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Ready Player One - Ernest Cline

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a conclusiones precipitadas. En Oasis había centenares de universidades y escuelas

privadas ubicadas en otros planetas. Tal vez los versos hicieran referencia a alguna de

ellas. Pero no lo creía. Tenía más lógica que fuera Ludus. James Halliday había

donado miles de millones para financiar la creación del Sistema de Escuela Pública

allí, como un modo de demostrar el fabuloso potencial de Oasis en tanto que

herramienta educativa. Y antes de su muerte había creado una fundación para

asegurarse de que el Sistema de Escuela Pública de Oasis contara siempre con dinero

necesario para funcionar. La Fundación de Enseñanza Halliday también

proporcionaba a los niños pobres de todo el mundo, gratuitamente, el hardware

necesario, así como acceso a internet, para que pudieran asistir a clase en Oasis.

Los propios programadores de GSS habían diseñado y construido Ludus y todas

las escuelas que contenía, por lo que era posible que Halliday hubiera sido quien

hubiera puesto el nombre al planeta. También habría tenido acceso a su código

fuente, en caso de que hubiera querido esconder algo en él.

Aquella cadena de suposiciones detonaba en mi cerebro como bombas atómicas,

una tras otra.

Según el módulo original de Mazmorras y dragones, la entrada a la Tumba de los

Horrores estaba oculta cerca de una «colina baja, de cima plana, de unos doscientos

metros de anchura por trescientos de longitud». La cima de la colina estaba cubierta

de rocas negras, grandes, dispuestas de tal manera que, si se veían desde muy arriba,

parecían las órbitas oculares, los orificios nasales y los dientes de una calavera

humana.

Pero si en Ludus existía algún monte como ése, ¿no lo habría encontrado alguien

ya?

Tal vez no. En Ludus había centenares de grandes bosques repartidos por su

superficie, en los inmensos sectores de tierras despobladas que separaban los miles de

campus escolares. Algunos de ellos eran enormes, se extendían a lo largo de muchos

kilómetros cuadrados. Casi ningún alumno había puesto jamás los pies en ellos,

porque allí no había nada interesante que hacer ni que ver. Como sucedía con los

campos, ríos y lagos, los bosques de Ludus eran paisajes generados por ordenador,

situados allí para rellenar los espacios vacíos.

Sí, claro, durante las largas estancias en Ludus de mi avatar, y por puro

aburrimiento, había explorado algunos de los bosques a los que podía llegarse a pie

desde mi escuela. Pero sólo había miles de árboles generados aleatoriamente, así

como algún que otro pájaro, algún conejo, alguna ardilla. (Matar a aquellos seres

diminutos no te daba ningún punto de experiencia. Lo había comprobado.)

De modo que era más que posible que en alguna parte, oculta en algún fragmento

inexplorado de bosque, se hallara una colina cubierta de rocas dispuestas en forma de

calavera humana.

www.lectulandia.com - Página 68

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