18.03.2020 Views

Ready Player One - Ernest Cline

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Og sonrió y se volvió a mirarme.

—El mundo entero depende de vosotros cuatro. Intentad no decepcionarlo.

—Haremos lo que podamos.

—Eso lo sé.

Nos dimos la mano.

Avancé un paso más en dirección a mi cabina, pero me detuve y volví la cabeza.

—Og, ¿puedo preguntarle algo?

Él arqueó una ceja.

—Si quieres saber qué hay tras la Tercera Puerta, no tengo ni idea —dijo—. Pero

aunque lo supiera, no te lo diría. Eso ya deberías saberlo.

Negué con la cabeza.

—No, no es eso. Quería preguntarle qué fue lo que hizo que su amistad con

Halliday terminara. En todas las investigaciones que he realizado, nunca he logrado

encontrar nada. ¿Qué ocurrió?

Morrow permaneció unos instantes observándome fijamente. Le habían

formulado aquella pregunta muchas veces en entrevistas y él nunca la había

respondido. No sé por qué decidió sincerarse conmigo. Tal vez llevaba todos esos

años esperando el momento de contárselo a alguien.

—Fue por Kira, mi mujer. —Hizo una pausa, carraspeó y siguió hablando—.

Como yo, él también estaba enamorado de ella desde la época del instituto. Jamás

tuvo el valor de hacer nada al respecto, por lo que ella no supo nunca cuáles eran sus

sentimientos. Y yo tampoco. No me contó nada hasta que volvimos a hablar, poco

antes de su muerte. Incluso en ese momento le costó comunicarse conmigo. A Jim no

se le dio nunca muy bien la gente, ni expresar sus emociones.

Asentí en silencio, y esperé a que continuara.

—Incluso después de que Kira y yo decidiéramos casarnos, creo que Jim seguía

albergando, de algún modo, la fantasía de que podría robármela. Pero una vez que

nos vio convertidos en marido y mujer, abandonó la idea. Me dijo que había dejado

de relacionarse conmigo porque estaba muy celoso. Kira fue la única mujer a la que

amó. —A Morrow le costaba hablar, tenía un nudo en la garganta—. Entiendo que

Jim sintiera lo que sentía. Kira era muy especial. Era imposible no enamorarse de

ella. —Me sonrió—. Tú sabes bien qué es eso de conocer a alguien así, ¿verdad?

—Lo sé —admití. Y entonces, al ver que no añadía nada más, le dije—: Gracias,

señor Morrow. Gracias por contármelo.

—De nada —me dijo, al acercarse a su cabina.

La puerta corredera se abrió deslizándose silenciosamente. Vi que el equipo que

se adivinaba en su interior había sido modificado para incluir varios componentes

raros, entre ellos una consola personalizada de Oasis para que pareciera una vieja

Commodore 64. Se volvió para mirarme.

www.lectulandia.com - Página 302

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!