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REVISTA SEMANA SANTA 2020

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MÉRIDA I I Semana Santa 2020

ARTÍCULOS

PREGONES

En primer lugar quiero pedir perdón por si en algún

momento me fallan las palabras o me emociono, soy una

persona de lagrima fácil y que se emociona con facilidad,

espero que no sean muchas.

En esta vigésima edición quería recordar a todos los

pregoneros anteriores:

Ángel Fernández (qepd).

Mario Hernández.

Paco Miranda.

David Vadillo.

Emilio Nova.

Gerardo Duran (qepd).

Raúl Calvo.

Berto García-Camarero.

Ángel de las Heras.

Diego Picarzo.

Javi Dopico.

Antonio Arriaza.

Javi Gallego.

Fernando Carrasco.

Rubén Mancera.

Agustín Delgado.

Luis Villarino.

Jose Manuel González.

Mariano Roncero.

Todos ellos grandes pregoneros y cofrades, que han

hecho y siguen haciendo una labor excepcional por

nuestra semana grande.

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Quiero empezar este pregón por el final, ya que es

posible que después no pueda.

A ti, mamá, gracias por darme la vida; sé que a veces no

ha sido fácil conmigo pero, todas las posibles virtudes

que yo pueda tener te las debo a ti. También por el tiempo

que dedicaste, junto a la abuela, haciendo túnicas y

muchas cosas más. Y sobre todo, por la libertad que

me dabas cuando casi desaparecía de casa durante la

Semana Santa, aunque sabías que lo único que hacía era

ver las procesiones las veces que hiciera falta.

A mi hermana, que sé que desde ahí arriba me está

mandando todo su apoyo y cariño.

A ti Diana, compañera de la vida, por el tiempo que os

quito a ti y a las niñas por los ensayos, montajes y todo

lo demás. Gracias por saber respetar mi pasión y por

apoyarme en todas las decisiones que tomo.

INTERÉS TURÍSTICO INTERNACIONAL

Cristina y Aitana, mis niñas, lo mejor que me ha dado

esta vida, espero que en un futuro tengáis la misma

ilusión y pasión por el mundo cofrade.

A través de estas líneas quiero expresar lo que es un

sentimiento cofrade, desde el inicio hasta el día de hoy.

Permitidme hablarles en primera persona, no es afán

de protagonismo sino que quiero que se metan en el

papel como yo lo voy a hacer. Cierren los ojos y tomen

este pregón como uno propio, con todas sus vivencias

cofrades, desde que uno casi jugando se convierte

en hermano de luz, hasta ya tener más conciencia y

responsabilidad siendo portador, costalero o capataz.

Yo no vengo de una familia cofrade ni he tenido en ese

sentido tradición de padres a hijos. Soy de la opinión

que cofrade se nace o se hace, este último es mi caso.

Mis primeros recuerdos cofrades no son los típicos

que podría tener la mayoría de la gente. Siempre que

pienso en ello, suelo tener tres imágenes grabadas en mi

mente: En Cuaresma, faltando poco para el Domingo

de Ramos, mi principal preocupación era saber cuándo

se podía ir a retirar la papeleta de sitio de la cofradía de

Nuestro Padre Jesús de Nazareno. Pasaba por el Bar

Hornito casi a diario para ver si ya estaban preparadas.

La segunda era el ritual de ir, por lo menos un mes antes,

a la Confitería Gutiérrez a por los caramelos de la Mártir

no fuera que me quedase sin ellos. Y la tercera era visitar

Santa Eulalia para ver si ya estaban montando la enorme

estructura de chapa . El día que veía todo montado decía

para mí: “Esto ya está aquí “.

Me acercaba todos los días para observar el montaje

de las imágenes en los pasos, la decoración floral,

encenderse la candelería… Me faltó valor para dar un

paso adelante y ofrecerme a ayudar, que era realmente

lo que quería.

Por fin… el ansiado Miércoles Santo. Llegaba la tarde y

no paraba quieto en casa. Todavía guardo las papeletas

de sitio donde decía que había que estar una hora antes,

eso era demasiado para mí, parecía que iba a llegar

tarde, así que, iba dos horas antes aun viviendo a cinco

minutos de la Basílica.

Ya en el Atrio, me acercaba al paso del Nazareno, ese

Cristo con la Cruz a cuesta, de mirada penetrante y de

gran devoción, acompañado por esos fieles penitentes

con cadena y cruz sobre el hombro, queriendo aliviar el

peso que lleva el Señor.

Mis recuerdos pasan también por ese encuentro tan

espectacular y tradicional que realiza la cofradía,

siempre intentaba estar en el tramo de los nazarenos de

la Virgen para poder observar a esa Madre del Mayor

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