Listin Diario 23-08-2020

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24 6 THE NEW YORK TIMES INTERNATIONAL WEEKLY DOMINGO SÁBADO 23 22 DE AGOSTO DE 2020 D I N E R O Y N E G O C I O S La gran carrera de las au pairs en EUA Hallan su gallina de los huevos de oro Por ELLEN BARRY PEACHAM, Vermont — Morgan Gold vende aves de corral y huevos de su granja de patos en Vermont, pero casi todo lo que produce como agricultor es, bueno, es entretenimiento. Gold realiza sus quehaceres, mientras carga una cámara digital y murmura a un micrófono. Dos veces a la semana publica un video corto en YouTube sobre sus hazañas como granjero novato, destacando con frecuencia los fracasos. Ha aumentado su público en You- Tube, lo suficiente como para suministrar un ingreso por publicidad entre 2.500 y 4.000 dólares al mes, alrededor de ocho veces lo que gana vendiendo productos de la granja. En esta parte rocosa, montañosa y aislada de Nueva Inglaterra, generaciones de granjeros han tratado de encontrar nuevas formas de subsistir: los paseos en trineo, las alpacas, los ponys de terapia, las actividades de “coseche su propio cáñamo”. Sin embargo, convertir la vida en la granja en televisión de realidad es algo nuevo. Gold, de 40 años, ha aprendido a través de prueba y error lo que funciona con un público. La cámara GoPro sujeta al perro pastor no funcionó. (“La gente decía que a los 10 segundos ya estaba vomitando”, cuenta su esposa Allison Ebrahimi Gold). Imágenes lentas y suntuosas tomadas de sus 60 hectáreas con un no dron son pornografía terrestre Morgan Gold y su esposa ganan entre 2.500 y 4.500 dólares al mes, transmitiendo videos de su granja. FOTOGRAFÍAS POR HILARY SWIFT PARA THE NEW YORK TIMES para el anhelante residente del cubículo —-eso funciona. El desarrollo de personajes funciona, como demostró el video más popular de Gold, “Nuestro pato monstruosamente enorme (Esto no Es NORMAL)”. Las secuencias en cámara lenta de los traseros oscilantes de gansos, al ritmo de una banda sonora orquestal extravagante —eso funciona. “Soy bueno en la parte de contar historias ”, refirió Gold. “No soy tan bueno en la parte de agricultura”. Amy Fewell, fundadora de Homesteaders of America, indicó que el número de granjeros que se ganan un buen ingreso con YouTube se sitúa en 50, aproximadamente. Algunos de ellos tienen acuerdos para promocionar productos, como Al Lumnah, que publica videos cinco días a la semana desde su granja en New Hampshire. Se despierta a las 3:30 am para poder editar a tiempo, lo que grabó el día anterior para publicar un nuevo video a las 6:00 am, cuando sus 210.000 espectadores habituales, esparcidos en lugares, tan lejanos, como Camboya e India, ya esperan. “La gente dirá, es hora de la comida aquí en Ucrania”, contó. Gold, que se mudó a Vermont e inició su canal de YouTube hace cuatro años, todavía tiene un trabajo a tiempo completo, como ejecutivo de marketing para una compañía aseguradora. La cantidad de sus pollos, gansos y patos se ha incrementado a unos 100 y espera incorporar vacas la próxima primavera. Hace poco, hacía los toques finales de un video sobre su perro, Toby, que nunca ha aprendido del todo a pastorear patos. Estaba en proceso de rehacer el final para que mostrara su aceptación de la verdadera naturaleza del perro. “Tienes que crear un final”, expresó Allison Gold. “Porque la verdad es que hacemos esto todos los días, así que en realidad no hay final”. Por JORDAN SALAMA Cuando la au pair decidió cambiar de familia, temía estar corriendo un riesgo importante. La mujer colombiana de, aproximadamente, 25 años, había estado trabajando en Nueva York, una entre 20.000 jóvenes —en su mayoría mujeres— que llegan a Estados Unidos cada año para vivir con familias y cuidar a sus hijos. Su contrato de un año no caducaba hasta finales de 2020, pero una mañana de junio, una discusión con su padre anfitrión resultó ser el punto de ruptura en un tenso ambiente hogareño en cuarentena. “Ya no soporto a esta gente”, dijo en un mensaje en español la au pair. “Quiero salir de aquí hoy”. Informó de la situación a su coordinadora local y decidió