, testimonios presentes en redes sociales. Para descargar el PDF, copia y pega el siguiente link en la barra del buscador: https://drive.google.com/file/d/1r4m6J87Dv30-CFYg25YygwThVPV6hDYW/view?usp=sharing Vivimos en una invisibilización mediática, política y social. Por ello, la Red Tapatía de Revistas y Fanzines Literarias (RTRFL) nos dimos a la tarea de abrir la convocatoria Memoria y Resistencia, un llamado a los ciudadanos y ciudadanas a denunciar los abusos policiales a través del arte como forma de protesta. En este fanzine se reúnen diferentes visiones de un mismo fenómeno. Hemos seleccionado material escrito, de divulgación y literario; discursos visuales, testimonios presentes en redes sociales. Para descargar el PDF, copia y pega el siguiente link en la barra del buscador: https://drive.google.com/file/d/1r4m6J87Dv30-CFYg25YygwThVPV6hDYW/view?usp=sharing
A la OrillaIsa Gómez, 31 años, CDMXA mi abuelo lo mataron unos policías. Le sacaron doce balas del pecho cuando sushijos pidieron una autopsia independiente. Lo encontraron en una zanja tres díasdespués de la denuncia de su desaparición.Se quiso resistir al arresto.Antes de eso habían dicho que fue un ajuste de cuentas. ¿Cuántos balazosnecesita una persona para dejar de resistirse? Sus hijos le lloraron hasta secarse,después, solo se escucharon groserías y berridos en toda la casa. Que dicen quecuando lo detuvieron, por confundirlo con un distribuidor, echó a correr, por eso elprimer balazo se lo dieron en la espalda. Pero no fue en la espalda, fue en la nuca.Yo nunca vi correr a mi abuelo, siempre que le pedí que jugáramos conmi balón no quería.“Me duele, hijo. Los huaraches. Mejor toma”. Me daba cinco pesos para ir ala tienda. Yo dejé de insistir y mejor le pedía los cinco pesos cada vez que lo veía.Cuando el abuelo se echó a correr ¿le habrán dolido sus huaraches?Los exámenes toxicológicos dieron positivo. Tienen cara dura, seria, como sinunca hubieran sonreído. Son dos: cabello negro, corto. Barrigones, enojados. Dicenque el abuelo fue denunciado por los vecinos, que le vendía cocaína a los muchachosde esa colonia. Pero el abuelo nunca caminaba hacia allá, está muy lejos, y lacarretilla con sus cosas nunca hubiera llegado con tanto peso. ¿Cómo se confundenlas calabazas con la cocaína? ¿En dónde está su carretilla?Él nunca abandonaría la carretilla. Él la construyó. Allí le cabía todo, hastasu morral.A los policías los encontraron inocentes. Ni las protestas, ni las mantas,ni el llanto de mamá los llevó a la cárcel. Su historial era tan impecable que nisiquiera existía.“No hay pruebas. Son dos elementos ejemplares”.¿Cómo se pueden perder tantos papeles dos días antes de una audiencia?¿Nadie les sacó copias?Fue archivado como un mugroso animal.Ya no cabe tanto odio en la casa, se desborda por las ventanas. Los vecinos ya no vienen.40 - Narrativa
Pol_01Chica Descalza, 31Guadalajara, JaliscoMis amigos ya no salen. ¿Por qué el abuelo vendería droga a unos muchachos si sushijos siempre le daban dinero? Hasta le decían que no saliera.“Descansa papá, ya mereces”.Él decía que no, que prefería vender sus verduras: “Soy hombre de trabajo”.¿Ser policía es un trabajo?Un día la Federal se metió a la casa con unas hojas llenas defirmas que no se entendían. Buscaban la droga que había dejado el abuelo.No encontraron nada. Rompieron muebles, echaron al suelo toda la ropa de loscajones, asustaron a mis tías. No encontraron nada. Cuando arreglamos todala casa no aparecieron los anillos que dejó la abuela. ¿Por qué los Federalescreerían que la abuela guardaba droga en sus anillos?Esta casa ya no es casa. Aquí ya no cabe nada.Los hijos del abuelo decidieron mudarse. Todo está lleno de dolor, se desborda porlas ventanas. Esta casa ya no es casa sin el abuelo. Yo me fui con mi mamá.41
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Chica Descalza, 31
Guadalajara, Jalisco
Mis amigos ya no salen. ¿Por qué el abuelo vendería droga a unos muchachos si sus
hijos siempre le daban dinero? Hasta le decían que no saliera.
“Descansa papá, ya mereces”.
Él decía que no, que prefería vender sus verduras: “Soy hombre de trabajo”.
¿Ser policía es un trabajo?
Un día la Federal se metió a la casa con unas hojas llenas de
firmas que no se entendían. Buscaban la droga que había dejado el abuelo.
No encontraron nada. Rompieron muebles, echaron al suelo toda la ropa de los
cajones, asustaron a mis tías. No encontraron nada. Cuando arreglamos toda
la casa no aparecieron los anillos que dejó la abuela. ¿Por qué los Federales
creerían que la abuela guardaba droga en sus anillos?
Esta casa ya no es casa. Aquí ya no cabe nada.
Los hijos del abuelo decidieron mudarse. Todo está lleno de dolor, se desborda por
las ventanas. Esta casa ya no es casa sin el abuelo. Yo me fui con mi mamá.
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