Memoria y Resistencia: abuso policial en México

Vivimos en una invisibilización mediática, política y social. Por ello, la Red Tapatía de Revistas y Fanzines Literarias (RTRFL) nos dimos a la tarea de abrir la convocatoria Memoria y Resistencia, un llamado a los ciudadanos y ciudadanas a denunciar los abusos policiales a través del arte como forma de protesta. En este fanzine se reúnen diferentes visiones de un mismo fenómeno. Hemos seleccionado material escrito, de divulgación y literario; discursos visuales, testimonios presentes en redes sociales. Para descargar el PDF, copia y pega el siguiente link en la barra del buscador: https://drive.google.com/file/d/1r4m6J87Dv30-CFYg25YygwThVPV6hDYW/view?usp=sharing Vivimos en una invisibilización mediática, política y social. Por ello, la Red Tapatía de Revistas y Fanzines Literarias (RTRFL) nos dimos a la tarea de abrir la convocatoria Memoria y Resistencia, un llamado a los ciudadanos y ciudadanas a denunciar los abusos policiales a través del arte como forma de protesta. En este fanzine se reúnen diferentes visiones de un mismo fenómeno. Hemos seleccionado material escrito, de divulgación y literario; discursos visuales, testimonios presentes en redes sociales. Para descargar el PDF, copia y pega el siguiente link en la barra del buscador: https://drive.google.com/file/d/1r4m6J87Dv30-CFYg25YygwThVPV6hDYW/view?usp=sharing

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15.09.2020 Views

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Menos malno estamos muertosSaúl García, 22 años, Guadalajara, JaliscoGuadalajara, Jalisco Viernes,6 de Junio, del 2020Cuando pasó la primera marcha originada por la brutalidad policial y desencadenadapor la muerte de Giovanni López Martínez a manos de la autoridad en Ixtlahuacánde los Membrillos me enteré por medio de las noticias. Acostumbro estar siempreal pendiente de los sucesos en tiempo real, como buen estudiante de periodismoese día estaba lejos de mi computadora y no tenía conexión a internet. “Quemarona un policía, ¿si viste?” me preguntó mi abuela, quien miraba la televisión, a lo querápidamente me puse a buscar el video en redes sociales. No lo pude ver debidoa que estaban muchas personas conectadas al internet y se trababa.Al día siguiente, por fin pude ver el video del policía quemándose.Admito que sentí gusto y satisfacción cuando había visto cómo se incendiaban laspatrullas, y como la tumultuosa muchedumbre golpeaba las puertas del palaciode gobierno hasta casi tumbarlas, pero al ver cómo el fuego recorría el torsodel agente no pude evitar el asombro e imaginar cómo se sentiría eso en carnepropia. Esta es solo una guerra de peones, de los peones más débiles y vulnerables,carne de cañón, pensé.Vi que al día siguiente también se iba a dar una manifestación, ahoraen Casa Jalisco. No tenía ni la menor idea de donde era por lo que me pusea investigar cómo llegar. Ya que me había bañado, y preparado mentalmentepara ir a la manifestación decidí pedir unas espinilleras prestadas a mi tíoque juega fútbol, “por si las moscas” al igual que tomé también sus guantesde portero, por si tendría que agarrar algo para defenderme de la brutalidadpolicial, la cual he visto en acción más de una vez.Me preguntaron a dónde iba, contesté que a jugar futbol, cosa queno me creerían porque no me gusta este deporte y son tiempos de pandemia.Antes de irme contacté a una amiga, me dijo que la manifestación iba acambiar de sede, que ya no sería en Casa Jalisco si no que sería en Fiscalía.Crónica - 33

Menos mal

no estamos muertos

Saúl García, 22 años, Guadalajara, Jalisco

Guadalajara, Jalisco Viernes,

6 de Junio, del 2020

Cuando pasó la primera marcha originada por la brutalidad policial y desencadenada

por la muerte de Giovanni López Martínez a manos de la autoridad en Ixtlahuacán

de los Membrillos me enteré por medio de las noticias. Acostumbro estar siempre

al pendiente de los sucesos en tiempo real, como buen estudiante de periodismo

ese día estaba lejos de mi computadora y no tenía conexión a internet. “Quemaron

a un policía, ¿si viste?” me preguntó mi abuela, quien miraba la televisión, a lo que

rápidamente me puse a buscar el video en redes sociales. No lo pude ver debido

a que estaban muchas personas conectadas al internet y se trababa.

Al día siguiente, por fin pude ver el video del policía quemándose.

Admito que sentí gusto y satisfacción cuando había visto cómo se incendiaban las

patrullas, y como la tumultuosa muchedumbre golpeaba las puertas del palacio

de gobierno hasta casi tumbarlas, pero al ver cómo el fuego recorría el torso

del agente no pude evitar el asombro e imaginar cómo se sentiría eso en carne

propia. Esta es solo una guerra de peones, de los peones más débiles y vulnerables,

carne de cañón, pensé.

Vi que al día siguiente también se iba a dar una manifestación, ahora

en Casa Jalisco. No tenía ni la menor idea de donde era por lo que me puse

a investigar cómo llegar. Ya que me había bañado, y preparado mentalmente

para ir a la manifestación decidí pedir unas espinilleras prestadas a mi tío

que juega fútbol, “por si las moscas” al igual que tomé también sus guantes

de portero, por si tendría que agarrar algo para defenderme de la brutalidad

policial, la cual he visto en acción más de una vez.

Me preguntaron a dónde iba, contesté que a jugar futbol, cosa que

no me creerían porque no me gusta este deporte y son tiempos de pandemia.

Antes de irme contacté a una amiga, me dijo que la manifestación iba a

cambiar de sede, que ya no sería en Casa Jalisco si no que sería en Fiscalía.

Crónica - 33

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