SEPTIEMBRE BOLETÍN
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La cueca en tiempos de pandemia:
“Como cualquier actividad artístico-cultural, a través
suyo podemos volar y sentirnos acompañados”
Así lo cree Christian Rebolledo, coreógrafo del Ballet Folclórico
Municipal de Rancagua. En esta entrevista conversamos en extenso
acerca del baile nacional y la importancia del folclore.
Llega el Mes de la Patria y el entusiasmo por celebrar se apodera
de las y los chilenos. Precisamente en septiembre es cuando la
cueca cobra protagonismo, invitando diferentes actores sociales a
bailarla, disfrutar y compartir a través suyo. Es por ello que en esta
edición hablamos sobre su importancia en el presente y su rol en la
sociedad, con el coreógrafo del Ballet Folclórico Municipal de
Rancagua, Christian Rebolledo. Él expresa un enfoque crítico
acerca del tema, lo que permite reflexionar con más profundidad al
respecto.
En su opinión, la cueca debería representar a la gran mayoría de la
sociedad chilena. Sin embargo, piensa que esto no logra
concretarse en la actualidad. “Se baila para septiembre y después
desaparece. Debemos hacer que empiece a influenciar. La cueca
brava es una de las cosas que se viene haciendo (en ese sentido)
desde hace unos diez años”.
Al respecto, señala que ésta ha cosechado una buena recepción
entre los jóvenes, además de contribuir a la vigencia de la danza
nacional. En sus palabras, posee “elementos que fortalecen el
proceso de contemporaneidad, de encontrarnos en el ahora. No es
un nuevo baile, sino que fue rescatado”, aclara.
Sin embargo, advierte que falta camino por recorrer. “¿Qué pasa
con quienes enseñamos la cueca y cómo lo hacemos para que
logre una incidencia real y mayor? “El paso (de baile) no es nada, si
no tiene sentido. De lo contrario, no puedo sentir lo que estoy
bailando (…) La cueca no es para quienes ya saben, sino para los
que no y quieren aprender”.
A juicio de Rebolledo, “necesitamos que la cueca tenga un sustento
real y que le haga sentido a una mayoría importante, (porque) la
cultura es viva, no es el pasado”. En esa línea, resalta que podemos
mantener nuestras tradiciones, aunque “comprendiendo quiénes
somos ahora, para poder encantar a más gente”.
Por ello agrega que hoy no basta con traspasar su conocimiento y
práctica de generación en generación. “Existen tantas cosas
llamativas para la juventud, que debemos reencantar con la cueca
(…) Necesitamos que los profesores que en los colegios y
universidades están enseñando folclore, que son los de música o
educación física, tengan mejores conocimientos y un trabajo más
acabado, para que puedan transmitir esto en las escuelas.
Debemos hacer que el bichito del folclore, de la danza, de la cueca
y de lo que es Chile, su historia y patrimonio, aparezca desde las
bases. Así tendremos un alumno más empoderado, que entenderá
lo planteado”.
Por ende, el coreógrafo sostiene que es insuficiente que la cueca
sea promovida en ciertas fechas mediante los medios de
comunicación. “No se trata sólo de que la televisión o ciertas
personas se encarguen de decir que es maravillosa y que todos
debemos quererla. No se puede obligar a nadie a ello. Si
entregamos un conocimiento que no es entendido por el otro, es
muy difícil que lo valore”, subraya.