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DOMINGO SÁBADO 22<strong>23</strong> DE DE AGOSTO DE DE <strong>2020</strong> <strong>2020</strong> THE NEW YORK TIMES INTERNATIONAL WEEKLY<br />
257<br />
C I E N C I A Y T E C N O L O G Í A<br />
Tras pasar 25 años en un zoológico bonaerense (der.) Mara<br />
fue transportada a un santuario en Brasil en mayo (arr.). En su<br />
juventud, fue parte de un circo (abajo).<br />
Una elefanta, con<br />
una vida ardua<br />
Por BROOKE JARVIS<br />
La frontera entre Argentina y<br />
Brasil había quedado cerrada por<br />
la pandemia, cuando en mayo llegó<br />
un convoy inusual al puesto de<br />
control en Puerto Iguazú. Viajaban<br />
en seis vehículos,<br />
15 personas, entre<br />
ellos una grúa y un<br />
camión grande.<br />
Detrás del camión<br />
iba una caja<br />
tra nsportadora<br />
especial. Dentro<br />
de la caja iba una elefanta.<br />
La elefanta se llamaba Mara.<br />
Tenía unos 50 años y había pasado<br />
los últimos 25 años de su vida encerrada<br />
en un polvoriento recinto<br />
del zoológico en Buenos Aires. El<br />
zoológico alguna vez fue la joya de<br />
la corona de los grandiosos parques<br />
victorianos de la ciudad.<br />
El recinto de Mara fue construido<br />
para emular las románticas ruinas<br />
de un templo hindú. Pero para<br />
ella era un hogar difícil, aglomerado<br />
con otros dos elefantes. Eran<br />
elefantes africanos, una especie<br />
distinta a la de ella, que es una elefanta<br />
asiática. Como no se llevaban<br />
bien, los cuidadores se aseguraban<br />
de que nunca compartieran su pequeño<br />
espacio, moviéndolos de un<br />
lugar a otro, entre secciones del recinto<br />
todos los días.<br />
Mara pasaba mucho tiempo de<br />
pie en el interior, a pesar de que los<br />
elefantes necesitan caminar mucho<br />
para poder digerir correctamente<br />
y mantener saludables sus patas.<br />
Pasaba mucho tiempo sola. Pasaba<br />
horas meciendo la cabeza en círculos,<br />
un comportamiento considerado<br />
como una señal de estrés en<br />
elefantes en cautiverio.<br />
La gente comenzó a protestar pidiendo<br />
que se hiciera algo, no solo<br />
por Mara sino por todos los animales<br />
—un total de 2.500 en 2016—<br />
que estaban apretujados en tan solo<br />
17 hectáreas.<br />
Un comité examinó la premisa<br />
del zoológico. “¿Queremos un zoológico?”,<br />
preguntó Tomás Sciolla,<br />
gerente de fauna. La respuesta a la<br />
que llegaron fue que no.<br />
La ciudad decidió convertir el<br />
zoológico en un ecoparque infantil.<br />
El comité comenzó a investigar<br />
cómo podría enviar a los animales<br />
a santuarios y reservas naturales.<br />
Para esta primavera, 860 animales<br />
habían sido reubicados. Mara sería<br />
la 861.<br />
El comité planteó mudarla al<br />
Santuario de Elefantes Brasil, un<br />
complejo de más de 1.130 hectáreas<br />
en el estado de Mato Grosso.<br />
Pero reubicar a una elefanta a una<br />
distancia de 2.700 kilómetros, cruzando<br />
fronteras internacionales,<br />
FOTOGRAFÍAS POR SOFÍA LÓPEZ MAÑÁN PARA THE NEW YORK TIMES; ABAJO, THE NEW YORK TIMES<br />
requiere una gran cantidad de documentación.<br />
En el caso de Mara,<br />
conseguir los permisos involucró<br />
comprobar su lugar de nacimiento<br />
y dónde había vivido antes de llegar<br />
al zoológico en 1995. Había sido incautada<br />
de un circo, el Circo Rodas,<br />
debido a un trato deficiente.<br />
