18.03.2020 Views

Ready Player One - Ernest Cline

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Quienes deseaban encuentros más «íntimos» en Oasis, también podían comprar

MTAC (Muñecas Táctiles Anatómicamente Correctas). Existían modelos masculinos,

femeninos o duales y estaban disponibles en gran cantidad de opciones. De piel de

látex realista. Con endoesqueletos accionados con servomotor. Con musculatura

simulada. Y con todos los apéndices y orificios imaginables.

Yo, movido por la soledad, la curiosidad y la ebullición de mis hormonas

adolescentes, había adquirido una MTAC de gama media, la UberBetty háptica, pocas

semanas después de que Art3mis hubiera dejado de hablarme. Tras pasar varios días

muy improductivos en el interior de un burdel autónomo simulado llamado el

Pleasuredome, me había desprendido de ella, por una combinación de vergüenza y de

instinto de conservación. Había malgastado miles de créditos, había perdido una

semana entera de trabajo y estaba a punto de abandonar la búsqueda del Huevo,

cuando me enfrenté a la dura constatación de que el sexo virtual, por más realista que

fuera, no era más que una forma de masturbación glorificada y asistida por ordenador.

Yo, en el fondo, seguía siendo virgen, seguía viviendo solo en una habitación oscura,

y lo que hacía era tirarme a un robot lubricado. De modo que me deshice de la MTAC

y volví a cascármela como se había hecho siempre.

La masturbación no me avergonzaba en absoluto. Gracias al Almanaque de

Anorak, había empezado a verla como una función corporal normal, tan necesaria y

natural como dormir o comer.

AA 241:87 —Diría que la masturbación supone el caso de adaptación

humana más importante. La piedra de toque de nuestra civilización

tecnológica. Nuestras manos evolucionaron para agarrar herramientas, de

acuerdo, incluidas las nuestras. Lo cierto es que los pensadores, los inventores

y los científicos suelen ser miopes y torpes, y los miopes y los torpes lo tienen

más complicado que otros para acostarse con otros seres humanos. Sin la

válvula de escape, sin la descarga sexual proporcionada por la masturbación,

difícilmente los primeros humanos hubieran llegado a dominar los secretos

del fuego, o hubieran inventado la rueda. Y podéis estar seguros de que

Galileo, Newton y Einstein no habrían realizado sus descubrimientos si antes

no hubieran aclarado la mente «dándole a la manivela» (o «eliminando unos

cuantos protones del átomo de hidrógeno»). Y lo mismo puede decirse de

Marie Curie. Antes de descubrir el radio, seguro que antes descubrió que tenía

un «hombrecillo en la canoa».

Aquélla no era una de las teorías más populares de Halliday, pero a mí me

gustaba.

Al acercarme al baño medio tambaleante, un gran monitor extraplano colgado en

www.lectulandia.com - Página 183

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!