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REVISTA MUNDO PLURAL NOVIEMBRE

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es su objeto de estudio. En los términos de<br />

Hans Morgenthau: ―El realismo político se<br />

rehúsa a identificar las aspiraciones morales<br />

de una nación en particular con las leyes que<br />

gobiernan el universo. Es el concepto de interés<br />

definido en términos de poder lo que nos<br />

salva de los excesos morales y la torpeza política‖.<br />

Otro realista, Edward H. Carr, es más<br />

―conciliador‖ aunque igualmente contundente:<br />

―Cualesquiera que sean los principios morales<br />

en juego, siempre habrá una cuestión de poder<br />

imposible de expresar en términos de moralidad‖.<br />

El diagnóstico necesariamente debe partir del<br />

firme reconocimiento del estado anárquico que<br />

predomina en las relaciones entre Estados, es<br />

decir, no existe a escala mundial una autoridad<br />

centralizada que, como sucede hacia dentro<br />

de los países, delimite el poder de aquellos.<br />

En la "arena" internacional las leyes e instituciones<br />

están restringidos por el poder y capacidades<br />

de los Estados.<br />

En términos más sencillos, no existe ningún<br />

―número telefónico‖ policial internacional o<br />

―vigilante nocturno‖, como sostiene John<br />

Mearsheimer, al que un Estado pueda acudir y<br />

aguardar que llegue la autoridad supraestatal<br />

en el caso de encontrarse en una situación<br />

comprometida ante otro Estado o alianza de<br />

Estados: o bien retrocede en tal situación y se<br />

aviene a la voluntad de la otra parte, o bien<br />

tendrá que "arreglárselas solo", contando únicamente<br />

con sus capacidades, con su autoayuda<br />

y eventualmente con sus alianzas con<br />

otro u otros Estados, si es que las tiene. Más<br />

aún, sus esperanzas en las organizaciones<br />

intergubernamentales podrían rápidamente<br />

difuminarse, si por la decisión de algunos de<br />

sus miembros preeminentes las mismas quedaran<br />

paralizadas o, peor todavía, la entidad<br />

multilateral decidiera que la responsabilidad de<br />

lo ocurrido es suya, es decir, del que solicita<br />

auxilio.<br />

En cuarto lugar, es necesario y conveniente<br />

que alguna vez se trabaje, en paralelo incluso<br />

con el desarrollo de escenarios favorables,<br />

con las "hipótesis de fracaso", es decir, con<br />

aquellos contextos en principio propicios o<br />

atractivos para los intereses del país, pero que<br />

acaban convirtiéndose en lo que nunca esperábamos,<br />

precisamente por considerar únicamente<br />

cursos favorables. Por caso, la globalización<br />

siempre fue apreciada como posibilidad<br />

y solución, nunca como un régimen de poder,<br />

es decir, un fenómeno no neutro, que mantenía<br />

propósitos relativos con ganancias de<br />

otros a expensas del quebrantamiento de<br />

aquellos activos nacionales de protección.<br />

Un caso muy reciente que solamente fue contemplado<br />

en clave de hipótesis de éxito fue el<br />

acuerdo Unión Europea-Mercosur. El anuncio<br />

―tenemos acuerdo, señor presidente‖ por parte<br />

del canciller argentino no solo informaba, sino<br />

que daba por seguro su concreción. Pero el<br />

solo hecho de considerar que semejante<br />

acuerdo, si finalmente llegara a aprobarse<br />

(algo ya complejo), supone tiempo y prácticamente<br />

un cambio socioeconómico cultural de<br />

producción, aquella hipótesis debería ser<br />

acompañada de la necesaria hipótesis de fracaso<br />

o, al menos, de mínimos de cautela.<br />

Otro caso que nunca fue contemplado desde<br />

―escenarios de frustración‖ fue la UNASUR,<br />

una entidad sobre la que hasta se consideró<br />

se llegaría a superar o moderar el ―sacrosanto‖<br />

principio de no intervención en América Latina,<br />

el lugar jurídico preeminente en la región, hecho<br />

que nos proporciona una idea del fuerte<br />

patrón soberanista que predomina. Hoy la<br />

UNASUR no solo fracasó, sino que dejó de<br />

existir por las fuertes diferencias que existían<br />

entre sus miembros.<br />

En otros términos, sobre todo en relación con<br />

―procesos nuevos‖ que suceden a escala global,<br />

es imperativo trabajar desde lo propio, no<br />

importando aquellas cuestiones o ―imágenes‖<br />

que son impulsadas desde afuera con fines de<br />

poder soterrados bajo una pátina de atractivos<br />

que prácticamente vuelve anatemático todo

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