18.03.2020 Views

Ready Player One - Ernest Cline

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

—¿Y tu familia?

—Era la casa de mi tía. Está muerta, creo. Nosotros no… no teníamos mucha

relación.

Intentaba quitarle importancia, pero aunque mi tía nunca se hubiera mostrado

demasiado amable conmigo no por ello creía que mereciera morir. Con todo, el

mayor sentimiento de culpa me lo inspiraba la señora Gilmore, pues sabía que eran

mis actos los que la habían llevado a la muerte. Era una de las personas más dulces a

las que había conocido en mi vida.

Me di cuenta de que estaba sollozando. Bajé el volumen para que Hache no me

oyera. Respiré hondo varias veces y me calmé.

—¡Es que no me lo creo! —gruñó Hache—. Menudos cabrones. Lo van a pagar,

Zeta. Cuenta con ello. Vamos a hacérselo pagar muy caro.

Yo no veía cómo íbamos a poder, pero no quise llevarle la contraria. Sabía que, en

el fondo, lo que quería era consolarme un poco.

—¿Dónde estás ahora? —me preguntó—. ¿Necesitas ayuda? No sé… ¿Tienes

dónde dormir? Puedo enviarte dinero, si te hace falta.

—No, estoy bien —le dije—. Pero gracias, tío. Te agradezco la oferta.

—De nada, amigo.

—Oye, ¿los sixers te han enviado el mismo e-mail que a mí?

—Sí, miles de e-mails. Pero me ha parecido que lo mejor era ignorarlos.

Torcí el gesto.

—Ojalá yo no hubiera sido tan tonto y hubiera hecho lo mismo.

—¿Cómo ibas a saber que intentarían matarte? Además, tu dirección ya la tenían.

Aunque hubieras ignorado sus e-mails, seguramente habrían lanzado la bomba de

todos modos.

—Oye, Hache… Sorrento me ha dicho que en los archivos de tu escuela figuraba

un domicilio falso y que no sabían dónde encontrarte. Pero podía estar mintiendo.

Deberías irte de casa. Trasladarte a algún lugar seguro. Lo antes posible.

—No te preocupes por mí, Zeta. Yo estoy siempre en movimiento. Esos cabrones

no me encontrarán nunca.

—Si tú lo dices… —respondí, sin saber bien a qué se refería—. Pero debo

advertir también a Art3mis. Y a Daito y a Shoto, si los localizo. Seguramente los

sixers están haciendo todo lo que pueden para desenmascarar sus identidades.

—Eso me da una idea —dijo Hache—. Deberíamos invitarlos a los tres a El

Sótano esta noche. ¿Hacia las doce te parece bien? Una sesión de chat privada sólo

para los cinco.

La idea de volver a ver a Art3mis me animó al momento.

—¿Crees que querrán venir?

—Sí, si les decimos que su vida corre peligro. —Sonrió—. Vamos a tener a los

www.lectulandia.com - Página 142

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!