18.03.2020 Views

Ready Player One - Ernest Cline

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

¿Para qué correr un riesgo tan tonto?

—¿Y a ti qué te parece? Para encontrar la manera de superar su escudo y llegar a

la Tercera Puerta. —Me encogí de hombros—. Fue el único plan que se me ocurrió.

No tuve mucho tiempo para pensar, la verdad.

—Zeta —dijo Hache, sonriendo—, ¡qué loco estás, cabrón! —Se acercó a mí y

me dio la mano—. Por eso te quiero tanto, tío.

Art3mis siguió riñéndome.

—Y, claro, cuando descubriste que tenían archivos secretos dedicados a nosotros,

no pudiste resistir la tentación de echarles un vistazo, ¿no?

—¡Tenía que mirarlos! —me justifiqué—. Para saber cuánto sabían sobre

nosotros. Tú habrías hecho lo mismo.

Ella me señaló con el dedo muy levantado.

—No, yo no. Yo respeto la intimidad de los demás.

—Art3mis, cálmate un poco —la interrumpió Hache—. No sé si lo sabes, pero

seguramente te ha salvado la vida.

Ella pareció reconsiderar su posición.

—Muy bien —admitió—. Olvídalo.

Pero yo sabía muy bien que seguía enfadada.

Como no sabía qué decir, seguí avanzando.

—Acabo de enviaros una copia de todos los datos que he robado. Ocupan diez

zettabytes. Ya deberíais haberla recibido. —Esperé a que lo comprobaran en sus

bandejas de entrada—. El volumen de datos sobre Halliday es increíble. Toda su vida

está contenida en esos archivos. Han reunido entrevistas con todas las personas a las

que Halliday conoció. Se tardaría meses enteros en leerlas todas.

Esperé un momento, para darles tiempo a hojear un poco los datos.

—¡Uau! —exclamó Shoto—. Esto es increíble. —Me miró—. ¿Cómo coño has

conseguido escapar de IOI con todo esto?

—Con astucia.

—Hache tiene razón —dijo Art3mis, meneando la cabeza—. Estás como una

cabra, definitivamente. —Vaciló un momento, antes de añadir—: Gracias por la

advertencia, Zeta. Te debo una.

Abrí la boca para responder «de nada», pero no me salieron las palabras.

—Sí —intervino Shoto—. Yo también te las doy.

—No hay de qué, chicos —logré articular al fin.

—¿Y bien? —cambió de tema Hache—. Suelta ya las malas noticias. ¿A los

sixers les falta muy poco para franquear la Tercera Puerta?

—Créetelo —le dije yo, sonriendo—. Todavía no han adivinado cómo abrirla.

Art3mis y Shoto me miraron con gesto incrédulo. Hache me dedicó una sonrisa

de oreja a oreja, y empezó a mover la cabeza y a levantar las manos hacia el cielo,

www.lectulandia.com - Página 283

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!