1-Soy el numero Cuatro - Pittacus Lore
intentando recordar el plano del edificio para no tener que encender mis luces, evitando que nos vean. Finalmente, encontramos una puerta que se abre y nos metemos de cabeza. Es el aula de historia, en la parte izquierda del edificio, que queda enfrente de una suave colina. Las ventanas tienen rejas, porque están a más de cinco metros del suelo. La oscuridad parece presionar con fuerza los cristales: no entra ni un ápice de luz. Cierro la puerta en silencio y rezo para que no nos vean. Doy un rápido barrido a la estancia con mis luces y las apago enseguida. Estamos a solas.
Nos escondemos detrás de la mesa del profesor, e intento recuperar el aliento. El sudor me baja chorreando por ambos lados de la cara y me escuece en los ojos. ¿Cuántos serán? He visto por lo menos tres, y seguro que no han venido solos. ¿Se habrán traído las bestias consigo, las comadrejas que tanto asustaron a los periodistas de Athens? Ojalá Henri estuviera aquí, o incluso Bernie Kosar. La puerta se abre lentamente. Aguanto la respiración, escuchando. Sarah se apoya en mí y nos rodeamos con los brazos. La puerta se cierra
- Page 890 and 891: para mal. Él abre los ojos un inst
- Page 892 and 893: Pero él no me presta atención. Co
- Page 894 and 895: casa. La prueba está aquí, en mis
- Page 896 and 897: es donde quiero estar y aquí es do
- Page 898 and 899: enseguida le veo como lo que es. El
- Page 900 and 901: dice algo detrás de mí. Saludo a
- Page 902 and 903: cuanto ha llegado. En ese momento,
- Page 904 and 905: dentro. Miro otra vez la hoja que t
- Page 906 and 907: A través de la ventana veo abrirse
- Page 908 and 909: preocupación, una mirada que dura
- Page 910 and 911: Sarah debe de haber puesto el pudí
- Page 912 and 913: mi derecha las aulas desdibujadas.
- Page 914 and 915: figura se gira hacia mí, y aprieto
- Page 916 and 917: que he llegado yo. Tu padre lo ha l
- Page 918 and 919: Haciendo caso omiso de su pregunta,
- Page 920 and 921: —¿Qué está pasando aquí? —
- Page 922 and 923: habitación. Henri deja de intentar
- Page 924 and 925: vaya del instituto. Pero mi móvil,
- Page 926 and 927: vehículos solitarios. La entrada d
- Page 928 and 929: desde lejos por el pasillo. Tomo ai
- Page 930 and 931: oírse unos ruidos extraños por lo
- Page 932 and 933: Debe de saber que soy yo el que ha
- Page 934 and 935: algún punto lejano del pasillo, un
- Page 936 and 937: pesada oscuridad. Los dos lo vemos
- Page 938 and 939: concentración bajo presión, de to
- Page 942 and 943: con mucho sigilo y el pasador encaj
- Page 944 and 945: Nos encontrarán, y cuando lo hagan
- Page 946 and 947: oigan. Cierro los ojos y acerco len
- Page 948 and 949: del fulgor de mis manos veo la cara
- Page 950 and 951: que mataron a Tres —dice—. Pero
- Page 952 and 953: eso, no hace falta andarse con disi
- Page 954 and 955: aminoran, dejan atrás la salida, g
- Page 956 and 957: seguro de lo que me está pidiendo.
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- Page 960 and 961: lo que experimentó cuando miró a
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- Page 966 and 967: evuelve otros cajones y, tras sacar
- Page 968 and 969: sobre la herida. Henri se acerca al
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- Page 974 and 975: uscándoos —dice Seis. —¿Dónd
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Nos escondemos detrás de la mesa d<strong>el</strong><br />
profesor, e intento recuperar <strong>el</strong><br />
aliento. El sudor me baja chorreando<br />
por ambos lados de la cara y me<br />
escuece en los ojos. ¿Cuántos serán?<br />
He visto por lo menos tres, y seguro<br />
que no han venido solos. ¿Se habrán<br />
traído las bestias consigo, las<br />
comadrejas que tanto asustaron a los<br />
periodistas de Athens? Ojalá Henri<br />
estuviera aquí, o incluso Bernie<br />
Kosar.<br />
La puerta se abre lentamente.<br />
Aguanto la respiración, escuchando.<br />
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