1-Soy el numero Cuatro - Pittacus Lore
va a parar a la oreja. Me siento en la hierba para recuperar el aliento. Sarah sigue en mis brazos. Las suelas de mis zapatos se han fundido. Mi camisa ha ardido por completo, y también la mayor parte de mis vaqueros. Unos leves cortes me recorren los brazos. Pero yo no me he quemado en absoluto. Bulldozer se me acerca y me lame la mano. Le acaricio. —Eres un perro bueno —digo entre los sollozos de Sarah—. Anda, ve a por tu hermanita y vuelve con la gente. A lo lejos se oyen unas sirenas que
deberían llegar dentro de un minuto o dos. El bosque queda a unos cien metros de la parte trasera de la casa. Los dos perros me miran, sentados. Les señalo con la cabeza hacia la muchedumbre y, como si me hubiesen entendido, los dos se levantan y se ponen a caminar hacia allí. Sarah todavía está en mis brazos. Tras moverla un poco para acunarla en ellos, me levanto y me dirijo al bosque, llevándola en brazos mientras ella llora sobre mi hombro. Justo mientras entro en el bosque, oigo al gentío estallar en vítores. Deben de haber visto a Bulldozer y a Abby.
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- Page 796 and 797: vista hacia mí. —¿De quién es
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- Page 800 and 801: mira, pestañeando al acercarse. Si
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- Page 804 and 805: este momento, en cualquier caso.
- Page 806 and 807: —Portaos bien, chicos —dice la
- Page 808 and 809: —Porque hace sólo tres meses, el
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- Page 812 and 813: —No te olvides de hacerle algún
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- Page 848 and 849: —Sígueme. —¿Adónde vamos?
- Page 850 and 851: quedarme, o de no tener que pagar l
- Page 852 and 853: dice. —Sí. La miro a los ojos, d
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- Page 860 and 861: tampoco la he salvado a ella ni a l
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- Page 892 and 893: Pero él no me presta atención. Co
deberían llegar dentro de un minuto o<br />
dos. El bosque queda a unos cien<br />
metros de la parte trasera de la casa.<br />
Los dos perros me miran, sentados.<br />
Les señalo con la cabeza hacia la<br />
muchedumbre y, como si me hubiesen<br />
entendido, los dos se levantan y se<br />
ponen a caminar hacia allí. Sarah<br />
todavía está en mis brazos. Tras<br />
moverla un poco para acunarla en<br />
<strong>el</strong>los, me levanto y me dirijo al<br />
bosque, llevándola en brazos mientras<br />
<strong>el</strong>la llora sobre mi hombro. Justo<br />
mientras entro en <strong>el</strong> bosque, oigo al<br />
gentío estallar en vítores. Deben de<br />
haber visto a Bulldozer y a Abby.