El público aportó información.<br />
La familia Tejedor, circense, informó<br />
que a principios de los años 70<br />
compró a Mara del Tierpark Hagenbeck,<br />
un zoológico de Hamburgo,<br />
Alemania; ese zoológico la había<br />
adquirido a una temprana edad<br />
en la India, donde había nacido en<br />
cautiverio, en un campamento de<br />
trabajo. Víctor Veira Tejedor, cuya<br />
familia fue dueña del circo, recordaba<br />
a Mara como un integrante de<br />
la familia.<br />
La familia de Veira abandonó el<br />
negocio circense en 1980, cuando<br />
él tenía 12 años, y vendió a Mara<br />
al Circo Rodas. “Ahí fue donde se<br />
pusieron las cosas feas para ella”,<br />
afirmó Sciolla. Mara no se “portaba<br />
bien”. “Pero, ¿qué es ‘portarse<br />
bien’ para un elefante que está en<br />
cautiverio y es obligado a actuar?”.<br />
El nuevo circo contrató al ex entrenador<br />
de Mara para lograr que<br />
volviera a actuar. Pero ella, tal vez<br />
sintiéndose amenazada, lo mató.<br />
Antes de que la llevaran a vivir al<br />
zoológico, la encontraron encadenada<br />
en un estacionamiento.<br />
Pero el zoológico solo mejoró<br />
relativamente sus condiciones y<br />
después de 25 años, Sciolla estaba<br />
desesperado por liberar a Mara. El<br />
plan de salida requirió una intensa<br />
coordinación con dos gobiernos<br />
federales, pero al fin todo estaba<br />
en orden: Mara podría finalmente<br />
mudarse al santuario de Brasil en<br />
marzo. “Y luego, claro, comenzó la-<br />
COVID-19”, relató Sciolla.<br />
Después de que se hicieron nuevos<br />
planes, Mara se encontró en<br />
una caja, en una pandemia, esperando<br />
en la frontera cerrada de dos<br />
países. Solo cuatro de las personas<br />
recibieron el permiso para cruzar<br />
con ella. Sciolla comenzó a sentir algo<br />
de alivio de, como dijo, todas las<br />
presiones que sientes cuando estás<br />
con un elefante a miles de kilómetros<br />
de casa”.<br />
Hubo un último obstáculo —<br />
mover a la elefanta agotada a un<br />
camión que pudiera sortear los<br />
últimos 65 kilómetros de camino<br />
accidentado— y al fin llegó la caja a<br />
una zona de campo abierto, árboles<br />
y pasto.<br />
“Todo valió la pena cuando ves<br />
a ese animal que ha pasado casi<br />
toda su vida de forma antinatural,<br />
conectando con su esencia y con lo<br />
que ella es”, manifestó Sciolla. “En<br />
su caso, tardó mucho”.<br />
Mara rápidamente conectó con<br />
con otra elefanta asiática. A Veira<br />
le parecieron conmovedores los videos<br />
de Mara explorando su nuevo<br />
hogar. Ahí estaba ella —fuera de la<br />
caja, del circo y del zoológico— estirando<br />
las piernas, rascándose la<br />
espalda contra los árboles y haciendo<br />
una amiga.<br />
¿Dónde está hoy la estrella de neutrones?<br />
Por DENNIS OVERBYE<br />
Fue una de las grandes exhibiciones<br />
de fuegos artificiales de la<br />
historia cósmica reciente.<br />
El <strong>23</strong> de febrero de 1987, una estrella<br />
masiva estalló frente a los astrónomos<br />
del mundo, esparciendo<br />
cintas y anillos de gas brillante, a<br />
través de la Gran Nube de Magallanes,<br />
una galaxia satélite a las puertas<br />
de la Vía Láctea. Hoy, un anillo<br />
de humo de dos tercios de un año luz<br />
de ancho, marca esa parte del cielo:<br />
casi 19 soles de material estelar ardiente<br />
y brillante, parte de ello aún<br />
radiactivo, que todavía se extiende<br />
