REVISTA SEMANA SANTA 2020
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INTERÉS TURÍSTICO INTERNACIONAL
MÉRIDA I I Semana Santa 2020
COFRADÍAS
Noche triste, amarga,
pero muy emotiva
Cofradía del Santísimo Cristo de las Tres Caídas
y Nuestra Señora de la Misericordia
Agustín Pérez Estirado. Hermano Mayor
Me gustaría comenzar estas palabras dando las gracias a
todos los hermanos de la Cofradía del Santísimo Cristo de las
Tres Caídas y Nuestra Señora de la Misericordia por darme su
confianza y reelegirme nuevamente como Hermano Mayor para
que durante los próximos cuatro años continúe al frente de la
misma. Gracias de corazón, continuaré trabajando como lo he
venido haciendo, poniendo ganas y mucha ilusión, con el único
objetivo de que la Hermandad siga creciendo y tratar de que
todos nuestros proyectos y sueños se vayan cumpliendo.
El pasado año y sobre todo el Miércoles Santo se preveía que
iba a ser una emotiva y bonita Estación de Penitencia. Habíamos
trabajado mucho, duro, y con muchas ganas y mucha ilusión en
uno de los grandes retos que me marqué cuando salí elegido
Hermano Mayo. Más que un reto, un sueño, que era nada más
y nada menos que Nuestra Señora de la Misericordia, pudiera
procesionar en una canasta nueva, repujada en plata, como ella
se merece.
Pusimos todas nuestras ganas para que así fuera. Fue mucho
trabajo el que todos invertimos para conseguirlo. Recuerdo que
algunos costaleros que estuvieron en el momento que llegaba
el paso a nuestra casa hermandad y aun viéndolo no se lo creían,
y con los ojos llenos de lágrimas me decían “ Agustín ahora si
me lo creo, lo hemos conseguido “
Y así era, todo esfuerzo al fin tiene su recompensa, y por fin
Nuestra Señora podría lucir toda su belleza en un paso acorde
con esa majestuosa talla.
Miércoles Santo 2019, primer año desde la fundación de
la Hermandad que por inclemencias meteorológicas la
Hermandad se quedaba en casa.
Estaba todo preparado, el Santísimo Cristo de las Tres Caídas,
imponente como siempre, lucia la túnica con la que procesionó
el primer año de su salida, con ese monte de claveles rojos y el
resto del exorno floral que con tanto cariño y dedicación prepara
la florista y sus ayudantes.
Nuestra Señora impactaba vestida de azul y plata acorde con
el nuevo paso, el azul y plata realmente le favorecen, todos
los que la contemplaban comentaban que estaba radiante.
Terminada la Eucaristía, en la parroquia no cabía un alfiler, el
patio a rebosar, la escuadra de caballería del Cuerpo Nacional
de Policía preparada para comenzar el recorrido, así como un
gran número de Policías de la Comisaría de Mérida preparados
para dar escolta a pie y a caballo a nuestros titulares, (todo un
honor para nosotros que cada año nos acompañen). En la calle
se agolpaban un gran número de vecinos y amigos que, a pesar
de la lluvia, tenían la esperanza de que cesara y no querían
perderse la salida de la Hermandad de la parroquia. Estaban
ansiosos por acompañar a nuestras imágenes y poder ver esa
sorpresa que teníamos guardada con tanto celo.
En mi larga vida y quizás debido a mi profesión, me he encontrado
con situaciones muy difíciles dolorosas y complejas, pero como
la del día 17 de abril de 2019 pocas, Tener que informar de la
suspensión de nuestra Estación de Penitencia a tantas y tantos
hermanos ilusionados por salir a la calle, cruzar ese puente
romano y llegar al recorrido oficial y que toda Mérida pudiera
contemplar nuestras imágenes, tener que enfrentarme casi sin
voz, y tener decir “ Lo siento de corazón, pero no podemos salir
“, ¡¡uf ¡! solo recordarlo se me pone la piel de gallina. Una de las
peores frases que he tenido que pronunciar a lo largo de mi vida
como cofrade.
Así nació el espíritu del 17 de Abril.
Ese día lloramos todos, desde toda mi Junta de Gobierno,
pasando por nazarenos, penitentes, damas, músicos incluidos
sus directores, los compañeros del Cuerpo Nacional de Policía,
y hasta los reporteros y periodistas que tenían que retransmitir la
salida de nuestra procesión y como no, sobre todo los costaleros
que trabajan duro durante toda la cuaresma ensayando para
que todo saliera perfecto. Dedican muchas horas y ponen todas
las ganas para ser los pies de nuestros titulares, mirar sus ojos
era todo un poema.
Y muy difícil también de consolar a los niños, ¿cómo consuelas
a un niño?, momentos difíciles. Recuerdo a un niño que no tenía
más de cuatro o cinco añitos y que me tiraba de la túnica y me
decía “ Agustín que yo quiero salir, que es mi primer año “ todo
esto llorando sin parar y yo sin poder explicarle el por qué.
Se vivieron momentos muy emotivos, sentimos el abrazo y el
calor de nuestro barrio y parte de Mérida, eso fue lo que se
puede decir Hermandad, momentos duros y amargos pero que
al ver cómo la gente nos abrazaba tratando de consolarnos y
dándonos su apoyo mitigan un poco tanta impotencia.
Las dos bandas no querían marchar si tocar algunas marchas
y al ver cómo había dejado de llover y la gente y los hermanos
continuaban sin marcharse decidimos sacar nuestros pasos al
patio de la parroquia, para que todos pudieran contemplarlos y
los costaleros pudieran disfrutar y matar el gusanillo y que el
grupo Al Son del Cajón que habían hecho un gran esfuerzo al
estar allí, pudieran interpretar la marcha ‘’ La Saeta “.
Noche triste, amarga, pero muy emotiva. Me quedo con esto.
Feliz Semana Santa a todos y que el 2020 el tiempo nos deje
disfrutar de nuestra Semana Santa. Esperemos que a lo largo
de esta mi última legislatura podamos conseguir el sueño de
esta Hermandad y seguro de muchos emeritenses y es que las
aguas del Río Guadiana a su paso por el majestuoso Puente
Romano sean espectadora de excepción y en sus aguas se vea
reflejado como un paso de Palio cruza ese puente, monumento
único en el mundo, si lo conseguimos Tres Caídas escribirá una
página en la historia de Mérida.
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