1-Soy el numero Cuatro - Pittacus Lore
Llegan otros más subiendo por la escalera, Mark James entre ellos. Hay miedo en sus ojos. Huelo a humo por primera vez. Miro a Sam y le digo: —Salid afuera. Él asiente, coge a Emily de la mano y los dos salen juntos. Algunos de los demás los siguen, pero otros se quedan donde están, observando con curiosidad ebria. Un pequeño grupo se queda ahí embobado, dando palmaditas en la espalda a los futbolistas mientras estos suben y bajan por la escalera del sótano, animándoles como si todo fuera una broma.
Me meto en la cocina y cojo el cacharro más grande que queda, una olla metálica de tamaño medio. Lo lleno de agua y bajo al sótano. Todos lo han desalojado excepto los que luchamos contra el incendio, que es mucho mayor de lo que esperaba. La mitad del sótano es pasto de las llamas. Intentar contenerlo con la poca agua que traigo es inútil. En lugar de eso, suelto la olla y vuelvo a subir a toda velocidad. Mark baja disparado en ese momento, y le paro en mitad de la escalera. Tiene los ojos bañados en alcohol, pero a través de ellos veo que está aterrorizado.
- Page 772 and 773: sobrevuela, graznando con fuerza.
- Page 774 and 775: —Pues ven a darme calor — conte
- Page 776 and 777: pregunta Sarah. —No lo sé. Es un
- Page 778 and 779: encima del hombro de Henri. —¿Qu
- Page 780 and 781: —Eso es. No es que no quisiera ha
- Page 782 and 783: —Que tengas un buen día. No te m
- Page 784 and 785: mueca—. Mi tía me ha obligado a
- Page 786 and 787: qué hacer con las manos. Pero ahor
- Page 788 and 789: —Creo que a Sam le gusta Emily Kn
- Page 790 and 791: Henri está esperándome cuando sue
- Page 792 and 793: Argentina. —Por cierto, Sam ha tr
- Page 794 and 795: sea. La expectación que me produce
- Page 796 and 797: vista hacia mí. —¿De quién es
- Page 798 and 799: temperaturas superiores a diez grad
- Page 800 and 801: mira, pestañeando al acercarse. Si
- Page 802 and 803: entrada y coge la carretera, y al c
- Page 804 and 805: este momento, en cualquier caso.
- Page 806 and 807: —Portaos bien, chicos —dice la
- Page 808 and 809: —Porque hace sólo tres meses, el
- Page 810 and 811: Emily está en la otra punta del sa
- Page 812 and 813: —No te olvides de hacerle algún
- Page 814 and 815: de ellos (no sé cuál) echa la pot
- Page 816 and 817: palabra, por lo que apenas sé nada
- Page 818 and 819: —No me machaco. —Bueno, pues no
- Page 820 and 821: en un rincón de la sala. Los jugad
- Page 824 and 825: Desesperado. —Déjalo —le digo
- Page 826 and 827: de nosotros. Sólo entonces se toma
- Page 828 and 829: de ella surge una densa humareda ne
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- Page 834 and 835: ladrar. Pero no cesan, y para él c
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- Page 852 and 853: dice. —Sí. La miro a los ojos, d
- Page 854 and 855: ocurre. La casa se ha desplomado so
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Llegan otros más subiendo por la<br />
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miedo en sus ojos. Hu<strong>el</strong>o a humo por<br />
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Él asiente, coge a Emily de la<br />
mano y los dos salen juntos. Algunos<br />
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quedan donde están, observando con<br />
curiosidad ebria. Un pequeño grupo se<br />
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