irse, dándole dos semanas para encontrar una nueva familia o regresar a Colombia. No tenía la menor idea de dónde terminaría después. Unos días más tarde, cuando revisó su correo electrónico, tenía decenas de familias solicitando entrevistas. En términos generales, la demanda de au pairs, que ya están en EUA, no es tan alta, pero el 22 de junio, el gobierno de Trump emitió una orden ejecutiva suspendiendo muchas visas de trabajo del extranjero. Incluía el programa de visas J-1, con el que está clasificado el programa au pair (niñeras), administrado por el Departamento de Estado de Estados Unidos. Si bien la pandemia ya había hecho difíciles los viajes internacionales, las restricciones de la visa confirmaron que las nuevas au pairs no podrían ingresar a EUA. Las familias que las esperan, que a menudo dependen del programa, como su principal fuente de cuidado infantil, han quedado en el aire. Muchas han acudido a foros extraoficiales en Facebook y otros sitios para buscar posibles parejas. Eso ha creado un frenesí en las redes sociales para atraer a un número cada vez menor de au pairs que aún están disponibles. “Prácticamente todo mundo dice que es muy poco probable que uno consiga una au pair”, indicó Erin Burkhart, profesora de bachillerato en el área de Seattle, cuya au pair más reciente iba a reunirse con su familia este verano procedente de Alemania. “El proceso de búsqueda en sí es un trabajo a tiempo completo. Ahora mismo les enviaré un correo electrónico a todas, me comunicaré con todas. He tenido alrededor de 15 chats por videoconferencia en la última semana”. Mientras que las au pairs que ingresan al programa tenían la posibilidad de hablar con solo dos o tres familias, las candidatas en EUA ahora son contactadas por 10, 20, y a veces más familias potenciales. “Ahora nos sentimos poderosas. Por una vez, tenemos una opción”, comentó la au pair colombiana. El programa au pair es gestionado por una red de agencias privadas, que se encargan de investigar y emparejar a las niñeras con familias anfitrionas, antes de Familias de Estados Unidos compiten por ayuda extranjera. que lleguen a Estados Unidos. Muchas au pairs en el país ahora le dicen a los anfitriones interesados que están dispuestas a aceptar ciertas garantías a cambio, como un vehículo personal o el pago de más de 400 dólares por semana. El salario mínimo para au pairs es de 195,75 dólares a la semana por un máximo de 45 horas de trabajo, establecido por el Departamento de Estado. Las familias anfitrionas han tomado nota: algunos grupos de Facebook han publicado beneficios como automóviles nuevos, acceso a casas de playa y el doble de la paga. “Estamos ofreciendo un bono de 2.000 dólares por firmar el contrato”, escribió un padre de familia. Sin embargo, no todas las familias anfitrionas anuncian beneficios y no todas las au pairs lo buscan. Tras las difíciles condiciones que vivió con su primera familia anfitriona —como abuso verbal, EVA REDAMONTI tareas adicionales como cuidado del perro y largas horas sin pago extra— la principal prioridad de la au pair colombiana era encontrar el mejor ajuste. “La gente no debería perder de vista el espíritu del programa, que es el intercambio cultural y que una au pair se una a su familia”, comentó Burkhart. “Cenarás con esta persona con regularidad y pasarán las vacaciones y festividades juntos durante un año”. La escasez actual de au pairs ha destacado aún más la falta de cuidado infantil accesible en Estados Unidos, al punto que jóvenes del extranjero se han convertido en salvavidas para las parejas, donde los dos trabajan y esperan conservar ambos empleos. Entre honorarios del programa de agencias y los gastos requeridos de las au pairs, el costo mínimo total para las familias anfitrionas es de unos 20.000 dólares al año. “El cuidado infantil es un aspecto en este sentido, pero realmente hemos apreciado el componente de intercambio cultural”, afirmó Dawn Gile, abogada y mamá anfitriona en Maryland. Y a medida que el coronavirus amenaza con mantener cerradas las escuelas y las guarderías, el cuidado infantil en casa es aún más atractivo.
