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Vivir para contarla - Gabriel Garcia Marquez

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Alfonso tenía reservas de archivo desde hacía años y mucho trabajo

adelantado en los últimos seis meses con notas editoriales, materiales literarios,

reportajes maestros y promesas de anuncios comerciales de sus amigos ricos. El

jefe de redacción, sin horario definido y con un sueldo mejor que el de cualquier

periodista de mi categoría, pero condicionado a las ganancias del futuro, estaba

también preparado para tener la revista bien y a tiempo. Por fin, el sábado de la

semana siguiente, cuando entré en nuestro cubículo de El Heraldo a las cinco de

la tarde Alfonso Fuenmay or ni siquiera levantó la vista para terminar su editorial.

—Apúrese con sus vainas, maestro —me dijo—, que la semana entrante sale

Crónica.

No me asusté, porque ya había oído la frase dos veces anteriores. Sin

embargo, la tercera fue la vencida. El may or acontecimiento periodístico de la

semana —con una ventaja absoluta— había sido la llegada del futbolista

brasileño Heleno de Freitas para el Deportivo Junior, pero no lo trataríamos en

competencia con la prensa especializada, sino como una noticia grande de interés

cultural y social. Crónica no se dejaría encasillar por esa clase de distinciones, y

menos tratándose de algo tan popular como el futbol. La decisión fue unánime y

el trabajo eficaz.

Habíamos preparado tanto material en la espera, que lo único de última hora

fue el reportaje de Heleno, escrito por Germán Vargas, maestro del género y

fanático del futbol. El primer número amaneció puntual en los puestos de venta el

sábado 29 de abril de 1950, día de Santa Catalina de Siena, escritora de cartas

azules en la plaza más bella del mundo. Crónica se imprimió con una divisa mía

de última hora debajo del nombre: « Su mejor weekend» . Sabíamos que

estábamos desafiando el purismo indigesto que prevalecía en la prensa

colombiana de aquellos años, pero lo que queríamos decir con la divisa no tenía

un equivalente con los mismos matices en lengua española. La portada era un

dibujo a tinta de Heleno de Freitas hecho por Alfonso Meló, el único retratista de

nuestros tres dibujantes.

La edición, a pesar de las prisas de última hora y la falta de promoción, se

agotó mucho antes de que la redacción en pleno llegara al estadio municipal el

día siguiente —domingo 30 de abril—, donde se jugaba el partido estelar entre el

Deportivo Junior y el Sporting, ambos de Barranquilla. La revista misma estaba

dividida porque Germán y Álvaro eran partidarios del Sporting y Alfonso y y o lo

éramos del Junior. Sin embargo, el solo nombre de Heleno y el excelente

reportaje de Germán Vargas sustentaron el equívoco de que Crónica era por fin

la gran revista deportiva que Colombia esperaba.

Había lleno hasta las banderas. A los seis minutos del primer tiempo, Heleno

de Freitas colocó su primer gol en Colombia con un remate de izquierda desde el

centro del campo. Aunque al final ganó el Sporting por 3 a 2, la tarde fue de

Heleno, y después de nosotros, por el acierto de la portada premonitoria. Sin

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