Memoria y Resistencia: abuso policial en México
Vivimos en una invisibilización mediática, política y social. Por ello, la Red Tapatía de Revistas y Fanzines Literarias (RTRFL) nos dimos a la tarea de abrir la convocatoria Memoria y Resistencia, un llamado a los ciudadanos y ciudadanas a denunciar los abusos policiales a través del arte como forma de protesta. En este fanzine se reúnen diferentes visiones de un mismo fenómeno. Hemos seleccionado material escrito, de divulgación y literario; discursos visuales, testimonios presentes en redes sociales. Para descargar el PDF, copia y pega el siguiente link en la barra del buscador: https://drive.google.com/file/d/1r4m6J87Dv30-CFYg25YygwThVPV6hDYW/view?usp=sharing Vivimos en una invisibilización mediática, política y social. Por ello, la Red Tapatía de Revistas y Fanzines Literarias (RTRFL) nos dimos a la tarea de abrir la convocatoria Memoria y Resistencia, un llamado a los ciudadanos y ciudadanas a denunciar los abusos policiales a través del arte como forma de protesta. En este fanzine se reúnen diferentes visiones de un mismo fenómeno. Hemos seleccionado material escrito, de divulgación y literario; discursos visuales, testimonios presentes en redes sociales. Para descargar el PDF, copia y pega el siguiente link en la barra del buscador: https://drive.google.com/file/d/1r4m6J87Dv30-CFYg25YygwThVPV6hDYW/view?usp=sharing
hacia los manifestantes, llegando aluso de fuerzas policiales, militareso paraestatales para amedrentar ysilenciar la protesta social.Cabe señalar que la normalizaciónde la huelga y de la manifestaciónpuede llevar a que las consignas quedenincumplidas, puesto que las instituciones olas autoridades políticas optan por ignorarsistemáticamente la vocería, o bien, sesirven de la violencia contra aquellos queprotestan para mantener el status quo.b) Disrrupción e incertidumbre:vemos que la acción colectiva, queahora nombramos convencional, tuvosu origen en formas de expresiónque antes eran valoradas comopolíticamente disruptivas. Por talmotivo, cuando hablamos de protestas“disruptivas” hoy en día tenemos quepensar en una gran variedad históricade formas de expresión social segúnsean leídas como amenazadoras porlos poderes en turno: desde el ataquea la propiedad privada de aquellosque son considerados responsablesde una injusticia, atravesando poractos como el asalto de almacenesde granos que se dio en el siglo xviii,las barricadas en el siglo xix y, en sumomento, las grandes huelgas obrerasdel siglo xx.La disrupción se caracterizapor obstruir las actividades comunesde los civiles que son observadores ode los perpetradores de la situaciónde abuso e injusticia. La disrupciónconduce hacia un enfrentamiento almostrarse como una amenaza deintervención ante las negativas a unareivindicación que se valora comolegítima por el colectivo social. Laacción disruptiva no necesariamentetiene que ser violenta, aunque amenacecon violencia. Las formas de accióncolectiva que instigan al ataquefrontal aparecen cuando el sistema degobierno carece de escrúpulos, ignoralas demandas sociales e incluso sesirve de la represión y el uso de lafuerza contra los que protestan.Aunque en México, a la luz delos fenómenos más recientes, resultanmejor valoradas por el grueso dela población las formas de protestaconvencionales, es posible apreciar22 - Artículo
que se consigue más peso o atenciónpública para las denuncias cuandovienen acompañadas por actos dedisrupción. Esto se debe, justamente,a que tienen mayor capacidad dedesafiar a las autoridades y generarun clima de incertidumbre que resultamás difícil de gestionar, o ignorar, paralos políticos, a comparación de unamanifestación o una huelga. Como yaafirmaba Tarrow: “Cuando se empleanpor primera vez, las formas disruptivasasustan a los antagonistas por sucoste potencial, conmocionan a losobservadores y preocupan a las élitesrelacionadas con el orden público”. 