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2 THE NEW YORK TIMES INTERNATIONAL WEEKLY<br />
DOMINGO SÁBADO <strong>23</strong>22 DE DE AGOSTO DE <strong>2020</strong><br />
E L M U N D O<br />
Envíe sus comentarios a<br />
intelligence@nytimes.com.<br />
INTELIGENCIA/ELIZABETH BRUENIG<br />
Un santo y sus pecados<br />
FREDERIC J. BROWN/AGENCE FRANCE-PRESSE — GETTY IMAGES<br />
Junípero Serra<br />
fue canonizado<br />
por el Papa<br />
Francisco en<br />
2015, pero aún<br />
es una figura<br />
controvertida,<br />
particularmente<br />
entre los nativos<br />
americanos de<br />
California. Su<br />
estatua en San<br />
Gabriel.<br />
La semana pasada, unas horas<br />
después de publicar un ensayo<br />
sobre la reacción de los católicos<br />
estadounidenses al movimiento<br />
Black Lives Matter, recibí una<br />
avalancha de reacciones negativas<br />
por correo electrónico. La ira de<br />
mis corresponsales no estaba relacionada<br />
con el tema de mi artículo,<br />
sino más bien fue provocada por<br />
una mención a Junípero Serra, un<br />
fraile franciscano canonizado, que<br />
fundó misiones españolas en toda<br />
California en el siglo XVIII.<br />
Me había referido a él para explicar<br />
un factor detrás de la indignación<br />
católica por las protestas<br />
antirracistas, tras el asesinato<br />
de George Floyd: el que algunos<br />
manifestantes han atacado las estatuas<br />
del santo porque creían que<br />
“participó en la conquista de América<br />
del Norte, incluyendo la tortura,<br />
la esclavitud y el asesinato de<br />
algunos de los nativos americanos<br />
que tenía intención de convertir”.<br />
Muchos de mis interlocutores<br />
se identificaron como católicos y<br />
argumentaron que, dado que el<br />
proceso de canonización involucra<br />
la consulta con historiadores, no<br />
era posible —o al menos no era<br />
probable— que tales horrores<br />
pudieran atribuirse debidamente<br />
al padre Serra. Debido a que él se<br />
ha convertido en una propiedad en<br />
disputa en las guerras culturales,<br />
pensé que valía la pena abordar el<br />
tema que plantearon.<br />
Como escribió el Papa Francisco<br />
en 2018, por lo general no se cree<br />
que los santos hayan vivido vidas<br />
perfectas. “Sin embargo, incluso<br />
en medio de sus faltas y fallas,<br />
siguieron avanzando y resultaron<br />
agradables al Señor”, escribió.<br />
En otras palabras, se canoniza<br />
a la gente no por lo que se acepta<br />
ampliamente como bueno en una<br />
democracia liberal, sino por un<br />
tipo de bondad menos evidente al<br />
ojo moderno. La historia del padre<br />
Serra es más espinosa.<br />
A partir de 1749, sirvió a la<br />
Iglesia Católica y a España como<br />
un evangelista dotado y un administrador<br />
capaz de un seminario<br />
franciscano en Ciudad de México<br />
y, más tarde, de las misiones que<br />
dirigió en California. Para integrantes<br />
del clero como el padre Serra,<br />
las misiones eran lugares para<br />
salvar las almas de los nativos<br />
americanos y educarlos en lo que<br />
los españoles creían que era una<br />
forma de vida más civilizada.<br />
Los colonos españoles “querían<br />
cambiar la cultura de ser cazadores-recolectores<br />
a ser cultivadores<br />
agrícolas, y eso iba a significar una<br />
gran transformación en la forma<br />
en que los nativos americanos,<br />
del sur de California, vivían sus<br />
vidas”, me comentó James Sandos,<br />
historiador de la Universidad de<br />
Redlands.<br />
En una entrevista de 2015 con<br />
el National Catholic Reporter,<br />
Robert Senkewicz, un historiador<br />
de la Universidad de Santa Clara<br />
y biógrafo del padre Serra, señaló<br />
que los militares y misioneros<br />
españoles introdujeron animales,<br />
que destruyeron las plantas de las<br />
que los nativos americanos dependían<br />