DOMINGO SÁBADO 2223 DE DE AGOSTO DE DE 2020 2020 THE NEW YORK TIMES INTERNATIONAL WEEKLY 257 C I E N C I A Y T E C N O L O G Í A Tras pasar 25 años en un zoológico bonaerense (der.) Mara fue transportada a un santuario en Brasil en mayo (arr.). En su juventud, fue parte de un circo (abajo). Una elefanta, con una vida ardua Por BROOKE JARVIS La frontera entre Argentina y Brasil había quedado cerrada por la pandemia, cuando en mayo llegó un convoy inusual al puesto de control en Puerto Iguazú. Viajaban en seis vehículos, 15 personas, entre ellos una grúa y un camión grande. Detrás del camión iba una caja tra nsportadora especial. Dentro de la caja iba una elefanta. La elefanta se llamaba Mara. Tenía unos 50 años y había pasado los últimos 25 años de su vida encerrada en un polvoriento recinto del zoológico en Buenos Aires. El zoológico alguna vez fue la joya de la corona de los grandiosos parques victorianos de la ciudad. El recinto de Mara fue construido para emular las románticas ruinas de un templo hindú. Pero para ella era un hogar difícil, aglomerado con otros dos elefantes. Eran elefantes africanos, una especie distinta a la de ella, que es una elefanta asiática. Como no se llevaban bien, los cuidadores se aseguraban de que nunca compartieran su pequeño espacio, moviéndolos de un lugar a otro, entre secciones del recinto todos los días. Mara pasaba mucho tiempo de pie en el interior, a pesar de que los elefantes necesitan caminar mucho para poder digerir correctamente y mantener saludables sus patas. Pasaba mucho tiempo sola. Pasaba horas meciendo la cabeza en círculos, un comportamiento considerado como una señal de estrés en elefantes en cautiverio. La gente comenzó a protestar pidiendo que se hiciera algo, no solo por Mara sino por todos los animales —un total de 2.500 en 2016— que estaban apretujados en tan solo 17 hectáreas. Un comité examinó la premisa del zoológico. “¿Queremos un zoológico?”, preguntó Tomás Sciolla, gerente de fauna. La respuesta a la que llegaron fue que no. La ciudad decidió convertir el zoológico en un ecoparque infantil. El comité comenzó a investigar cómo podría enviar a los animales a santuarios y reservas naturales. Para esta primavera, 860 animales habían sido reubicados. Mara sería la 861. El comité planteó mudarla al Santuario de Elefantes Brasil, un complejo de más de 1.130 hectáreas en el estado de Mato Grosso. Pero reubicar a una elefanta a una distancia de 2.700 kilómetros, cruzando fronteras internacionales, FOTOGRAFÍAS POR SOFÍA LÓPEZ MAÑÁN PARA THE NEW YORK TIMES; ABAJO, THE NEW YORK TIMES requiere una gran cantidad de documentación. En el caso de Mara, conseguir los permisos involucró comprobar su lugar de nacimiento y dónde había vivido antes de llegar al zoológico en 1995. Había sido incautada de un circo, el Circo Rodas, debido a un trato deficiente. El público aportó información. La familia Tejedor, circense, informó que a principios de los años 70 compró a Mara del Tierpark Hagenbeck, un zoológico de Hamburgo, Alemania; ese zoológico la había adquirido a una temprana edad en la India, donde había nacido en cautiverio, en un campamento de trabajo. Víctor Veira Tejedor, cuya familia fue dueña del circo, recordaba a Mara como un integrante de la familia. La familia de Veira abandonó el negocio circense en 1980, cuando él tenía 12 años, y vendió a Mara al Circo Rodas. “Ahí fue donde se pusieron las cosas feas para ella”, afirmó Sciolla. Mara no se “portaba bien”. “Pero, ¿qué es ‘portarse bien’ para un elefante que está en cautiverio y es obligado a actuar?”. El nuevo circo contrató al ex entrenador de Mara para lograr que volviera a actuar. Pero ella, tal vez sintiéndose amenazada, lo mató. Antes de que la llevaran a vivir al zoológico, la encontraron encadenada en un estacionamiento. Pero el zoológico solo mejoró relativamente sus condiciones y después de 25 años, Sciolla estaba desesperado por liberar a Mara. El plan de salida requirió una intensa coordinación con dos gobiernos federales, pero al fin todo estaba en orden: Mara podría finalmente mudarse al santuario de Brasil en marzo. “Y luego, claro, comenzó la- COVID-19”, relató Sciolla. Después de que se hicieron nuevos planes, Mara se encontró en una caja, en una pandemia, esperando en la frontera cerrada de dos países. Solo cuatro de las personas recibieron el permiso para cruzar con ella. Sciolla comenzó