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Ready Player One - Ernest Cline

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como si estuviera bailando rave.

—¡Oh, sí! ¡Oh, sí! —cantaba.

—Estás de broma, supongo —dijo Shoto.

Negué con la cabeza.

—¿No estás de broma? —insistió Art3mis—. ¿Cómo es posible? Sorrento tiene la

Llave de Cristal y sabe dónde está la Puerta. Lo único que tiene que hacer es abrirla y

meterse dentro, digo yo.

—Así ha sido en las dos primeras puertas —repliqué yo—. Pero la Tercera Puerta

es distinta. —Abrí una ventana grande de vídeo en el aire, a mi lado—. Mirad esto.

Es del archivo de vídeos de los sixers. Se trata de una grabación de su primer intento

de franquear la puerta.

Le di a Play. El vídeo se abría con un plano del avatar de Sorrento de pie, frente a

la entrada principal del Castillo de Anorak. El acceso al castillo, que llevaba tantos

años siendo inexpugnable, se abría cuando Sorrento se acercaba a ella, como si se

tratara de la puerta automática de un supermercado.

«La puerta del castillo se abre al paso de cualquier avatar que lleve consigo una

copia de la Llave de Cristal —expliqué—. Si un avatar no la tiene, no puede atravesar

el umbral ni entrar en el castillo, aunque todas sus puertas ya estén abiertas.»

Todos miramos el vídeo, en el que Sorrento dejaba atrás la entrada y accedía al

vestíbulo cubierto de oro que se extendía tras ella. Su avatar se desplazaba por el

suelo pulido y se acercaba a un gran portal de cristal encajado en la pared norte. En el

centro del portal había una cerradura y, sobre ella, tres palabras grabadas en la

superficie centelleante.

CARIDAD. ESPERANZA. FE

Sorrento daba un paso adelante, con la Llave de Cristal en la mano. La introducía

en la cerradura y la hacía girar. Pero no ocurría nada. Entonces se fijaba en las

palabras escritas sobre la puerta. «Caridad. Esperanza. Fe», decía, leyéndolas en voz

alta. Pero seguía sin suceder nada.

Sorrento retiraba la llave de la cerradura, repetía las palabras y después introducía

la llave de nuevo. Nada.

Yo observaba a Art3mis, Hache y Shoto mientras miraban el vídeo. Su emoción y

su curiosidad se habían convertido ya en concentración; supe que intentaban resolver

el enigma que aquellas imágenes les planteaban. Pulsé la pausa.

—Siempre que Sorrento se conecta, lo hace con un grupo de asesores e

investigadores detrás, que controlan todos sus movimientos —dije—. En algunas de

las grabaciones se oyen incluso sus voces, las sugerencias y los consejos que le

proporcionan. Por el momento no le han sido de gran ayuda. Mirad…

www.lectulandia.com - Página 284

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