REVISTA DICIEMBRE

Mundo Plural
Cuando el sol se fue a descansar la oscuridad
ganó el lugar, en ese momento la señora
búho se ofreció a vigilar durante la noche el
cuerpo inmóvil de la bella adolescente.
Mientras esto sucedía, en la casa de Ana todo
era preocupación y salieron a buscarla sus
familiares y vecinos.
La noche pasó sin novedades, nadie durmió.
Con las primeras luces del amanecer el padre
de Ana decidió dirigirse al bosque, lugar que
casi nadie frecuentaba. Luego de una larga y
nerviosa búsqueda encontró a Ana arropada
con hojas y a punto de despertar.
Los animales del bosque que la cuidaron fueron
testigos de la indescriptible alegría de ambos
al verse.
Nadie pudo explicar el modo en que Ana estaba
protegida de la intemperie por ese manto
de hojas secas que conservó el calor de su
cuerpo durante la noche.
Al abrir sus ojos vio a su padre preocupado, a
un costado la esperaba el árbol de Navidad
más hermoso que adornó el hogar de la familia.
Norberto Buffarini