Damaris Hurtado Pérez - Literatura

Literatura

SMITHSONIAN EL NUEVO DISTRIBUIDOR
DE CHELSEA
Cuando la veterana comerciante de arte de Nueva
York, Andrea Rosen, anunció en 2017 que cerraría
sus espacios de exhibición pública y dejaría de
representar a artistas vivos, fue un final
sorprendentemente repentino para un programa que
ayudó a definir el arte contemporáneo durante 27
años. En ese momento, Rosen dijo que continuaría
operando en privado, sin embargo, representando a
la Fundación Felix Gonzalez-Torres con David
Zwirner y trabajando en otros proyectos. Ahora, uno
de esos esfuerzos silenciosos ha llegado a buen
término.
El Archivo de Arte Americano del Smithsonian dijo hoy
que está adquiriendo los documentos de la Galería
Andrea Rosen como un regalo, y que catalogará su
contenido en los próximos años.

Los registros se unen a los de más de 200 galerías del
siglo pasado en los Estados Unidos conservadas por la
AAA, incluidas las de empresas históricas como las
galerías Leo Castelli, Downtown y Sidney Janis. Rosen
es la primera galería importante de Nueva York
establecida en la década de 1990 en unirse a su
empresa.
Los archivos miden aproximadamente 250 pies lineales,
dijo la directora de la AAA, Kate Haw, en una entrevista
telefónica (el equivalente a unas 250 cajas bancarias),
aunque su tamaño exacto puede cambiar a medida que
se revisan los materiales. También hay varios terabytes
de información. El comerciante y su personal pasaron
unos 17 meses preparando el material para transportarlo
al Smithsonian. "Rosen era un cuidadoso récord", dijo
Haw. "La documentación fotográfica es increíblemente
profunda, y la correspondencia con coleccionistas y
artistas es muy, muy rica".

Rosen abrió su empresa en SoHo con un espectáculo de
González-Torres en 1990 y se mudó a la primera fila de
Chelsea en West 24th Street en 1998, donde llegó a operar
dos espacios. “El día que comencé la galería, aunque era
bastante joven, tenía muy claro que gran parte de su
responsabilidad era crear archivos que fueran lo más
complejos y minuciosos posible para cada uno de los artistas
con los que trabajamos y representamos. ," ella me dijo. A lo
largo de los años, su lista incluyó a algunos artistas de la
época, como John Currin, Andrea Zittel, David Altmejd y
Lizzie Fitch / Ryan Trecartin.
Cada vez que la galería tomaba un nuevo artista, dijo Rosen,
su personal se aseguraba de obtener documentación
fotográfica de cada obra que un artista había producido. Sus
documentos también proporcionan una ventana al
funcionamiento diario de una galería, con registros de papel
que señalan llamadas telefónicas con coleccionistas y
curadores. (Algunos materiales se retendrán hasta una fecha
posterior para proteger la privacidad de las personas). "La
forma en que operamos suponía que los artistas que
mostramos serían históricamente significativos", dijo Rosen.

Al revisar los documentos de la galería, Haw me dijo: “Me
sorprendió tanto la forma en que esta galería fue
realmente casi toda su vida. La profundidad de su pasión
realmente se manifiesta en los registros ". La precisión
en los registros, dijo, es" representativa de su profundo
compromiso con los artistas con los que trabajó, y
también con su compromiso con las ideas ".
Los archivos de la galería son una parte vital de la misión
de la AAA de contar la historia del arte en los EE. UU.,
Según Haw. Si bien sus aproximadamente 200
colecciones de distribuidores representan solo el tres por
ciento de sus tenencias totales, representan casi una
cuarta parte de los archivos que les importan en términos
de cantidad total. (Esto se debe a que las galerías
tienden a reunir grandes cantidades de papel sobre una
gran cantidad de artistas durante sus recorridos).

Para fines de este año, la AAA planea tener un índice de
alto nivel disponible para el periódico de la galería
Rosen. Haw dijo: "Estamos muy emocionados de ver lo
que la gente descubrirá cuando puedan ingresar a la
colección y comenzar a cavar".
Rosen dijo que se sentía "realmente afortunada" de
poder donar sus documentos a un lugar donde puedan
ser estudiados y conservados junto con los de otras
galerías. ¿Estaba finalmente entregando los papeles
triste o agridulce? "Soy una persona que no está muy
apegada a las cosas materiales", dijo, y en cualquier
caso, los documentos seguirán siendo accesibles para
ella según sea necesario. "El sentimiento era más de
emoción".
Incluso trabajando con un equipo de archiveros durante
más de un año, Rosen no pudo revisar cada trozo de
papel, dijo, pero había podido revisar mucho al comenzar
el siguiente capítulo para su negocio. "Fue un proceso
hermoso, en realidad", dijo.

Este año el pabellón más bonito de la Feria del Libro
de Madrid es, sin duda, el de la Comunidad de
Madrid. En él, con un estupendo montaje de paneles
móviles se encuentra la exposición Aventuras
ilustradas de Fernando Vicente, en la que podemos
descubrir las ilustraciones que este pintor e ilustrador
español – al que muchos, al menos este era mi caso,
conocíamos más por su trabajo de actualidad para el
periódico El País– ha realizado para diversas
ediciones de algunas de las más famosas obras de
aventuras de todos los tiempos como Peter Pan de J.
M. Barrie, 20.000 leguas de viaje submarino de Julio
Verne, El hombre que pudo reinar de Rudyard Kipling,
Alicia a través del espejo de Lewis Carroll, El
pequeño Hoplita de Pérez-Reverte, La saga de Erik el
rojo o La Isla del tesoro de Stevenson.
FERIA DEL LIBRO
MADRID 2019

Aprovechando este fantástico marco desde El Portal del
lector de la Comunidad de Madrid se han organizado un
montón de actividades, (aquí para acceder a la
programación) entre las que Rz100arte ha tenido la suerte de
participar este fin de semana con dos talleres para niños y
familias titulados Una de aventuras con Fernando Vicente y
Descubrir los clásicos con Fernando Vicente.
Dos sesiones que partieron con una premisa muy clara:
utilizar la predisposición natural de todo niño hacia las
imágenes y el maravilloso imaginario creado por Fernando
Vicente para acercarles algunos de los clásicos más
fascinantes de todos los tiempos, construyendo con ellos dos
grandes maquetas en las que recreásemos algunas de las
aventuras en estas historias contenidas. Os dejo algunas
imágenes del taller del domingo en el que decidimos cambiar
la tristeza de El pequeño Hoplita (que nos perdone Pérez-
Reverte) haciéndole participar en una aventura con Peter Pan
y el Capitán Garfio en El país de Nunca Jamás y vivir una
partida de ajedrez con Alicia que le llevó desde el Jardín de
las Flores a la cena en Palacio, ahora sí con Alicia convertida
Reina, que por algo lo había anunciado la Reina Roja. Se me
olvidaba el viaje entre historias lo hicimos en el Nautilus.

Una preciosa experiencia, con un formato muy abierto
y colaborativo y con unas familias (tanto niños como
padres lo trabajaron muy duro) estupendas a las que
durante hora y cuarto convertí en estupendos
guionistas, decoradores, diseñadores de vestuarios,
armadores de barcos de piratas, paisajistas de
jardines de ensueño donde las flores hablan o
arquitectos de muros de colores y palacios rosas. Y
todo ello realizado únicamente con cartulinas, tijeras,
pegamento, mucha, mucha imaginación y, por
supuesto, las ilustraciones de Fernando Vicente. Y
para que siguiesen contándose historias y cambiando
finales todos se llevaron un cubo mágico con más
personajes de Fernando.