1-Soy el numero Cuatro - Pittacus Lore
ebido más de la cuenta —digo, dirigiéndome más a Baines que Sam. Nos quedamos al final del camino de entrada hasta que llega Henri. Se detiene junto a nosotros, sale de la camioneta y mira la casa humeante a lo lejos. —Diablos. Prométeme que no has tenido nada que ver con esto —me dice. —No he tenido nada que ver —le aseguro. Nos metemos en la camioneta. Henri la pone en marcha sin dejar de mirar los escombros carbonizados. —Oléis a humo —dice.
Nadie le contesta, y hacemos el resto del camino en silencio, con Sarah sentada en mi regazo. Dejamos primero a Sam, y después Henri conduce la camioneta de nuevo hacia la carretera, en dirección a la casa de Sarah. —No quiero separarme de ti esta noche —me dice Sarah. —Yo tampoco quiero separarme de ti. Cuando llegamos a su casa, me bajo con ella y la acompaño hasta la puerta. Le cuesta separarse de mí cuando le doy un abrazo de buenas noches.
- Page 814 and 815: de ellos (no sé cuál) echa la pot
- Page 816 and 817: palabra, por lo que apenas sé nada
- Page 818 and 819: —No me machaco. —Bueno, pues no
- Page 820 and 821: en un rincón de la sala. Los jugad
- Page 822 and 823: Llegan otros más subiendo por la e
- Page 824 and 825: Desesperado. —Déjalo —le digo
- Page 826 and 827: de nosotros. Sólo entonces se toma
- Page 828 and 829: de ella surge una densa humareda ne
- Page 830 and 831: —¿Dónde está Sarah? —le preg
- Page 832 and 833: CAPÍTULO VEINTISÉIS NADIE HABLA.
- Page 834 and 835: ladrar. Pero no cesan, y para él c
- Page 836 and 837: del chasquido y el zumbido de las l
- Page 838 and 839: en el suelo, y de la sorpresa abro
- Page 840 and 841: directamente las llamas sin que me
- Page 842 and 843: abertura que necesitamos. Miro a Sa
- Page 844 and 845: va a parar a la oreja. Me siento en
- Page 846 and 847: El bosque es espeso. Todavía brill
- Page 848 and 849: —Sígueme. —¿Adónde vamos?
- Page 850 and 851: quedarme, o de no tener que pagar l
- Page 852 and 853: dice. —Sí. La miro a los ojos, d
- Page 854 and 855: ocurre. La casa se ha desplomado so
- Page 856 and 857: incendio. Había saltado desde la v
- Page 858 and 859: ¿Tengo pinta de haber estado en un
- Page 860 and 861: tampoco la he salvado a ella ni a l
- Page 862 and 863: mano, mientras marco el número de
- Page 866 and 867: —¿Me llamarás cuando llegues a
- Page 868 and 869: dice, y se vuelve hacia mí, estudi
- Page 870 and 871: ojos abiertos de par en par. A las
- Page 872 and 873: —¿Cómo tienes la cabeza? —Dol
- Page 874 and 875: demás. —No volví a entrar —le
- Page 876 and 877: el pecho, ni lo que pueda traer el
- Page 878 and 879: Henri sigue en su habitación, con
- Page 880 and 881: mejor. No entré en esa casa. No te
- Page 882 and 883: quiero, él me quiere, y no deseo d
- Page 884 and 885: mundo puede apañarse sin mí, sin
- Page 886 and 887: de catarsis, pero no se produce. S
- Page 888 and 889: coches en el aparcamiento, y dentro
- Page 890 and 891: para mal. Él abre los ojos un inst
- Page 892 and 893: Pero él no me presta atención. Co
- Page 894 and 895: casa. La prueba está aquí, en mis
- Page 896 and 897: es donde quiero estar y aquí es do
- Page 898 and 899: enseguida le veo como lo que es. El
- Page 900 and 901: dice algo detrás de mí. Saludo a
- Page 902 and 903: cuanto ha llegado. En ese momento,
- Page 904 and 905: dentro. Miro otra vez la hoja que t
- Page 906 and 907: A través de la ventana veo abrirse
- Page 908 and 909: preocupación, una mirada que dura
- Page 910 and 911: Sarah debe de haber puesto el pudí
- Page 912 and 913: mi derecha las aulas desdibujadas.
Nadie le contesta, y hacemos <strong>el</strong><br />
resto d<strong>el</strong> camino en silencio, con<br />
Sarah sentada en mi regazo. Dejamos<br />
primero a Sam, y después Henri<br />
conduce la camioneta de nuevo hacia<br />
la carretera, en dirección a la casa de<br />
Sarah.<br />
—No quiero separarme de ti esta<br />
noche —me dice Sarah.<br />
—Yo tampoco quiero separarme<br />
de ti.<br />
Cuando llegamos a su casa, me<br />
bajo con <strong>el</strong>la y la acompaño hasta la<br />
puerta. Le cuesta separarse de mí<br />
cuando le doy un abrazo de buenas<br />
noches.