Miradas para reconstruir la realidad - Neli Silva Castro

Miradas para reconstruir la realidad - Neli Silva Castro Miradas para reconstruir la realidad - Neli Silva Castro

27.03.2020 Views

Mediciones de masculinidad, feminidad, machismo y sumisión…Género, educación y escolarizaciónLa educación ha sido históricamente un instrumento del patriarcado destinada atransmitir ideas, valores, conductas y los mecanismos que han asegurado la dominaciónde los hombres sobre las mujeres. En la actualidad, en muchos países lasmujeres acceden en mayor porcentaje que los varones a los niveles de educaciónbásica y media, y a pesar de ser quienes mayoritariamente se dedican al magisterio,la educación sigue reforzando la cultura patriarcal y contribuyendo a los procesosde socialización de género. Así refuerza al hombre y lo masculino como referentes,invisibilizando el aporte de las mujeres a la sociedad; la educación institucionalizadala sobrevaloración de lo masculino y la visión del mundo androcéntrica. La educaciónjuega un papel importante en la superación de problemas de discriminaciónde género, actúa como mecanismo reproductor de algunas desigualdades sociales,entre ellas la raza, el género y la clase social. Parte del problema surge de las formas detrasmisión de conocimiento y actitudes hacia el alumnado, para adoptar un rol determinadodentro de la sociedad, distinguiendo las funciones propias del sexo quecorresponde (Fierro, 1999). La escuela y, en especial, el profesorado formado y enformación, deben concurrir en el cambio de los esquemas de género para tratar deeliminar los estereotipos que se construyen sobre las diferencias sexuales, las cualeslimitan las capacidades de las y los alumnos y establece dominio entre los hombresy mujeres (Scharagrodsky, 2004).El personal docente debe promover un proceso educativo basado en la equidad,incluso por encima de sus valores, deben responsabilizarse de su papel como educadorespara poder hacer frente a sus propias creencias y prejuicios en su actuación comoprofesionales (Talbot, 1993). Como menciona Scott [1996], el género hace referenciaa la producción social y cultural, a la unión de signos y símbolos que tienen como baseel dimorfismo sexual: es sobre esta diferencia que las sociedades tienden a relacionarlo masculino con poder y sobrevalorarlo en comparación con lo femenino. Lamas(2000) considera que el género es una categoría en la que se articulan tres instancias:124

Francisco Javier Pérez Montiel1) La asignación de género, la cual se otorga desde el nacimiento en función delos genitales.2) La identidad de género, que se establece a la par del lenguaje, ubicando alniño como masculino y a la niña como femenina.3) El rol de género, asignación social y cultural a través de estereotipos que fijanlos comportamientos que se esperan de los niños y las niñas.Es necesario que hombres y mujeres se den cuenta de la problemática de género enque están inmersos, ya que hoy en día forma parte sustantiva de la construcción de lademocracia y de la redefinición de los modelos de desarrollo, así como de la resignificaciónde la vida personal y colectiva; es por ello necesario educar para la vida de formademocrática, en donde crean en la perspectiva de género y la comprendan comouna herramienta que puede permitir la superación de la intolerancia a la diversidadhumana de todas las manifestaciones de sexismo, dominio, opresión y explotación enque se cultiva la desigualdad social.MetodologíaEn este trabajo nos planteamos la siguiente interrogante de investigación: ¿cuálesson las puntuaciones que se otorgan los estudiantes de la ensv “Dr. Manuel SuárezTrujillo” respecto a Masculinidad, Feminidad, Machismo y Sumisión? Con base enlo anterior, el objetivo es conocer las autocalificaciones que, respecto de Masculinidad,Feminidad, Machismo y Sumisión, se asignan los estudiantes de la ensv “Dr.Manuel Suárez Trujillo” para inferir qué tanto asumen los roles de género.125

Mediciones de masculinidad, feminidad, machismo y sumisión…

Género, educación y escolarización

La educación ha sido históricamente un instrumento del patriarcado destinada a

transmitir ideas, valores, conductas y los mecanismos que han asegurado la dominación

de los hombres sobre las mujeres. En la actualidad, en muchos países las

mujeres acceden en mayor porcentaje que los varones a los niveles de educación

básica y media, y a pesar de ser quienes mayoritariamente se dedican al magisterio,

la educación sigue reforzando la cultura patriarcal y contribuyendo a los procesos

de socialización de género. Así refuerza al hombre y lo masculino como referentes,

invisibilizando el aporte de las mujeres a la sociedad; la educación institucionalizada

la sobrevaloración de lo masculino y la visión del mundo androcéntrica. La educación

juega un papel importante en la superación de problemas de discriminación

de género, actúa como mecanismo reproductor de algunas desigualdades sociales,

entre ellas la raza, el género y la clase social. Parte del problema surge de las formas de

trasmisión de conocimiento y actitudes hacia el alumnado, para adoptar un rol determinado

dentro de la sociedad, distinguiendo las funciones propias del sexo que

corresponde (Fierro, 1999). La escuela y, en especial, el profesorado formado y en

formación, deben concurrir en el cambio de los esquemas de género para tratar de

eliminar los estereotipos que se construyen sobre las diferencias sexuales, las cuales

limitan las capacidades de las y los alumnos y establece dominio entre los hombres

y mujeres (Scharagrodsky, 2004).

El personal docente debe promover un proceso educativo basado en la equidad,

incluso por encima de sus valores, deben responsabilizarse de su papel como educadores

para poder hacer frente a sus propias creencias y prejuicios en su actuación como

profesionales (Talbot, 1993). Como menciona Scott [1996], el género hace referencia

a la producción social y cultural, a la unión de signos y símbolos que tienen como base

el dimorfismo sexual: es sobre esta diferencia que las sociedades tienden a relacionar

lo masculino con poder y sobrevalorarlo en comparación con lo femenino. Lamas

(2000) considera que el género es una categoría en la que se articulan tres instancias:

124

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