para mantenerse, y expulsaron<br />
la fauna que cazaban. Así, observó<br />
Senkewicz, “la presencia de<br />
la empresa colonial española muy<br />
rápidamente hizo casi imposible<br />
que se mantuvieran las formas de<br />
vida tradicionales nativas”.<br />
Y así, muchos nativos americanos<br />
llegaron a las misiones, donde<br />
se les ofreció comida y el sacramento<br />
del bautismo. Una vez en los<br />
terrenos de las misiones, no se les<br />
permitía salir libremente. Se les<br />
obligó a sembrar cultivos considerados<br />
valiosos por los españoles<br />
y fueron instruidos, a menudo<br />
brutalmente, en las formas de vida<br />
cristiana europea.<br />
“El padre Serra creía firmemente<br />
que el castigo corporal era una<br />
parte integral del sistema de las<br />
misiones de California y la disciplina<br />
y el control de los pueblos nativos”,<br />
me dijo el historiador Steven<br />
Hackel, de la Universidad de California,<br />
en Riverside. “En el asunto<br />
de corregir a los indios”, escribió el<br />
padre Serra al gobernador de California<br />
en 1780, “cuando nos pareció<br />
que el castigo era merecido, fueron<br />
azotados o metidos al cepo, según<br />
la gravedad de su ofensa”.<br />
Pero el padre creía que el clero,<br />
y no las autoridades seglares españolas,<br />
debían administrar estos<br />
castigos. Dejar tales cosas a los<br />
soldados y otros poderes laicos<br />
había generado “el peor de los males”,<br />
indicó a las autoridades reales<br />
en 1773. Su carta deja entrever que<br />
esos abusos incluían la agresión<br />
sexual, que claramente le horrorizaba.<br />
En las cercanías de las misiones,<br />
los nativos americanos se contagiaron<br />
con enfermedades europeas<br />
letales y miles murieron. “Lo<br />
que sucedió en California había<br />
ocurrido muchas veces en otros<br />
lugares de las Américas”, afirmó<br />
Hackel. “No podemos librar de<br />
responsabilidad a los misioneros<br />
por lo que hicieron. Tenían todo<br />
para saber lo que pasaría cuando<br />
se reuniera a los pueblos indígenas<br />
en estos lugares pequeños”.<br />
Sandos discrepó. “Los sacerdotes<br />
pensaban que sabían lo que<br />
estaban haciendo, pero no era así.<br />
Serra no era un maníaco genocida”,<br />
afirmó. “No sabían lo que<br />
estaban desatando. Y las muertes<br />
les horrorizaba”.<br />
La campaña para su canonización<br />
comenzó en la década de 1930<br />
y se convirtió en tema de controversia.<br />
El padre Serra tenía partidarios<br />
fervientes: un promotor<br />
de bienes raíces de California hizo<br />
que se vaciaran 100 estatuas de él<br />
de un solo molde. También tenía<br />
furiosos detractores, entre ellos<br />
nativos americanos, católicos y no<br />
católicos, que intentaron ofrecer<br />
evidencia histórica y antropológica<br />
de que sus misiones habían sido<br />
desastrosas para su pueblo. Sin<br />
embargo, mientras los funcionarios<br />
de la iglesia habían solicitado<br />
la opinión de historiadores profesionales,<br />
hicieron caso omiso de la<br />
investigación sobre el costo físico,<br />
que el sistema de misiones había<br />
tenido sobre los nativos.<br />
No es posible decir que el padre<br />
Serra habría sido canonizado si se<br />
hubiera presentado una imagen<br />
histórica más completa. Pero para<br />
Ernestine de Soto, de 82 años y<br />
parte de la Banda Barbareño de Indios<br />
Chumash, no hay duda de que<br />
es un verdadero santo. “Hemos sido<br />
católicos desde la llegada de los<br />
franciscanos”, me comentó. Ella<br />
cree que sus oraciones al padre<br />
Serra salvaron a su hija, que fue<br />
hospitalizada con una neumonía<br />
grave y poca esperanza. “Le rogué<br />
al padre Serra que me devolviera<br />
a mi hija . “Y dije que siempre sería<br />
su devota, y lo soy”.<br />
De Soto está devastada por los<br />
ataques a las estatuas del padre.<br />
