1-Soy el numero Cuatro - Pittacus Lore
—¿Qué pasa, si se puede saber? —pregunto—. ¿Qué? Seis nos mira consecutivamente a mí y a Henri. Suelta una risilla y abre la boca para hablar. Pero justo antes de que pueda pronunciar palabra, algo le llama la atención y se dirige a toda prisa a la ventana. Los demás la seguimos y, al igual que antes, el resplandor muy sutil de un par de faros recorre la curva de la carretera, en dirección al aparcamiento. Otro coche, puede que de un profesor o un entrenador. Cierro los ojos y hago una profunda inspiración. —Podría no ser nada —digo.
—Apaga tus luces —me indica Henri. Las apago y cierro los puños. El coche de fuera tiene algo que despierta mi ira. A la porra el agotamiento, los temblores que siento desde el momento en que he saltado por la ventana del director. Ya no soporto más estar encerrado en esta sala, sabiendo que los mogadorianos están ahí fuera, esperando, tramando nuestra destrucción. Ese coche puede ser del primero de los soldados que llegan a la escena. Pero justo cuando me asalta ese pensamiento, vemos que las luces se retiran rápidamente del
- Page 940 and 941: intentando recordar el plano del ed
- Page 942 and 943: con mucho sigilo y el pasador encaj
- Page 944 and 945: Nos encontrarán, y cuando lo hagan
- Page 946 and 947: oigan. Cierro los ojos y acerco len
- Page 948 and 949: del fulgor de mis manos veo la cara
- Page 950 and 951: que mataron a Tres —dice—. Pero
- Page 952 and 953: eso, no hace falta andarse con disi
- Page 954 and 955: aminoran, dejan atrás la salida, g
- Page 956 and 957: seguro de lo que me está pidiendo.
- Page 958 and 959: y me paraliza, dejándome clavado d
- Page 960 and 961: lo que experimentó cuando miró a
- Page 962 and 963: alguien intentara abrirla por la fu
- Page 964 and 965: En los ojos de este hay una mirada
- Page 966 and 967: evuelve otros cajones y, tras sacar
- Page 968 and 969: sobre la herida. Henri se acerca al
- Page 970 and 971: desgarrón en el traje. —¿Qué e
- Page 972 and 973: hay fuera. «Espero que no sea nada
- Page 974 and 975: uscándoos —dice Seis. —¿Dónd
- Page 976 and 977: apunta con ella. —Es hora de devo
- Page 978 and 979: en una montaña hueca de Virginia O
- Page 980 and 981: estamos desarrollando nuestras habi
- Page 982 and 983: muerte y aniquilación. ¿Por qué
- Page 984 and 985: CAPÍTULO TREINTA EL VIENTO IRRUMPE
- Page 986 and 987: destrozando algo. —¿Qué está p
- Page 988 and 989: calma, conservando la sangre fría
- Page 992 and 993: aparcamiento y se alejan a toda vel
- Page 994 and 995: acertado; la trampilla del escenari
- Page 996 and 997: tirón al cargador, mirando a Sarah
- Page 998 and 999: pesada. —No nos queda más remedi
- Page 1000 and 1001: vacío. Bernie Kosar ya ha llegado
- Page 1002 and 1003: Lo levanta en el aire para volver a
- Page 1004 and 1005: prenda de ropa interior sucia. Mark
- Page 1006 and 1007: indicándome que no lo sabe. —Vay
- Page 1008 and 1009: como puedo. Las paredes y el suelo
- Page 1010 and 1011: a un lado y luego al otro para cerc
- Page 1012 and 1013: a un rastreador al que no hemos vis
- Page 1014 and 1015: fuerza en la garganta, con los ojos
- Page 1016 and 1017: al rastreador más cercano hasta qu
- Page 1018 and 1019: —Tienes que llevar a Sarah al ins
- Page 1020 and 1021: vida. —Yo también te quiero —s
- Page 1022 and 1023: se han retirado y un tercero está
- Page 1024 and 1025: nosotros. —¿Qué es? —le pregu
- Page 1026 and 1027: así cómo viajan, con semirremolqu
- Page 1028 and 1029: haya sentido antes. Suelto quejidos
- Page 1030 and 1031: suspira con un gesto casi desespera
- Page 1032 and 1033: CAPÍTULO TREINTA Y UNO OTRO RUGIDO
- Page 1034 and 1035: escapar si permanecemos invisibles.
- Page 1036 and 1037: unos gemidos leves pero agudos, com
- Page 1038 and 1039: se separan y dan un salto desde uno
—Apaga tus luces —me indica<br />
Henri.<br />
Las apago y cierro los puños. El<br />
coche de fuera tiene algo que<br />
despierta mi ira. A la porra <strong>el</strong><br />
agotamiento, los temblores que siento<br />
desde <strong>el</strong> momento en que he saltado<br />
por la ventana d<strong>el</strong> director. Ya no<br />
soporto más estar encerrado en esta<br />
sala, sabiendo que los mogadorianos<br />
están ahí fuera, esperando, tramando<br />
nuestra destrucción. Ese coche puede<br />
ser d<strong>el</strong> primero de los soldados que<br />
llegan a la escena. Pero justo cuando<br />
me asalta ese pensamiento, vemos que<br />
las luces se retiran rápidamente d<strong>el</strong>