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Ready Player One - Ernest Cline

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—Es lo menos que puedo hacer.

—Es usted muy amable, señor Morrow —dijo Shoto—. Pero yo vivo en Japón.

—Ya lo sé, Shoto —le respondió Ogden—. He enviado un jet privado que te

espera en el aeropuerto de Osaka. Si me proporcionas tu ubicación exacta, haré que

una limusina vaya a buscarte y te lleve hasta la pista.

Shoto permaneció sin habla unos segundos y, entonces, él sí, se inclinó ante

Morrow en señal de agradecimiento.

—Arigato, Morrow-san.

—De nada, chico. —Se volvió hacia Art3mis—. Señorita, por lo que he oído, se

encuentra usted en el aeropuerto de Vancouver. También he dispuesto preparativos en

su caso. En este momento, un chófer la espera en las cintas de equipajes, con un

cartel que lleva escrito el nombre de «Benatar». Él la conducirá hasta el avión que he

fletado para usted.

Por un momento me pareció que ella también le iba a dedicar una reverencia.

Pero lo que hizo fue correr hacia él y abrazarlo con fuerza.

—Gracias, Og —le dijo—. Gracias, gracias, gracias.

—De nada, querida —respondió él, entre risotadas de timidez. Cuando al fin ella

lo soltó, se volvió hacia Hache y hacia mí—. Hache, por lo que he oído, dispones de

vehículo y te encuentras cerca de Pittsburgh. ¿Es así? —Hache asintió—. Si no te

importa, acércate hasta Columbus para recoger a tu amigo Parzival y yo os enviaré un

jet al aeropuerto para que os recoja. Siempre que no os importe compartir vuelo,

claro.

—No, no, por mí perfecto —se apresuró a responder Hache, mirándome de reojo

—. Gracias, Og.

—Sí, gracias —insistí yo—. Nos has salvado la vida.

—Eso espero. —Me dedicó una sonrisa preocupada, y se volvió para dirigirse a

todos—. Que tengáis buen viaje. Nos vemos muy pronto.

Y entonces desapareció tan deprisa como había aparecido.

—Esto es el colmo —dije yo, volviéndome hacia Hache—. Art3mis y Shoto van

en limusina, y yo tengo que esperar a que me vengas a buscar en tu mula apestosa

para ir al aeropuerto. En tu apestosa casa rodante.

—No es apestosa —se defendió Hache, riéndose—. Pero si lo prefieres, pilla un

taxi, capullo.

—Esto va a ser interesante —añadí, mirando de reojo a Art3mis apenas un

segundo—. Al fin los cuatro nos vamos a conocer en persona.

—Para mí será un honor —sentenció Shoto—. Ya tengo ganas de que llegue el

momento.

—Claro, claro —se sumó Art3mis, mirándome fijamente—. Yo también estoy

impaciente.

www.lectulandia.com - Página 293

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