1-Soy el numero Cuatro - Pittacus Lore
desde lejos por el pasillo. Tomo aire y tanteo la puerta. Está cerrada con llave. Vuelvo a pegar la oreja y doy unos toques suaves. No hay respuesta, pero oigo un leve rumor al otro lado. Inspiro profundamente, me pongo en guardia contra lo que pueda encontrar al otro lado y abro la cerradura. La estancia está completamente a oscuras. Enciendo mis luces y dirijo las manos hacia un lado, y luego hacia el otro. No veo nada y, justo cuando pienso que el cuarto está vacío, detecto un movimiento casi imperceptible. Me agacho para mirar, y debajo de la mesa de revelado,
intentando permanecer oculta, está Sarah. Atenúo las luces de mis manos para que vea que soy yo. Entre las sombras, levanta la vista y sonríe, exhalando un suspiro de alivio. —Están aquí, ¿verdad? —Si no están aquí, lo estarán pronto. La ayudo a levantarse del suelo y ella me envuelve en sus brazos, apretándome con tanta fuerza que creo que no tiene intención de soltarme nunca. —He venido aquí justo después de la octava hora, y en cuanto han terminado las clases, han empezado a
- Page 878 and 879: Henri sigue en su habitación, con
- Page 880 and 881: mejor. No entré en esa casa. No te
- Page 882 and 883: quiero, él me quiere, y no deseo d
- Page 884 and 885: mundo puede apañarse sin mí, sin
- Page 886 and 887: de catarsis, pero no se produce. S
- Page 888 and 889: coches en el aparcamiento, y dentro
- Page 890 and 891: para mal. Él abre los ojos un inst
- Page 892 and 893: Pero él no me presta atención. Co
- Page 894 and 895: casa. La prueba está aquí, en mis
- Page 896 and 897: es donde quiero estar y aquí es do
- Page 898 and 899: enseguida le veo como lo que es. El
- Page 900 and 901: dice algo detrás de mí. Saludo a
- Page 902 and 903: cuanto ha llegado. En ese momento,
- Page 904 and 905: dentro. Miro otra vez la hoja que t
- Page 906 and 907: A través de la ventana veo abrirse
- Page 908 and 909: preocupación, una mirada que dura
- Page 910 and 911: Sarah debe de haber puesto el pudí
- Page 912 and 913: mi derecha las aulas desdibujadas.
- Page 914 and 915: figura se gira hacia mí, y aprieto
- Page 916 and 917: que he llegado yo. Tu padre lo ha l
- Page 918 and 919: Haciendo caso omiso de su pregunta,
- Page 920 and 921: —¿Qué está pasando aquí? —
- Page 922 and 923: habitación. Henri deja de intentar
- Page 924 and 925: vaya del instituto. Pero mi móvil,
- Page 926 and 927: vehículos solitarios. La entrada d
- Page 930 and 931: oírse unos ruidos extraños por lo
- Page 932 and 933: Debe de saber que soy yo el que ha
- Page 934 and 935: algún punto lejano del pasillo, un
- Page 936 and 937: pesada oscuridad. Los dos lo vemos
- Page 938 and 939: concentración bajo presión, de to
- Page 940 and 941: intentando recordar el plano del ed
- Page 942 and 943: con mucho sigilo y el pasador encaj
- Page 944 and 945: Nos encontrarán, y cuando lo hagan
- Page 946 and 947: oigan. Cierro los ojos y acerco len
- Page 948 and 949: del fulgor de mis manos veo la cara
- Page 950 and 951: que mataron a Tres —dice—. Pero
- Page 952 and 953: eso, no hace falta andarse con disi
- Page 954 and 955: aminoran, dejan atrás la salida, g
- Page 956 and 957: seguro de lo que me está pidiendo.
- Page 958 and 959: y me paraliza, dejándome clavado d
- Page 960 and 961: lo que experimentó cuando miró a
- Page 962 and 963: alguien intentara abrirla por la fu
- Page 964 and 965: En los ojos de este hay una mirada
- Page 966 and 967: evuelve otros cajones y, tras sacar
- Page 968 and 969: sobre la herida. Henri se acerca al
- Page 970 and 971: desgarrón en el traje. —¿Qué e
- Page 972 and 973: hay fuera. «Espero que no sea nada
- Page 974 and 975: uscándoos —dice Seis. —¿Dónd
- Page 976 and 977: apunta con ella. —Es hora de devo
intentando permanecer oculta, está<br />
Sarah. Atenúo las luces de mis manos<br />
para que vea que soy yo. Entre las<br />
sombras, levanta la vista y sonríe,<br />
exhalando un suspiro de alivio.<br />
—Están aquí, ¿verdad?<br />
—Si no están aquí, lo estarán<br />
pronto.<br />
La ayudo a levantarse d<strong>el</strong> su<strong>el</strong>o y<br />
<strong>el</strong>la me envu<strong>el</strong>ve en sus brazos,<br />
apretándome con tanta fuerza que<br />
creo que no tiene intención de<br />
soltarme nunca.<br />
—He venido aquí justo después de<br />
la octava hora, y en cuanto han<br />
terminado las clases, han empezado a