1-Soy el numero Cuatro - Pittacus Lore
Debe de saber que soy yo el que ha roto la ventana. ¿Se debatirá conmigo a escobazos y llamará a la policía? Supongo que, a estas alturas, ya no importa si lo hace. Cuando llegamos al pasillo que da a la salida de atrás, las luces vuelven a apagarse. Nos paramos a esperar a que vuelvan a encenderse, pero no lo hacen. La abrillantadora sigue con su zumbido persistente. No la veo, pero debe de estar a sólo cinco o diez metros en la insondable oscuridad. Me parece extraño que la máquina siga funcionando, que Hobbs siga abrillantando el suelo a oscuras.
Enciendo las luces de mis manos, y Sarah me suelta la mano y se queda detrás de mí, cogiéndome por la cadera. Encuentro el enchufe de la abrillantadora en primer lugar, luego el cable, y después el aparato en sí. Está dándose golpes contra la pared, sin nadie que la maneje, funcionando sola. Siento una oleada de alarma acompañada de un miedo creciente. Sarah y yo tenemos que irnos del instituto como sea. Desenchufo de un tirón el cable de la corriente, y la abrillantadora se para, dando paso al suave murmullo del silencio. Apago mis luces. En
- Page 882 and 883: quiero, él me quiere, y no deseo d
- Page 884 and 885: mundo puede apañarse sin mí, sin
- Page 886 and 887: de catarsis, pero no se produce. S
- Page 888 and 889: coches en el aparcamiento, y dentro
- Page 890 and 891: para mal. Él abre los ojos un inst
- Page 892 and 893: Pero él no me presta atención. Co
- Page 894 and 895: casa. La prueba está aquí, en mis
- Page 896 and 897: es donde quiero estar y aquí es do
- Page 898 and 899: enseguida le veo como lo que es. El
- Page 900 and 901: dice algo detrás de mí. Saludo a
- Page 902 and 903: cuanto ha llegado. En ese momento,
- Page 904 and 905: dentro. Miro otra vez la hoja que t
- Page 906 and 907: A través de la ventana veo abrirse
- Page 908 and 909: preocupación, una mirada que dura
- Page 910 and 911: Sarah debe de haber puesto el pudí
- Page 912 and 913: mi derecha las aulas desdibujadas.
- Page 914 and 915: figura se gira hacia mí, y aprieto
- Page 916 and 917: que he llegado yo. Tu padre lo ha l
- Page 918 and 919: Haciendo caso omiso de su pregunta,
- Page 920 and 921: —¿Qué está pasando aquí? —
- Page 922 and 923: habitación. Henri deja de intentar
- Page 924 and 925: vaya del instituto. Pero mi móvil,
- Page 926 and 927: vehículos solitarios. La entrada d
- Page 928 and 929: desde lejos por el pasillo. Tomo ai
- Page 930 and 931: oírse unos ruidos extraños por lo
- Page 934 and 935: algún punto lejano del pasillo, un
- Page 936 and 937: pesada oscuridad. Los dos lo vemos
- Page 938 and 939: concentración bajo presión, de to
- Page 940 and 941: intentando recordar el plano del ed
- Page 942 and 943: con mucho sigilo y el pasador encaj
- Page 944 and 945: Nos encontrarán, y cuando lo hagan
- Page 946 and 947: oigan. Cierro los ojos y acerco len
- Page 948 and 949: del fulgor de mis manos veo la cara
- Page 950 and 951: que mataron a Tres —dice—. Pero
- Page 952 and 953: eso, no hace falta andarse con disi
- Page 954 and 955: aminoran, dejan atrás la salida, g
- Page 956 and 957: seguro de lo que me está pidiendo.
- Page 958 and 959: y me paraliza, dejándome clavado d
- Page 960 and 961: lo que experimentó cuando miró a
- Page 962 and 963: alguien intentara abrirla por la fu
- Page 964 and 965: En los ojos de este hay una mirada
- Page 966 and 967: evuelve otros cajones y, tras sacar
- Page 968 and 969: sobre la herida. Henri se acerca al
- Page 970 and 971: desgarrón en el traje. —¿Qué e
- Page 972 and 973: hay fuera. «Espero que no sea nada
- Page 974 and 975: uscándoos —dice Seis. —¿Dónd
- Page 976 and 977: apunta con ella. —Es hora de devo
- Page 978 and 979: en una montaña hueca de Virginia O
- Page 980 and 981: estamos desarrollando nuestras habi
Debe de saber que soy yo <strong>el</strong> que ha<br />
roto la ventana. ¿Se debatirá conmigo<br />
a escobazos y llamará a la policía?<br />
Supongo que, a estas alturas, ya no<br />
importa si lo hace.<br />
Cuando llegamos al pasillo que da<br />
a la salida de atrás, las luces vu<strong>el</strong>ven a<br />
apagarse. Nos paramos a esperar a<br />
que vu<strong>el</strong>van a encenderse, pero no lo<br />
hacen. La abrillantadora sigue con su<br />
zumbido persistente. No la veo, pero<br />
debe de estar a sólo cinco o diez<br />
metros en la insondable oscuridad. Me<br />
parece extraño que la máquina siga<br />
funcionando, que Hobbs siga<br />
abrillantando <strong>el</strong> su<strong>el</strong>o a oscuras.