REVISTA DICIEMBRE

Mundo Plural
PROPÓSITOS PARA EL VEINTE - VEINTE
La directora de Editorial Almaluz S.A., nuestra
querida Adriana Rodríguez, me dice, Lucía te
pido que hagas una nota para fin de año. Pedido
que me trajo aparejado a la memoria
cuando en el año 2010 en la escuela en donde
ejerzo la enseñanza de un oficio para adultos,
me solicitan algo similar, el discurso de fin
de año. El mismo día de mi discurso, allá lejos
en Estocolmo, Mario Vargas Llosa decía su
discurso por haber sido elegido para el Premio
Nobel de Literatura. Hoy no recuerdo la
edad que tenía pero sé que ya era una persona
mayor, según los estándares que estamos
acostumbrados a etiquetar.
Así como adquirimos el hábito de poner etiquetas,
también estamos acostumbrados a
hacer balances cuando llega fin de año, y de
a la vez comenzamos a proponernos metas
para el año que se inicia.
El año que se acerca, es un año poco común,
han pasado dos décadas de este tercer milenio,
y las maneras de llamar a las cosas también
han cambiado, al año que se inicia lo llamamos
“veinte-veinte” en lugar de dos mil
veinte. A muchas cosas las denominamos por
letras, solo daré dos ejemplos para que todos
entendamos, “USB y ACV”. También escribimos
mensajes con letras, tanto en español
como en inglés. TQM o “l♥U”.
Espero que el balance que hagan encuentren
también, lo positivo que ha sido, y si no lo fue
tanto, les propongo una meta para el 20-20.
Esta se trata de aprender a mirar con nuevos
ojos, con ojos de niño. O sea la de maravillarnos
de nuevo por las cosas simples.
Para testimoniar esto voy a acudir a una consulta
que tuvo la famosa psicóloga chilena Pilar
Sordo con un paciente, un muchacho ciego
quien estaba atravesando un cuadro depresivo.
Luego de escucharlo, ella lo cita para
una nueva entrevista y le da una tarea. Esta
se trataba de un ejercicio escrito. Tomar un
cuaderno y escribir en él todas aquellas cosas
buenas que tiene para dar gracias. Cuando
este muchacho se retira, ella reflexiona y
dice, -cómo le voy a pedir eso? si encima que
está deprimido, es ciego.
Este muchacho, una semana después llegó
sumamente alegre con dos cuadernos bajo el
brazo y le agradeció por sentirse tan bien, y
haber encontrado nuevamente un sentido a
su vida. Entre las cosas que tenía escritas en
sus cuadernos estaba: el olor a café en la mañana,
las sábanas limpias en las que dormía,
la toalla mullida, el agua caliente de la ducha,
el canto de los pájaros en su ventana, el olor
a pan tostado, el calor del sol, el olor a tierra
mojada luego de una lluvia, etc.. todo lo que
él podía captar con sus otros sentidos.
Pilar con lágrimas en los ojos le dijo: No soy
yo la que te curó a vos, sino que eres tú, el
que me curó a mí, porque ahora me doy
cuenta que soy yo la que estaba ciega a tanta
cosas.
Somos muy creativos a la hora de hacer humor
negro, a la hora de etiquetar a las personas.
Hoy las cosas han cambiado, el mundo
ha cambiado. Ya la gente ha prolongado su
expectativa de vida, y a veces solo se jubila
del trabajo y no de la vida, entonces están tan
plenos, llenos de planes, ya sean de estudiar
algo nuevo, un idioma, aprender a pintar, a
tocar un instrumento, a viajar. Se enamoran
de nuevo como si fueran adolescentes. Hoy
ya no son abuelos cuidando nietos. Los disfrutan
a pleno, pero la responsabilidad se la
dejan a los padres.
Los medios masivos de comunicación, nos
han llenado de deseos vanos, a cosas que
solo dan falsa felicidad. Un auto que estacione
solo, controles remoto por voz, también en
la vida virtual nos han llenado de contraseñas.
Tantas cosas nuevas, algunas buenas y
muchas de ellas no son imprescindibles. Necesitamos
vivir más simples, con menos cosas,
con la valoración personal propia y no la
de la mirada ajena.
La mochila debe ser liviana, para viajar ligeros
y si es posible que siempre esté casi armada.
Y no es algo figurativo únicamente, sino viajar
de verdad. Esto hace que se expanda nuestra
cabeza, aprendemos a ser flexibles, libres,
hacemos nuevos amigos, aprendemos nuevas
culturas, probamos nuevos sabores, y