hacia el exterior en el universo y es<br />
seguido diligentemente por seres<br />
humanos, con instrumentos como<br />
el telescopio espacial Hubble.<br />
Pero las observaciones de los últimos<br />
33 años carecen de cualquier<br />
indicio del núcleo de la estrella que<br />
explotó. ¿Se ha convertido en un<br />
agujero negro? ¿Una pepita densa<br />
conocida como estrella de neutrones?<br />
¿Acaso simplemente desapareció?<br />
Nadie lo sabía.<br />
Hasta ahora.<br />
El otoño pasado, un equipo de radioastrónomos<br />
liderados por Phil<br />
Cigan y Mikako Matsuura, de la<br />
Universidad de Cardiff, en Gales,<br />
afirmó haber encontrado lo que<br />
llamaron “un amasijo” de polvo,<br />
que emanaba casi 100 veces más<br />
energía que nuestro propio sol. ¿El<br />
núcleo podría estar escondido allí?<br />
En mayo, un segundo equipo de<br />
teóricos, liderado por Dany Page,<br />
de la Universidad Nacional Autónoma<br />
de México, concluyó que la<br />
respuesta podría ser afirmativa.<br />
Calculó que la estrella de neutrones<br />
dejada por la Supernova 1987A<br />
tendría una temperatura de entre<br />
2 y 4 millones de grados Kelvin para<br />
este momento, suficiente como<br />
para calentar el polvo.<br />
El equipo hizo el descubrimiento<br />
con el Atacama Large Millimeter/<br />
submillimeter Array, o ALMA, 66,<br />
radiotelescopios en el desierto de<br />
Atacama en Chile.<br />
L. CALÇADA/ESO<br />
Dos estudios encontraron evidencia que apuntan a la creación de<br />
una estrella de neutrones de una supernova en 1987.<br />
Si esa fuente de calor resulta ser<br />
una estrella de neutrones, sería el<br />
ejemplo más joven encontrado hasta<br />
ahora, de una de las creaciones<br />
más extremas de la naturaleza. Las<br />
estrellas de neutrones son las configuraciones<br />
estables de materia<br />
más densas del universo. Piense<br />
en todo el Monte Everest reducido<br />
a una cucharadita. Cualquier otra<br />
masa que caiga sobre una estrella<br />
de neutrones podría provocar su<br />
colapso en un agujero negro.<br />
Girando y magnetizadas, las estrellas<br />
de neutrones pueden producir<br />
los destellos de radio, tipo faro,<br />
conocidos como púlsares. Nadie<br />
sabe exactamente cómo están estructurados.<br />
El estudio de la evolución<br />
de las estrellas de neutrones<br />
le podría dar a los físicos una idea<br />
del comportamiento de la materia<br />
en el extremo. Y, por supuesto, confirmaría<br />
las nociones de los astrónomos<br />
sobre lo que sucede cuando<br />
muere una estrella.<br />
“La estrella de neutrones se comporta<br />
exactamente como esperábamos”,<br />
indicó James Lattimer,<br />
astrofísico integrante del equipo de<br />
Page. Los equipos publicaron sus<br />
resultados en un par de artículos<br />
en Astrophysical Journal, más recientemente<br />
el 30 de julio.<br />
¿Cómo llegarán los astrónomos<br />
a la conclusión sobre sí realmente<br />
allí está una estrella de neutrones?<br />
Si se convierte en un púlsar, emitirá<br />
ondas de radio, afirmó Page. De lo<br />
contrario, podría estar emitiendo<br />
rayos X, que con el tiempo podrían<br />
ser visualizados por el Observatorio<br />
de rayos X Chandra.<br />
“En ambos casos, se necesitaría<br />
suerte para tener un pequeño agujero<br />
en el remanente que deje pasar<br />
la radiación”, comentó, o esperar<br />
unas décadas más para que el polvo<br />
y el gas se dispersen.