1-Soy el numero Cuatro - Pittacus Lore
—¿Me llamarás cuando llegues a tu casa? —Claro. —Te quiero —me dice, y sonrío. —Yo también te quiero. Sarah entra en su casa, y yo vuelvo a la camioneta, donde Henri me está esperando. Tengo que buscar una manera de impedir que descubra lo que ha pasado de verdad esta noche, que nos haga irnos de Paradise. Henri arranca y conduce hacia casa. —Dime, ¿qué le ha pasado a tu chaqueta? —me pregunta. —Estaba en un armario de Mark.
—¿Y qué le ha pasado a tu cabeza? —Me he dado un golpe intentando salir cuando ha empezado el incendio. Él me mira, escamado. —Tú eres el que huele a humo. Me encojo de hombros. —Había mucho humo. —¿Y qué ha provocado el incendio? —Para mí que alguien ha bebido de más. Henri asiente y coge nuestra carretera. —Bueno, será interesante ver lo que dicen los periódicos el lunes —
- Page 816 and 817: palabra, por lo que apenas sé nada
- Page 818 and 819: —No me machaco. —Bueno, pues no
- Page 820 and 821: en un rincón de la sala. Los jugad
- Page 822 and 823: Llegan otros más subiendo por la e
- Page 824 and 825: Desesperado. —Déjalo —le digo
- Page 826 and 827: de nosotros. Sólo entonces se toma
- Page 828 and 829: de ella surge una densa humareda ne
- Page 830 and 831: —¿Dónde está Sarah? —le preg
- Page 832 and 833: CAPÍTULO VEINTISÉIS NADIE HABLA.
- Page 834 and 835: ladrar. Pero no cesan, y para él c
- Page 836 and 837: del chasquido y el zumbido de las l
- Page 838 and 839: en el suelo, y de la sorpresa abro
- Page 840 and 841: directamente las llamas sin que me
- Page 842 and 843: abertura que necesitamos. Miro a Sa
- Page 844 and 845: va a parar a la oreja. Me siento en
- Page 846 and 847: El bosque es espeso. Todavía brill
- Page 848 and 849: —Sígueme. —¿Adónde vamos?
- Page 850 and 851: quedarme, o de no tener que pagar l
- Page 852 and 853: dice. —Sí. La miro a los ojos, d
- Page 854 and 855: ocurre. La casa se ha desplomado so
- Page 856 and 857: incendio. Había saltado desde la v
- Page 858 and 859: ¿Tengo pinta de haber estado en un
- Page 860 and 861: tampoco la he salvado a ella ni a l
- Page 862 and 863: mano, mientras marco el número de
- Page 864 and 865: ebido más de la cuenta —digo, di
- Page 868 and 869: dice, y se vuelve hacia mí, estudi
- Page 870 and 871: ojos abiertos de par en par. A las
- Page 872 and 873: —¿Cómo tienes la cabeza? —Dol
- Page 874 and 875: demás. —No volví a entrar —le
- Page 876 and 877: el pecho, ni lo que pueda traer el
- Page 878 and 879: Henri sigue en su habitación, con
- Page 880 and 881: mejor. No entré en esa casa. No te
- Page 882 and 883: quiero, él me quiere, y no deseo d
- Page 884 and 885: mundo puede apañarse sin mí, sin
- Page 886 and 887: de catarsis, pero no se produce. S
- Page 888 and 889: coches en el aparcamiento, y dentro
- Page 890 and 891: para mal. Él abre los ojos un inst
- Page 892 and 893: Pero él no me presta atención. Co
- Page 894 and 895: casa. La prueba está aquí, en mis
- Page 896 and 897: es donde quiero estar y aquí es do
- Page 898 and 899: enseguida le veo como lo que es. El
- Page 900 and 901: dice algo detrás de mí. Saludo a
- Page 902 and 903: cuanto ha llegado. En ese momento,
- Page 904 and 905: dentro. Miro otra vez la hoja que t
- Page 906 and 907: A través de la ventana veo abrirse
- Page 908 and 909: preocupación, una mirada que dura
- Page 910 and 911: Sarah debe de haber puesto el pudí
- Page 912 and 913: mi derecha las aulas desdibujadas.
- Page 914 and 915: figura se gira hacia mí, y aprieto
—¿Me llamarás cuando llegues a<br />
tu casa?<br />
—Claro.<br />
—Te quiero —me dice, y sonrío.<br />
—Yo también te quiero.<br />
Sarah entra en su casa, y yo<br />
vu<strong>el</strong>vo a la camioneta, donde Henri<br />
me está esperando. Tengo que buscar<br />
una manera de impedir que descubra<br />
lo que ha pasado de verdad esta<br />
noche, que nos haga irnos de<br />
Paradise. Henri arranca y conduce<br />
hacia casa.<br />
—Dime, ¿qué le ha pasado a tu<br />
chaqueta? —me pregunta.<br />
—Estaba en un armario de Mark.