Revista Central, Edicion N 83. Estrellas sobre el Mar, la noche de Revista Central, Maral Explanada y Telefe Mar del Plata

MERCADO / TEXTOS: Martín Sebastián Irazabal
Contador Público (UNMdP)
Licenciado en Administración (UNMdP)
Máster Executive en Gestión de Negocios
(Universidad de San Andrés)
Experto en Procesos de Calidad Six
Sigma. Consultor independiente
irazabalm@gmail.com
Una herramienta
para tomar decisiones
Una decisión tiene que
ser efectuada, se han
analizado los hechos y
sus relaciones. Están los
argumentos y se han
excluido las posiblidades
muy negativas. Pero
quedan varias opciones
entre las cuales no se
puede elegir a través de
la información y el
análisis directamente. Lo
que se necesita ahora es
sentido común, buen
juicio por parte de
quienes tomarán la
decisión. Esto es, una
interpretación de la
evidencia que permita
elegir la opción correcta.
No todas las decisiones que se toman en la
organización parten de un análisis que nos
muestra alternativas excluyentes y en las
cuales con el mero análisis matemático
aparece la opción correcta. La realidad
diaria, y más en nuestro país, nos demuestra
que las decisiones se toman en un marco
de ambigüedad e incertidumbre muy
grande.
Desde muy chicos aprendemos lecciones de
lógica y matemática en las cuales la
solución del problema es unívoca. Aplicando
algunos conocimientos y herramientas,
podemos llegar a una solución del problema
planteado.
Esto hace que estemos influidos por la
idea de que el análisis descarta las
alternativas negativas que se nos
presentan y podremos elegir la mejor,
que aparece evidente y respaldada. La
realidad contrasta rápidamente con
esta idea. Es inaplicable proceder de
esta manera. Es insuficiente.
Entonces aparecen las dificultades y
muchas veces caemos en la peor de las
lagunas: la indecisión. No hay peor
decisión que no decidir. Y para dilatar
decisiones tenemos mecanismos
defensivos que incluso respaldan ese
comportamiento.
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