Agosto 2019

ENTREVISTA
Con el sello Asodi:
Rebeca
Blanch
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Rebeca Blanch Ramírez
Funcionaria de Asodi desde 1997
La “Rebe” es una mujer que no
pasa desapercibida en Asodi. No
sólo por ser parte del inventario
de la Asociación, ya que ingresó
en 1997, sino también porque su
sentido del humor y la huella que
ha dejado a lo largo de los años la
convierten en una pieza insustituible
en el día a día de la organización.
Esta secretaria del Insec venía de
un mundo muy distinto al que
encontró en calle Rancagua con
Seminario. Antes de llegar acá,
Rebeca trabajó en una liquidadora
de seguros y después en una
corredora de bolsa. El cambio no
fue menor, porque los objetivos
de su puesto y el perfil de las
personas era muy diferente.
“Fue un cambio bien brusco llegar
acá desde un lugar donde la gente
lloraba porque perdía dinero a
otro donde las personas lloraban
por su salud”, relata Rebeca.
Las únicas referencias que había
recibido sobre la enfermedad
renal crónica, el trasplante o la
donación de órganos venían de
parte de su amiga Duny Galleguillos,
quien ya trabajaba como
secretaria en Asodi. Ella se la jugó
por nuestra entrevistada y la recomendó
con Sara Fernández y
Marta Bascuñán, directoras de la
institución en ese entonces.
“Yo entré en reemplazo de mi
amiga por su embarazo y después,
cuando ella volvió, seguí trabajando
acá. Partí en la recepción de la
casa de Rancagua 0250. Tengo
muy buenos recuerdos de la
señora Sarita, una mujer muy
humana, que me trajo para acá.
También de la Martita, que era
una persona que daba todo por
los pacientes. Y ese espíritu para
hacer las cosas a una se le pega”,
señala Rebeca.
Esta ex alumna del Liceo 14 de
Vitacura (actualmente Liceo
Amanda Labarca), agrega que una
de las cosas que más le gustó de
Asodi cuando ingresó fue el
recibimiento y la forma de actuar
que tenía el equipo de trabajo.
“No me costó adaptarme porque
todos trabajábamos con todos,
cooperábamos mucho ayudando
a la gente, éramos un grupo bien
achoclonado. Al principio hacía de
todo, como contestar el teléfono,
hacer credenciales a máquina,
reemplazar o ayudar a Carolina
cuando la farmacia era un botiquín,
organizar actividades para
los pacientes, la entrega de becas
de estudios o de los medicamentos,
etc.”, afirma Rebeca.
A sus 54 años, la “Rebe” también
recuerda con nostalgia la gran
concurrencia que tenían los
paseos y los campeonatos deportivos
que Asodi realizaba para unir
a los pacientes y familias.
“Antes se organizaban campeonatos
de baby fútbol en las canchas
del complejo Anita Lizana (Estadio
Nacional), navidades para niños
en el cine o en el Mampato, hacíamos
paseos de fin de año a El
Monte, con asado y todo, recibíamos
donaciones de jugos y fruta”,
recuerda nuestra secretaria.
Hace ocho años, su entrañable
amiga Duny empezó a complicarse
más de un cáncer, por lo que
Rebeca asumió su cargo como
secretaria del Directorio. Desde
entonces, ella los ayuda gestionando
documentos y reuniones o
coordinando su agenda.
Tras hacer un repaso por su imborrable
recorrido en la historia de
Asodi, Rebeca Blanch sólo tiene
palabras lindas para nuestra institución.
“Es una institución tan linda esta,
que ha hecho tanto por los
pacientes y que puede seguir
haciendo más. Yo estoy feliz, agradecida
y orgullosa de trabajar acá.
Toda mi familia ya ubica a Asodi y
también está contenta que yo
trabaje acá y sienten un cariño
tremendo por la institución. Acá
me ayudaron mucho con medicamentos
y permisos, años atrás,
para atender las enfermedades de
mis papás y me apoyaron en todo
sentido”, finaliza la “Rebe”.