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Ready Player One - Ernest Cline

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web en dos dimensiones, suspendido frente a mí. Ventanas como ésa sólo podía

verlas mi avatar, por lo que nadie podía leer por encima de mi hombro (a menos que

yo seleccionara expresamente una opción para permitirlo).

Mi página de inicio llevaba directamente a El Vivero, uno de los foros de

mensajes para gunters más populares. La interfaz del sitio estaba diseñada para que

su aspecto y su funcionamiento recordaran al viejo sistema BBS, anterior a internet

(el llamado Bulletin Board System, o Sistema de Tablón de Anuncios), que incluía,

durante la secuencia de ingreso, la reproducción del característico chirrido de un

módem de 300 baudios. Todo muy guay. Pasé varios minutos revisando los hilos de

discusión más recientes, enterándome de las últimas noticias y rumores sobre gunters.

Yo era, sobre todo, espectador pasivo, rara vez publicaba algo en los muros, aunque

no dejaba pasar un día sin consultarlos. Aquella mañana no encontré nada de mucho

interés. Las típicas guerras de mensajes entre clanes. Discusiones abiertas sobre la

interpretación «correcta» de algún pasaje críptico del Almanaque de Anorak. Avatares

de alto nivel alardeando de cualquier novedad mágica o artefacto que acabaran de

obtener. Aquellas chorradas llevaban varios años sin cambiar. A falta de avances

reales, la subcultura gunter había ido convirtiéndose en un reducto donde reinaban la

chulería, las payasadas y una sucesión de absurdas luchas intestinas. Qué triste.

Mis hilos favoritos eran los dedicados a poner verdes a los sixers. «Sixer» era el

apodo peyorativo que recibían los empleados de Innovative Online Industries. IOI

(que se pronunciaba «aiouai»), era un conglomerado global de empresas de

comunicación, además del mayor suministrador del servicio de internet. Gran parte

del negocio de IOI se concentraba en proporcionar acceso a Oasis y en vender bienes

y servicios dentro de él. Por eso, IOI había intentado lanzar varias operaciones

hostiles de compra de Gregarious Simulation Systems, todas ellas fallidas. Desde

hacía un tiempo intentaban hacerse con el control de GSS aprovechándose de un

vacío en el testamento de Halliday.

IOI había creado un nuevo departamento en la empresa llamado «División de

Ovología». (El término, originalmente, hacía referencia a «la ciencia sobre el estudio

de los huevos de ave», pero en los últimos años había adoptado una segunda

acepción: la «ciencia» de la búsqueda del Huevo de Pascua de Halliday.) La División

de Ovología de IOI tenía un solo propósito: ganar la competición de Halliday y

hacerse con el control de su fortuna, su empresa y del mismo Oasis.

Como a casi todos los gunters, a mí también me horrorizaba la idea de que IOI

controlara Oasis. La maquinaria de su departamento de comunicación había dejado

las cosas muy claras: IOI creía que Halliday nunca había sacado todo el partido

económico posible a su invento y estaba dispuesto a poner remedio a la situación.

Pasarían a cobrar una tarifa mensual para acceder a la simulación. Es decir, que

dejaría de ser gratuita, la privacidad y el anonimato de los usuarios desaparecerían, y

www.lectulandia.com - Página 34

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