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Ready Player One - Ernest Cline

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0036

Cuando tu avatar muere, la pantalla no vuelve al negro enseguida. Lo que ocurre

es que tu punto de vista pasa, automáticamente, a una perspectiva objetiva, de tercera

persona, y te permite presenciar brevemente, desde fuera, el fin de la existencia de tu

avatar.

Una décima de segundo después de que oyéramos aquel atronador estallido, mi

perspectiva cambió y me encontré contemplando a nuestros tres avatares inmóviles

frente a la puerta abierta. Entonces, una luz blanca, cegadora, inundó el mundo,

acompañada de una pantalla de sonido ensordecedor. Así era como siempre había

imaginado verse atrapado en una explosión nuclear.

Durante un breve instante, vi los esqueletos de nuestros avatares suspendidos en

el interior de los perfiles transparentes de nuestros cuerpos inmóviles. Y acto seguido,

la puntuación en mi contador de vidas se desplomó hasta el cero.

El impacto se produjo un segundo después, desintegrándolo todo a su paso;

nuestros avatares, el suelo, las paredes, el propio castillo y a los miles de avatares

congregados a su alrededor. Todo se convirtió en un polvo fino, atomizado, que

permaneció suspendido en el aire durante un segundo, antes de posarse sobre la tierra.

La superficie entera del planeta había sido arrasada. El área que rodeaba el

Castillo de Anorak, lleno hasta ese momento de avatares guerreros, se había

convertido en un erial árido y desolador. Todo y todos habían sido destruidos. Sólo la

Tercera Puerta permanecía en su sitio, un marco de cristal que flotaba en el aire, sobre

el cráter donde el castillo se alzaba un instante antes.

Mi sorpresa inicial dio paso al temor cuando me di cuenta de lo que acababa de

suceder.

Los sixers habían detonado el Cataclista.

Era la única explicación. Sólo ese artefacto, increíblemente potente, era capaz de

algo así. Había matado a los avatares del sector y destruido incluso el Castillo de

Anorak, una fortaleza que, hasta ese momento, había resultado indestructible.

Yo contemplaba la puerta abierta que flotaba en el espacio vacío y esperaba lo

inevitable, que apareciera el mensaje final en el centro de mi visualizador: las

palabras que sabía que todos los demás avatares debían de estar viendo en ese

momento: GAME OVER.

Pero cuando al fin aparecieron unas letras, el mensaje era otro:

«¡FELICIDADES! ¡TIENES UNA VIDA EXTRA!»

Después, mientras contemplaba asombrado el mensaje, vi que mi avatar

reaparecía, regresando a la existencia en el punto exacto donde acababa de morir

segundos antes: volvía a encontrarme frente a la puerta abierta. Pero, entonces,

flotaba en el aire, suspendida varios metros por encima de la superficie del planeta,

www.lectulandia.com - Página 318

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