REVISTA SEMANA SANTA 2020

MÉRIDA I Semana Santa 2020
ARTÍCULOS
INTERÉS TURÍSTICO INTERNACIONAL
VAMOS ‘PA’ MÉRIDA
DEVOCIÓN DE BARRIO
Celia Lafuente. Periodista
En 2020 poco se puede discutir
sobre la Fe que se respira más allá
del empedrado del Puente Romano
y de cómo sus túnicas de color
marfil y azul añil, unen las dos orillas
del Guadiana en Semana Santa.
Cualquier duda es disipada, en el
ecuador de la Semana de Pasión,
cuando sale a la calle el Santísimo
Cristo de las Tres Caídas o cuando
Ntra. Sra. de la Misericordia pisa la
Avda. Antonio Campos. Es visible
la devoción en un día similar a un
festivo para sus vecinos; donde la
multitud se agolpa en la salida y
entrada de una hermandad que ha
sabido adaptarse a los tiempos,
mostrando una imagen muy
renovada en los últimos años, sin
olvidar lo fundamental, la Fe. Una
hermandad que, como comúnmente
se dice, ´pone toda la carne en el
asador´ y lo hace involucrando a
sus vecinos; desde quién se pone
a elaborar los bocadillos de los
costaleros hasta los que proponen
mostrar sus dotes flamencos para
cantarle a sus titulares. Eso, también
es hacer hermandad.
Se sitúa más cerca del centro y no se
caracteriza por ser un barrio obrero,
pero también forma parte de esas
hermandades del extrarradio que
trabajan incansablemente, durante
todo el año, para ser despensa de
muchas familias necesitadas de la
ciudad. La Sagrada Cena, de San
José, no solo se ha convertido en
fundamental, sino que juega uno de
los papeles más importantes de la
Semana Santa de Mérida, marcar el
paso del resto de hermandades por
ser la primera cofradía que sale a la
calle el Domingo de Ramos. La más
joven, la única del nuevo Mileno y con
una llamativa respuesta por parte de
la ciudadanía, tanto adultos como
niños, que se sienten identificados
con esta cofradía de color vino que
ha crecido muy rápido en número
de hermanos, en patrimonio y en
definitiva, esa imagen que proyecta
en la calle.
Pero si hablamos de devoción en
el extrarradio es obligatorio pasar
el subterráneo que une la Avda.
de Extremadura con Juan Carlos
I. Con la primera que topamos es
con la hermandad de barrio más
antigua de la capital extremeña:
La Paz. Una cofradía que ha vivido
altibajos, precisamente por la
dispersión de esa barriada en el 96,
pero que ha sabido renovarse para
seguir cumpliendo con la misión
de aglutinar a sus devotos cada
Jueves Santo. Cuando hablamos de
hermandades de barrio, no podemos
obviar las pasiones que despiertan
algunas imágenes y, precisamente,
en esta Hermandad, encontramos el
ejemplo más real con Ntra. Sra. de
la Paz. El sentimiento que despierta
la denominada en Mérida como ‘La
Blanca Paloma’, es visible durante
toda su Estación de Penitencia con
cantos y vítores a la Virgen, propios
de su seña de identidad.
Es muy fácil hablar de devoción por
las imágenes con la Hermandad de la
Vera Cruz. Los pilares fundamentales
de las pasiones que despierta esta
cofradía en La Sindicales son, sin
duda, el Cristo de la Vera Cruz y
María Santísima de Nazaret. Un
barrio obrero y católico que, cada
Jueves Santo, se reúne en torno a
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