Excodra XXXIX: Los griegos

El sueño de Homero
Antonio Tello
I
Aproximaciones a los mitos griegos
1
La Odisea es uno de esos libros fundacionales acerca de la naturaleza
de la condición humana. Como tal son muchas las lecturas que propone,
pero su piedra angular la constituye la peripecia del extranjero
que viaja de regreso a su patria. Es así que Ítaca deviene metáfora de la
felicidad en la medida que representa su tierra y su hogar, el punto de
un horizonte cuya distancia, hasta entonces, lo extranjerizaba del mundo
impidiéndole reconocerse y ser en un lugar y en un corazón en los
que su alma pudiera reinar.
Mil peligros, adversidades y tentaciones ha de superar Odiseo antes
de que su determinación lo conduzca hasta su isla, donde cabe inferir
que, finalmente, se reencontró con su alma gemela y fue feliz. Pero
¿qué hubiese sucedido si Odiseo no se hubiese atado al mástil de su
nave –al mástil de su propio sueño, como escribo en Sílabas de arena–,
para resistir el canto de las sirenas? ¿Qué hubiera pasado si sus hombres
no se hubieran encerado los oídos y, oyendo sus gritos desesperados,
lo hubiesen soltado? Hubiera sucedido que no sólo no hubiera
oído, como sugiere Kafka, la música de los dioses, sino que habría perecido
y con él sus amigos y nunca hubiera alcanzado Ítaca. ¿Qué hubiera
sucedido si Penélope no hubiera estado a la altura de Odiseo, tejiendo y
destejiendo su espera; si, incapaz de resistir su soledad, hubiera derribado
el árbol al cual estaba enraizada para impresionar a sus pretendientes?
De haber sucedido esto, Homero no hubiera escrito ese libro
maravilloso que es La Odisea e Ítaca no sería hoy una metáfora de la felicidad
sino una pequeña e ignorada isla del Egeo. También cabría pre­
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