a sentir algo de alivio de, como dijo, todas las presiones que sientes cuando estás con un elefante a miles de kilómetros de casa”. Hubo un último obstáculo — mover a la elefanta agotada a un camión que pudiera sortear los últimos 65 kilómetros de camino accidentado— y al fin llegó la caja a una zona de campo abierto, árboles y pasto. “Todo valió la pena cuando ves a ese animal que ha pasado casi toda su vida de forma antinatural, conectando con su esencia y con lo que ella es”, manifestó Sciolla. “En su caso, tardó mucho”. Mara rápidamente conectó con con otra elefanta asiática. A Veira le parecieron conmovedores los videos de Mara explorando su nuevo hogar. Ahí estaba ella —fuera de la caja, del circo y del zoológico— estirando las piernas, rascándose la espalda contra los árboles y haciendo una amiga. ¿Dónde está hoy la estrella de neutrones? Por DENNIS OVERBYE Fue una de las grandes exhibiciones de fuegos artificiales de la historia cósmica reciente. El 23 de febrero de 1987, una estrella masiva estalló frente a los astrónomos del mundo, esparciendo cintas y anillos de gas brillante, a través de la Gran Nube de Magallanes, una galaxia satélite a las puertas de la Vía Láctea. Hoy, un anillo de humo de dos tercios de un año luz de ancho, marca esa parte del cielo: casi 19 soles de material estelar ardiente y brillante, parte de ello aún radiactivo, que todavía se extiende hacia el exterior en el universo y es seguido diligentemente por seres humanos, con instrumentos como el telescopio espacial Hubble. Pero las observaciones de los últimos 33 años carecen de cualquier indicio del núcleo de la estrella que explotó. ¿Se ha convertido en un agujero negro? ¿Una pepita densa conocida como estrella de neutrones? ¿Acaso simplemente desapareció? Nadie lo sabía. Hasta ahora. El otoño pasado, un equipo de radioastrónomos liderados por Phil Cigan y Mikako Matsuura, de la Universidad de Cardiff, en Gales, afirmó haber encontrado lo que llamaron “un amasijo” de polvo, que emanaba casi 100 veces más energía que nuestro propio sol. ¿El núcleo podría estar escondido allí? En mayo, un segundo equipo de teóricos, liderado por Dany Page, de la Universidad Nacional Autónoma de México, concluyó que la respuesta podría ser afirmativa. Calculó que la estrella de neutrones dejada por la Supernova 1987A tendría una temperatura de entre 2 y 4 millones de grados Kelvin para este momento, suficiente como para calentar el polvo. El equipo hizo el descubrimiento con el Atacama Large Millimeter/ submillimeter Array, o ALMA, 66, radiotelescopios en el desierto de Atacama en Chile. L. CALÇADA/ESO Dos estudios encontraron evidencia que apuntan a la creación de una estrella de neutrones de una supernova en 1987. Si esa fuente de calor resulta ser una estrella de neutrones, sería el ejemplo más joven encontrado hasta ahora, de una de las creaciones más extremas de la naturaleza. Las estrellas de neutrones son las configuraciones estables de materia más densas del universo. Piense en todo el Monte Everest reducido a una cucharadita. Cualquier otra masa que caiga sobre una estrella de neutrones podría provocar su colapso en un agujero negro. Girando y magnetizadas, las estrellas de neutrones pueden producir los destellos de radio, tipo faro, conocidos como púlsares. Nadie sabe exactamente cómo están estructurados. El estudio de la evolución de las estrellas de neutrones le podría dar a los físicos una idea del comportamiento de la materia en el extremo. Y, por supuesto, confirmaría las nociones de los astrónomos sobre lo que sucede cuando muere una estrella. “La estrella de neutrones se comporta exactamente como esperábamos”, indicó James Lattimer, astrofísico integrante del equipo de Page. Los equipos publicaron sus resultados en un par de artículos en Astrophysical Journal, más recientemente el 30 de julio. ¿Cómo llegarán los astrónomos a la conclusión sobre sí realmente allí está una estrella de neutrones? Si se convierte en un púlsar, emitirá ondas de radio, afirmó Page. De lo contrario, podría estar emitiendo rayos X, que con el tiempo podrían ser visualizados por el Observatorio de rayos X Chandra. “En ambos casos, se necesitaría suerte para tener un pequeño agujero en el remanente que deje pasar la radiación”, comentó, o esperar unas décadas más para que el polvo y el gas se dispersen.
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