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Ready Player One - Ernest Cline

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directamente a mi fortaleza, me dirigí al Garaje de Joe, un establecimiento de

reparaciones situado en una estación espacial del Sector 10. El de Joe era un negocio

de fiar, llevado por PNJ, que cobraba precios razonables y ofrecía un servicio

rapidísimo. Yo recurría a ellos siempre que la Vonnegut necesitaba alguna reparación

o actualización.

Mientras Joe y sus muchachos reparaban mi nave, envié a Hache un breve e-mail

de agradecimiento. En él le decía que, fuera cual fuese el motivo por el que se había

sentido en deuda conmigo, esa deuda estaba ya saldada con creces, definitivamente.

También admitía ser un capullo integral, un insensible y un egoísta, y le suplicaba

que me perdonara.

Una vez reparada la nave, regresé a mi fortaleza. Allí pasé el resto del día pegado

a los canales informativos. Ya se había corrido la voz sobre Frobozz y todos los

gunters se habían teletransportado hasta allí con los medios a su alcance. Otros miles

llegaban en nave espacial cada minuto, para combatir contra los sixers y asegurarse

su copia de la Llave de Jade.

Los informativos emitían en directo las centenares de batallas a gran escala que

habían estallado en Frobozz, alrededor de casi todas las reproducciones del «hogar

viejo y decrépito». Los grandes clanes de gunters habían vuelto a aliarse para lanzar

un ataque coordinado contra las fuerzas sixers. Aquello era el principio de lo que se

conocería como la Batalla de Frobozz y las bajas empezaban a acumularse en ambos

bandos.

Tampoco le quitaba el ojo de encima a La Tabla, esperando hallar la prueba de

que los sixers habían empezado a obtener copias de la Llave de Jade, mientras sus

fuerzas mantenían a raya a la oposición. Como me temía, la siguiente puntuación en

incrementarse fue la que figuraba junto al número de empleado de IOI de Sorrento,

que obtuvo diecisiete mil puntos y le llevó a ocupar la cuarta posición.

Dado que los sixers sabían dónde y cómo obtener la Llave de Jade, esperaba ver

aumentar las puntuaciones de los secuaces de Sorrento. Pero, para mi sorpresa, el

siguiente avatar en hacerse con la llave fue nada menos que Shoto, que la consiguió

apenas quince minutos después de Sorrento.

No sabía cómo, pero Shoto había logrado burlar las hordas de sixers que

infestaban el planeta, había entrado en una recreación de la casa blanca, había reunido

los diecinueve trofeos requeridos y obtenido la copia de la Llave de Jade.

Seguí atento a La Tabla, convencido de que la puntuación de Daito

experimentaría también un incremento. Pero eso no ocurrió.

Lo que sí ocurrió fue que, unos minutos después de que Shoto obtuviera su copia

de la llave, el nombre de Daito desapareció por completo de La Tabla. Eso sólo podía

deberse a un hecho: acababan de matarlo.

www.lectulandia.com - Página 219

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