1-Soy el numero Cuatro - Pittacus Lore
dentro. Miro otra vez la hoja que tengo en las manos. Un papel blanco y liso al tacto. Dice lo siguiente: ¿ERES EL NÚMERO 4? Las dos hojas se me caen de las manos, revolotean y se posan en el suelo, donde se quedan inmóviles. «No lo entiendo —pienso—. ¿Cómo puede ser?». —¿Y bien? ¿Es cierto o no? — insiste el señor Harris. Se me desencaja la mandíbula. El director está sonriente, orgulloso, feliz. Pero no es a él a quien veo. Es lo que
está detrás de él, lo que hay al otro lado de las ventanas de su despacho. El borrón rojo doblando la esquina, más rápido de lo normal, de lo que sería aconsejable. El rechinar de neumáticos deslizándose en el aparcamiento. La camioneta proyectando gravilla mientras da otro giro. Henri inclinándose sobre el volante como un maníaco desquiciado. Pisa el freno con tanta fuerza que todo su cuerpo da una sacudida mientras la camioneta se detiene con un chirrido. Cierro los ojos. Hundo la cabeza en mis manos.
- Page 854 and 855: ocurre. La casa se ha desplomado so
- Page 856 and 857: incendio. Había saltado desde la v
- Page 858 and 859: ¿Tengo pinta de haber estado en un
- Page 860 and 861: tampoco la he salvado a ella ni a l
- Page 862 and 863: mano, mientras marco el número de
- Page 864 and 865: ebido más de la cuenta —digo, di
- Page 866 and 867: —¿Me llamarás cuando llegues a
- Page 868 and 869: dice, y se vuelve hacia mí, estudi
- Page 870 and 871: ojos abiertos de par en par. A las
- Page 872 and 873: —¿Cómo tienes la cabeza? —Dol
- Page 874 and 875: demás. —No volví a entrar —le
- Page 876 and 877: el pecho, ni lo que pueda traer el
- Page 878 and 879: Henri sigue en su habitación, con
- Page 880 and 881: mejor. No entré en esa casa. No te
- Page 882 and 883: quiero, él me quiere, y no deseo d
- Page 884 and 885: mundo puede apañarse sin mí, sin
- Page 886 and 887: de catarsis, pero no se produce. S
- Page 888 and 889: coches en el aparcamiento, y dentro
- Page 890 and 891: para mal. Él abre los ojos un inst
- Page 892 and 893: Pero él no me presta atención. Co
- Page 894 and 895: casa. La prueba está aquí, en mis
- Page 896 and 897: es donde quiero estar y aquí es do
- Page 898 and 899: enseguida le veo como lo que es. El
- Page 900 and 901: dice algo detrás de mí. Saludo a
- Page 902 and 903: cuanto ha llegado. En ese momento,
- Page 906 and 907: A través de la ventana veo abrirse
- Page 908 and 909: preocupación, una mirada que dura
- Page 910 and 911: Sarah debe de haber puesto el pudí
- Page 912 and 913: mi derecha las aulas desdibujadas.
- Page 914 and 915: figura se gira hacia mí, y aprieto
- Page 916 and 917: que he llegado yo. Tu padre lo ha l
- Page 918 and 919: Haciendo caso omiso de su pregunta,
- Page 920 and 921: —¿Qué está pasando aquí? —
- Page 922 and 923: habitación. Henri deja de intentar
- Page 924 and 925: vaya del instituto. Pero mi móvil,
- Page 926 and 927: vehículos solitarios. La entrada d
- Page 928 and 929: desde lejos por el pasillo. Tomo ai
- Page 930 and 931: oírse unos ruidos extraños por lo
- Page 932 and 933: Debe de saber que soy yo el que ha
- Page 934 and 935: algún punto lejano del pasillo, un
- Page 936 and 937: pesada oscuridad. Los dos lo vemos
- Page 938 and 939: concentración bajo presión, de to
- Page 940 and 941: intentando recordar el plano del ed
- Page 942 and 943: con mucho sigilo y el pasador encaj
- Page 944 and 945: Nos encontrarán, y cuando lo hagan
- Page 946 and 947: oigan. Cierro los ojos y acerco len
- Page 948 and 949: del fulgor de mis manos veo la cara
- Page 950 and 951: que mataron a Tres —dice—. Pero
- Page 952 and 953: eso, no hace falta andarse con disi
dentro. Miro otra vez la hoja que<br />
tengo en las manos. Un pap<strong>el</strong> blanco y<br />
liso al tacto. Dice lo siguiente:<br />
¿ERES EL NÚMERO 4?<br />
Las dos hojas se me caen de las<br />
manos, revolotean y se posan en <strong>el</strong><br />
su<strong>el</strong>o, donde se quedan inmóviles.<br />
«No lo entiendo —pienso—. ¿Cómo<br />
puede ser?».<br />
—¿Y bien? ¿Es cierto o no? —<br />
insiste <strong>el</strong> señor Harris.<br />
Se me desencaja la mandíbula. El<br />
director está sonriente, orgulloso, f<strong>el</strong>iz.<br />
Pero no es a él a quien veo. Es lo que