4Es una constante el que lastácticas represivas por parte de losEstados tiendan a reforzar el uso dela violencia en las protestas. No soloporque la lectura de los manifestanteses que únicamente se les prestaatención o se les da seguimientoa sus denuncias y reivindicacionescuando intervienen de esta forma,sino porque el Estado, al implementartécnicas de censura, persecución ycriminalización de la protesta tambiéntermina presionando al uso de laviolencia como recurso de autodefensaciudadana.Concluyo este texto recordandoque, de acuerdo con la CorteInteramericana de Derechos Humanos4 Ibid., p. 198.(CIDH), tanto el Estado como losactores privados en coalición confuncionarios públicos están cometiendoviolaciones contra los derechoshumanos cuando intervengan enprotestas con asesinatos, lesiones a losmanifestantes, represiones valiéndosede agentes públicos o desproporciónen su agresión a los manifestantes queestán en desventaja en enfrentamientocontra las fuerzas de seguridad. 5Continuando con la mención,en situaciones de protesta social quese desarrollen en un contexto devulneración previa de los derechos,–como han sido en México lasmovilizaciones por las desaparicionesforzadas, los feminicidios, los casos deabuso sexual y la tortura o el asesinatoen manos de los agentes de seguridaddel Estado– se comprende que lasprotestas pueden incurrir en accionesde resistencia contra el Estado. LaCIDH insta a que los gobiernos, por suparte, ofrezcan respuestas adecuadasa lo complejo de su circunstanciay no sometan con fuerza a susciudadanos, sino que busquen formasalternativas de resolver de manera5 Cfr. Comisión Interamericanade Derechos Humanos; Protestay Derechos Humanos, ComisiónInteramericana de Derechos Humanosy Organización de los EstadosAmericanos, 2019, p. 14, disponibleen línea [en]: https://bit.ly/3dHAiuU(última consulta: 07/04/2020).Artículo - 23
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hacia los manifestantes, llegando al
uso de fuerzas policiales, militares
o paraestatales para amedrentar y
silenciar la protesta social.
Cabe señalar que la normalización
de la huelga y de la manifestación
puede llevar a que las consignas queden
incumplidas, puesto que las instituciones o
las autoridades políticas optan por ignorar
sistemáticamente la vocería, o bien, se
sirven de la violencia contra aquellos que
protestan para mantener el status quo.
b) Disrrupción e incertidumbre:
vemos que la acción colectiva, que
ahora nombramos convencional, tuvo
su origen en formas de expresión
que antes eran valoradas como
políticamente disruptivas. Por tal
motivo, cuando hablamos de protestas
“disruptivas” hoy en día tenemos que
pensar en una gran variedad histórica
de formas de expresión social según
sean leídas como amenazadoras por
los poderes en turno: desde el ataque
a la propiedad privada de aquellos
que son considerados responsables
de una injusticia, atravesando por
actos como el asalto de almacenes
de granos que se dio en el siglo xviii,
las barricadas en el siglo xix y, en su
momento, las grandes huelgas obreras
del siglo xx.
La disrupción se caracteriza
por obstruir las actividades comunes
de los civiles que son observadores o
de los perpetradores de la situación
de abuso e injusticia. La disrupción
conduce hacia un enfrentamiento al
mostrarse como una amenaza de
intervención ante las negativas a una
reivindicación que se valora como
legítima por el colectivo social. La
acción disruptiva no necesariamente
tiene que ser violenta, aunque amenace
con violencia. Las formas de acción
colectiva que instigan al ataque
frontal aparecen cuando el sistema de
gobierno carece de escrúpulos, ignora
las demandas sociales e incluso se
sirve de la represión y el uso de la
fuerza contra los que protestan.
Aunque en México, a la luz de
los fenómenos más recientes, resultan
mejor valoradas por el grueso de
la población las formas de protesta
convencionales, es posible apreciar
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