18.03.2020 Views

Ready Player One - Ernest Cline

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

fin de semana entero. Las imágenes eran anticuadas, pero aun así el juego era muy

divertido y por de más adictivo.

Por la lectura de los mensajes que aparecían en los muros tenía conocimiento de

que, durante los últimos cinco años, varios gunters habían jugado a Mazmorras de

Daggorath allí mismo, en el ordenador de Halliday. Algunos habían superado todos

los juegos de la caja de zapatos, sólo para ver si, al hacerlo, sucedía algo. No había

sido así, aunque, claro, ninguno de ellos estaba en posesión de la Llave de Cobre en

el momento de intentarlo.

Las manos me temblaron ligeramente cuando apagué el TRS-80 e introduje el

cartucho de Mazmorras de Daggorath. Volví a encenderlo y la pantalla se volvió

negra y en ella apareció la imagen antigua de un hechicero, acompañado de varios

efectos sonoros siniestros. El brujo sostenía una vara en una mano y, debajo de él, en

letras mayúsculas, se leía: «¡TE RETO A ENTRAR… A MAZMORRAS DE

DAGGORATH!»

Puse los dedos sobre el teclado y empecé a jugar. Tan pronto como lo hice, un

altavoz se encendió y una música conocida empezó a sonar a todo volumen. Se

trataba de la banda sonora que Basil Poledouris había compuesto para Conan el

Bárbaro.

«Ésta ha de ser la manera de Anorak de hacerme saber que voy por el buen

camino», pensé.

No tardé en perder la noción del tiempo. Olvidé que mi avatar estaba sentado en

el dormitorio de Halliday y que yo, en realidad, estaba sentado en mi guarida,

acurrucado junto al calentador eléctrico tecleando al aire, introduciendo las

instrucciones sobre un teclado imaginario. Todas las capas intermedias

desaparecieron y yo me perdí en el juego al que jugaba dentro de otro juego.

En Mazmorras de Daggorath controlas a tu avatar tecleando órdenes como:

«GIRA A LA IZQUIERDA» o «SUJETA LA LINTERNA». De ese modo navegas a

través de un laberinto de pasadizos formado por gráficos vectoriales mientras luchas

contra arañas, gigantes de piedra, monstruos blandos y fantasmas, y desciendes más y

más, y pasas por los cinco niveles de la mazmorra, que gradualmente van

aumentando la dificultad. Tardé un rato en volver a encontrarle el tranquillo al juego,

pero una vez lo conseguí, no me pareció difícil. La posibilidad de salvar la posición

en todo momento me proporcionaba infinitas vidas (aunque guardar y cargar de

nuevo los juegos desde una cinta de casete resultó ser un proceso largo y farragoso.

En más de una ocasión debía intentarlo varias veces y también mover con mucho

cuidado el mando del volumen del radiocasete.) Guardar el juego también me

permitía hacer pequeñas pausas para ir al baño o recargar mi calefactor.

Mientras jugaba, la banda sonora de Conan el Bárbaro terminó, el altavoz emitió

un chasquido y en el casete empezó a sonar la otra cara de la cinta, que era la banda

www.lectulandia.com - Página 102

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!