18.03.2020 Views

Ready Player One - Ernest Cline

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

dejé caer, con los pies por delante, apuntando los talones directamente a la espalda

curvada de Mechagodzilla. Cuando se produjo el impacto, oí que en el interior de la

bestia algo se partía bajo mi impulso y mi peso. De la boca del dinosaurio empezó a

salir humo y el brillo azul de sus ojos desapareció.

Ejecuté una voltereta hacia atrás y aterricé, agazapado, tras el robot que seguía

tendido. El único brazo que seguía funcionando se agitaba sin parar, al tiempo que la

cola y las patas iban de un lado a otro. Sorrento parecía forcejear con los mandos, en

un intento desesperado por lograr que la bestia se pusiera en pie.

A continuación seleccioné Yatsuaki Kohrin de mi menú de armas: el Ultra-Slice.

Al momento, un filo circular, brillante, rodeado de azul eléctrico, apareció en mi

mano derecha, girando rápidamente. Apuntándolo contra Sorrento, lo solté con un

golpe de muñeca, como si se tratara de un frisbee. Rasgó el aire con un chirrido e

impactó en el estómago de Mechagodzilla. La sierra de energía partió su piel metálica

como si estuviera hecha de tofu, partiendo el robot en dos mitades. Justo antes de que

la máquina explotara, la cabeza se separó del cuello. Sorrento había conseguido

saltar. Pero como el lagarto gigante ya se encontraba en el suelo, la cabeza rodó a ras

de suelo. Sorrento se hizo rápidamente con la situación y los cohetes que asomaban a

la cabeza se encendieron y lo elevaron rápidamente por los aires. Sin darle tiempo a

que llegara muy lejos, crucé los brazos de nuevo y le disparé otro rayo Specium, que

impactó en aquella cabeza que huía como si de una paloma de barro se tratara. La

gran explosión que siguió la desintegró al momento.

La multitud enloqueció.

Revisé La Tabla y constaté que, en efecto, el número de empleado de Sorrento ya

no figuraba en ella. Su avatar había muerto. No me alegré demasiado al verlo, pues

sabía que en ese mismo instante, seguramente, estaría apartando de cualquier manera

de su silla háptica a alguno de sus secuaces para hacerse con el control de otro avatar.

El contador indicaba que a mi Beta Cápsula sólo le quedaban quince segundos, de

modo que la desactivé. Mi avatar regresó al momento a su tamaño y su aspecto

normales. Me di media vuelta movido por las botas de propulsión y entré volando en

el castillo.

Cuando llegué al otro extremo del inmenso vestíbulo me encontré a Art3mis y a

Hache frente a la Puerta de Cristal, esperándome. Los cuerpos humeantes y

ensangrentados de más de diez avatares sixers recientemente ajusticiados yacían

esparcidos por el suelo, a su alrededor, y se disolvían lentamente en la nada de la noexistencia.

Al parecer, allí acababa de producirse una escaramuza breve y decisiva

que yo me había perdido por poco.

—No es justo —dije, interrumpiendo el suministro a mis botas y posándome en el

suelo, junto a Hache—. Podríais haberme dejado al menos uno con vida.

Art3mis no se molestó en responder y me hizo un gesto obsceno con el dedo

www.lectulandia.com - Página 316

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!