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Libro proporcionado por el equipoLe
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Gabriel García MárquezVivir para
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1Mi madre me pidió que la acompañ
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destartalada lancha de motor por un
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pensando en visitarlo para darle mi
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indómito. En la estación de lluvi
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imágenes previas se correspondía
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el tren pasaba dando alaridos, y la
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—Dígale que lo único que quiero
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alambre electrificado, era un vasto
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paralela para hacer un rodeo cuy o
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arrastrados por dos fuerzas contrar
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—Pues mire usted, comadre —conc
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—¡Ésta no es la casa!Pero no di
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Al fondo del corredor había dos cu
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sino un antiguo amigo, copartidario
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terribles, o caían en invierno uno
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fugitivo por la zona bananera y rev
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frecuente en los almuerzos familiar
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regreso a casa, y en la forma en qu
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atribuy ó a un rescoldo del resent
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antes de llegar a Barrancas. Tambi
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titular. El día siguiente, Mina va
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por gratitud o por remordimiento, g
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prusiano y una escopetita de juguet
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casa un grupo de hombres iguales co
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ferocidad que Chon cay ó por tierr
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por los dormitorios, perturbada des
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que quedó sentado en el suelo» .
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los huevos de pato, las hortalizas
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tengo hoy es que la casa con todo l
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porque pensaban que no las entendí
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para siempre en la memoria. Pero é
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escritorio de oficina con el unifor
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Pero fue una ilusión vana, pues el
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dije que quería aprender el piano
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y y o fuimos matriculados en la esc
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Mi método de entonces era distinto
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La réplica era directa en el códi
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estaba en Nueva York terminando un
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El ladrón tenía una vocación lit
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resuelto la vida. Pasé la noche en
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de Greiff, que no fueron reconocido
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que le hice un saludo de admirador.
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de revólver en la trastienda de la
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malas palabras recobran su estirpe
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de poemas técnicos que nunca tuve
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—¿Es verdad que eres hijo de Gab
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Manuel Vega me preguntó qué me pa
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novias de Bogotá se hacían fácil
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había reaparecido como guerrillero
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ciudad y retumbó por la radio en l
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hombres empapaban sus pañuelos en
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cerca, con un vestido de gran clase
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cielo encapotado era un manto sinie
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francotiradores apostados por todo
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Todo parecía en regla, salvo que u
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la presidencia, pero aquella noche
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Horas» , le atribuyó la misión o
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irrespirable hasta el punto de que
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pasajeros quedamos sentados los uno
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de murciélagos que volaban a ras d
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Le recordé que y a le había pagad
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once.Me pareció un argumento tan l
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feliz y hacer felices a los demás.
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asombro en Cartagena fue reencontra
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razón y su cautela. Concluí, sin
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Humphrey Bogart y Claude Rains cami
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abuelo Nicolás había inventado su
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ellas, cuy o nombre y tamaños recu
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extinguido con la muerte del abuelo
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parte, ni se tendría noticia algun
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aplicadas les consiguió becas para
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Faulkner. Mi asombro lo exaltó has
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intercambiando impresiones de su pr
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días. Le escribí a Germán Vargas
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Sucre. Pero mi madre no se inmutaba
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Lo preparamos todo, caballos inmuni
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y mientras más trataba de dejarlo
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Zabala me había advertido que en e
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para esperar a los amigos que no ha
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7Fue así como se publicó mi prime
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En uno de los tantos descuidos de a
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siempre a su edad. No fue un hallaz
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distribución personal en las canti
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alcaravanes les sacaron los ojos y
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Los originales en tiras de papel de
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fórmula magistral de Lope de Vega:
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Díaz, un carpintero que no sólo e
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su dormitorio. Así que el que no p
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corazón porque me dolía que un ho
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renuncia. Al contrario, me aconsej
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mes por notas editoriales. Me impre
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cada capítulo y para el libro en t
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—Bueno —suspiró por fin—. El
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del segundo día, embriagado por la
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con sus veladas sedantes mis malas
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y de compararlas con algunos de los
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único consuelo fue la sorprendente
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muy joven me había perseguido el t
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colombianos, y unas migas muy malas
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madre cuando era niña, por unas fi
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La radionovela pasó completa con m
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Se la prometí para dos semanas má
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8El director de El Espectador, Guil
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mejor espacio de la página editori
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conociera de cerca hubiera podido v
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avenida Caracas, la más atafagada
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cadáveres como túmulos de piedra
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« Magazine Dominical» , del mismo
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fueron los pocos que escaparon de l
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contagiarles mis reticencias a los
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enviarlas a Bogotá en el avión de
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en la vida real, era un país extra
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instrumentos: el chelo, que es mi f
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cuando pasé por Colombia después
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—El que vende comida no se muere
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No hubo tiempo. De pronto se escuch
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no se distinguían en el recreo, so
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La noticia del que empeñó las con
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—¿Y cómo soy ? —me atreví a
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tan resistentes que no había podid
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tormenta, como habían insistido la
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Una madrugada de aquellos días int
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del hotel Continental. Allí estaba
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para un hotel de tercera clase, per
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GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ, nacido en