18.03.2020 Views

Ready Player One - Ernest Cline

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

solito, niño. Cuando te apuntaste en el Sistema Escolar Público de Oasis facilitaste tu

nombre y dirección. Para que pudieran enviarte las calificaciones, supongo.

Tenía razón. El nombre de mi avatar, mi nombre real y la dirección de mi

domicilio estaban almacenados en mi carpeta privada, a la que sólo tenía acceso el

director del centro. Había sido un error tonto, pero lo cierto era que me había

matriculado un año antes de que empezara la competición. Antes de convertirme en

gunter. Antes de aprender a ocultar mi identidad real.

—¿Y cómo descubrieron que asistía a clases online? —pregunté.

En realidad ya conocía la respuesta, pero necesitaba ganar tiempo.

—En los mensajes de los gunters en los muros hace días que circula el rumor de

que tanto tú como tu amigo Hache asistís a clase en Ludus. Cuando nos enteramos,

decidimos contactar con algunos administradores del Sistema Escolár Público y

ofrecerles un soborno. ¿Sabes lo poco que gana al año un administrador escolar,

Wade? Es un escándalo. Uno de tus directores se mostró amable y dispuesto a buscar

en la base de datos de los alumnos un nombre de avatar: Parzival. ¿Y sabes qué?

Apareció otra ventana junto al vídeo con la imagen en directo de las Torres. En

ella se mostraba todo mi perfil académico: Nombre completo, nombre de avatar, alias

de estudiante (Wade3), fecha de nacimiento, número de la Seguridad Social y

domicilio. Mis calificaciones. Todo estaba ahí, junto con la foto de un expediente

antiguo que me habían tomado hacía cinco años, poco antes de que me transfirieran a

Oasis.

—También tenemos los datos académicos de tu amigo Hache. Pero él fue más

listo que tú y proporcionó una dirección y un nombre y dirección falsos al

matricularse. De modo que nos va a costar un poco más dar con él.

Hizo una pausa para darme tiempo a intervenir, pero yo permanecí en silencio. El

corazón me latía con fuerza, empezaba a faltarme el aire.

—Así que esto nos devuelve a nuestra última propuesta. —Sorrento se frotó las

manos, entusiasmado, como un niño a punto de abrir un regalo—. Cuéntanos cómo se

llega a la Primera Puerta. O te matamos. Ahora mismo.

—Es un farol —me oí decir.

Pero no creía que lo fuera. En absoluto.

—No, Wade, no lo es. Piénsalo un poco. Con todo lo que ocurre en el mundo,

¿crees que a alguien va a importarle una explosión en una madriguera de miserables y

pobres ratas, en un rincón de Oklahoma City? La gente supondrá que ha sido un

accidente en algún laboratorio de fabricación ilegal de drogas. O alguna célula

terrorista del país intentando construir una bomba de fabricación casera. En

cualquiera de los dos casos, para la gente sólo significará que habrá unos centenares

menos de cucarachas consumiendo vales de alimentos y oxígeno. A nadie le

importará lo más mínimo. Y las autoridades ni se inmutarán.

www.lectulandia.com - Página 137

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!