Memoria y Resistencia: abuso policial en México
Vivimos en una invisibilización mediática, política y social. Por ello, la Red Tapatía de Revistas y Fanzines Literarias (RTRFL) nos dimos a la tarea de abrir la convocatoria Memoria y Resistencia, un llamado a los ciudadanos y ciudadanas a denunciar los abusos policiales a través del arte como forma de protesta. En este fanzine se reúnen diferentes visiones de un mismo fenómeno. Hemos seleccionado material escrito, de divulgación y literario; discursos visuales, testimonios presentes en redes sociales. Para descargar el PDF, copia y pega el siguiente link en la barra del buscador: https://drive.google.com/file/d/1r4m6J87Dv30-CFYg25YygwThVPV6hDYW/view?usp=sharing
Vivimos en una invisibilización mediática, política y social. Por ello, la Red Tapatía de Revistas y Fanzines Literarias (RTRFL) nos dimos a la tarea de abrir la convocatoria Memoria y Resistencia, un llamado a los ciudadanos y ciudadanas a denunciar los abusos policiales a través del arte como forma de protesta. En este fanzine se reúnen diferentes visiones de un mismo fenómeno. Hemos seleccionado material escrito, de divulgación y literario; discursos visuales, testimonios presentes en redes sociales. Para descargar el PDF, copia y pega el siguiente link en la barra del buscador: https://drive.google.com/file/d/1r4m6J87Dv30-CFYg25YygwThVPV6hDYW/view?usp=sharing
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Quedaba más fácil de llegar para mi este lugar. Tomé un camión de Chapala desde
donde estaba, me bajé en el Álamo Industrial y tomé el 646, en dirección a Fiscalía.
“Ir a la Fiscalía es ir a la boca del lobo” decía un letrero que me
compartió mi amiga, quien también expresó no estar segura de ir. Iba solo, por lo
que empecé a sentir temor de ser detenido por asistir. En el camión me amarré
las espinilleras con vendas por debajo de los pantalones y me encomendé para
que nada malo me pasara. La cita era a las seis de la tarde y ya eran las cinco
con cuarenta.
Me bajé del camión en la clínica 46 del IMSS y caminé rumbo a Fiscalía.
Conforme me iba acercando podía observar cómo detenían a personas que se
dirigían hacia la marcha, incluso una chica corrió para evitar que la atraparan
y la taclearon, cayó al piso como una res y soltó un grito de dolor mientras la
seguían sometiendo. Algunas camionetas llevaban arriba personas vestidas de civiles
armadas tanto con palos de madera y metal, como con pistolas cortas y largas.
Como mínimo observé cinco de estas camionetas, las cuales dejaban a estos civiles
armados a los alrededores para evitar que se acumularan afuera de Fiscalía.
Una cuadra antes de llegar yo empecé a observar cómo la gente
se regresaba, algunos incluso corriendo. 100 metros delante de mí iban 5
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