No discute lo que dice el registro<br />
histórico sobre la vida en el sistema<br />
de misiones, pero cree que él<br />
ha recibido una parte injusta de<br />
culpa. “¿Por qué le echamos todo<br />
a él cuando estos soldados españoles<br />
estaban por todas partes?”,<br />
preguntó.<br />
Vincent Medina, un indígena<br />
americano muwekma ohlone del<br />
área de la Bahía de San Francisco,<br />
lo ve con un ojo más crítico. Medina,<br />
cuyas obras abarcan desde<br />
preservar (y servir) la cocina<br />
ohlone hasta enseñar y compartir<br />
el idioma chochenyo, fue bautizado<br />
católico y trabajó en la Misión<br />
Dolores, durante varios años como<br />
curador.<br />
Cuando el Papa Francisco canonizó<br />
al padre Serra en 2015, dijo<br />
Medina, viajó a Washington, D.C.<br />
para leer un versículo de la Biblia<br />
en la ceremonia —pero no para<br />
alabar lo que había hecho el padre.<br />
“Quería que hubiera una persona<br />
ohlone allí, y recordarle a la gente<br />
al leer un versículo bíblico en nuestro<br />
idioma que no logró quitarnos<br />
nuestra cultura y nuestra gente”.<br />
Eva Walters, fundadora y directora<br />
ejecutiva de City of the Angels<br />
Kateri Circle, una organización de<br />
católicos nativos americanos, expresó<br />
sentimientos complicados.<br />
No estaba contenta con su canonización<br />
y no duda de que lo que<br />
sucedió en sus misiones fue atroz.<br />
Y, sin embargo, Walters, que<br />
proviene del pueblo quechan del<br />
Sur de California, estaba indignada<br />
por los ataques a sus estatuas.<br />
“Estábamos muy descontentos<br />
con la profanación de las estatuas,<br />
y no tan contentos con su canonización”,<br />
expresó. “No fueron los<br />
católicos indígenas estadounidenses<br />
quienes hicieron eso”.<br />
Le pregunté cómo había hecho<br />
las paces con el legado del padre<br />
Serra. “Siendo católicos, tendemos<br />
a perdonar y orar por estas cosas<br />
horribles, que han ocurrido. No<br />
condenamos a nadie”, manifestó.<br />
Una nueva dinámica une a dos rivales<br />
Por DAVID M. HALBFINGER<br />
y RONEN BERGMAN<br />
JERUSALÉN — El primer ministro<br />
Benjamin Netanyahu se acercó<br />
jubilosamente al micrófono, sonriente<br />
ante su golpe diplomático.<br />
“Se los dije”, declaró ante los israelíes<br />
en una triunfal rueda de<br />
prensa el 13 de agosto.<br />
En efecto, lo había hecho.<br />
En contra de la creencia común,<br />
Netanyahu había insistido, al menos<br />
desde 2009, en que Israel podía<br />
desarrollar relaciones diplomáticas<br />
y comerciales plenas con países<br />
árabes en el Medio Oriente, sin<br />
resolver primero el conflicto palestino.<br />
En cada oportunidad, les insistía<br />
a los monarcas del golfo Pérsico que<br />
Ben Hubbard, Peter Baker y<br />
Mark Landler contribuyeron con<br />
información para este artículo.<br />
NANCY LEE Editora ejecutiva<br />
ALAN MATTINGLY Editor<br />
The New York Times International Weekly<br />
620 Eighth Avenue, New York, NY 10018<br />
hicieran pública su cooperación no<br />
tan secreta con Israel.<br />
Una y otra vez, objetaban. Resuelve<br />
el conflicto con Palestina,<br />
decían, y entonces hablaremos.<br />
Esa fue la respuesta reiterada de<br />
tantos países árabes, durante tanto<br />
tiempo, que la persistencia de Netanyahu<br />
parecía desconectada.<br />
Cuando hace poco selló un acuerdo<br />
para normalizar las relaciones<br />
con Emiratos Árabes Unidos<br />
(EAU), no fue porque de pronto se<br />
hubiera vuelto más persuasivo. Lo<br />
que había cambiado, según los analistas<br />
y ex asesores de Netanyahu,<br />
era la dinámica de la región y del<br />
mundo.<br />
Las revueltas de la Primavera<br />
Árabe habían mostrado a los monarcas<br />
del golfo que la ira popular<br />
por la represión y la corrupción<br />
eran las mayores amenazas a su<br />
gobierno, que cualquier reacción<br />
INTERNATIONAL WEEKLY<br />
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negativa por no mantener la solidaridad<br />
con los palestinos.<br />
Otros acontecimientos cambiaron<br />
su cálculo en torno a la seguridad.<br />
Washington no respondió militarmente<br />
cuando Siria atacó con<br />
gas a sus propios habitantes e Irán<br />
fue culpado de un ataque contra instalaciones<br />
petroleras sauditas.<br />
Por último, a medida que las fuerzas<br />
patrocinadas por los iraníes se<br />
hacían más poderosas en toda la<br />
región —en Líbano, Siria, Irak y<br />
Yemen— los estados del golfo escuchaban<br />
de Egipto y Jordania lo<br />
servicial y confiable que era Israel,<br />
en cuestiones vitales de seguridad<br />
nacional.<br />
Los cambios demográficos en<br />
los estados del golfo Pérsico también<br />
reordenaron sus prioridades,<br />
al obligarlos a enfocarse en crear<br />
empleos para sus jóvenes más que<br />
en alzarse en defensa de los palestinos.<br />
Y los líderes del golfo Pérsico<br />
admiraban la economía y el sector<br />
tecnológico de Israel.<br />
Si el acuerdo con EAU se sostiene,<br />
sería el primer florecimiento de<br />
la redención que Netanyahu tenía<br />
prometiendo a los israelíes, desde<br />
hace 11 años. Su esperanza es que<br />
otros países hagan lo mismo. Pero<br />
los analistas cuestionan si muchos<br />
ABIR SULTAN / VÍA REUTERS<br />
Benjamin Netanyahu abrió<br />
relaciones con países árabes.<br />
de los 19 estados árabes, que no<br />
tienen lazos con Israel, seguirán el<br />
ejemplo de los Emiratos.<br />
Reelecto en 2009 tras una década<br />
fuera del poder, Netanyahu había<br />
albergado durante mucho tiempo<br />
una fascinación con el mundo árabe,<br />
explicó Dore Gold, diplomático<br />
veterano y asesor de Netanyahu.<br />
En una acción inicial, relató Gold,<br />
los diplomáticos de Netanyahu hicieron<br />
lobby para que la sede de la<br />
Agencia Internacional de las Energías<br />
Renovables se estableciera<br />
en los Emiratos, una ventaja para<br />
la búsqueda de una posición internacional<br />
de los emiratíes, bajo la<br />
condición de que los diplomáticos<br />
israelíes tendrían que ser acreditados.<br />
En 2015, Israel abrió una misión<br />
permanente en la agencia, su<br />
primer puesto diplomático en EAU.<br />
“Así es como se construyeron<br />
las cosas, paso a paso o piedra por<br />
piedra, para crear toda una red de<br />
cooperación”, describió Uzi Arad,<br />
asesor de seguridad nacional de<br />
Netanyahu de 2009 a 2011.<br />
Al mismo tiempo, el hecho de que<br />
el presidente Barack Obama bajara<br />
la categoría del Medio Oriente, en<br />
la política exterior estadounidense,<br />
seguido por la prisa del presidente<br />
Donald J. Trump de salir de la región<br />
y su respuesta vacilante a la<br />
agresión atribuida a Irán en 2019,<br />
intensificaron la atracción de los<br />
países del golfo por Israel, dicen los<br />
asociados de Netanyahu.<br />
El ímpetu creció el año pasado<br />
cuando los Emiratos y otras dos naciones<br />
árabes hicieron acto de presencia,<br />
en una conferencia patrocinada<br />
por la Casa Blanca en Bahréin<br />
para hablar de un plan de paz. Los<br />
líderes árabes se preparaban para<br />
las repercusiones internas por participar<br />
en un plan, que marginaba a<br />
los palestinos, pero ninguno llegó.<br />
Era el plan de Netanyahu de anexar<br />
partes de la ocupada Cisjordania,<br />
lo que hacía que las relaciones<br />
abiertas fueran imposibles.<br />
Ese plan se convirtió en el catalizador,<br />
que le dio por fin a Netanyahu,<br />
la apertura que había buscado<br />
desde hace mucho. A medida que<br />
crecía la presión para que olvidara<br />
el plan de anexión, lo intercambió<br />
por algo que quería aún más.<br />
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