1-Soy el numero Cuatro - Pittacus Lore
de ellos (no sé cuál) echa la pota en el baño, de modo que el olor a vómito acaba impregnando toda la planta. Otro pierde el conocimiento en el sofá del salón y algunos de sus compañeros le pintan la cara con rotulador. La gente no deja de ir y venir por la puerta del sótano. No tengo ni idea de qué está pasando allí abajo. Llevo diez minutos sin ver a Sarah, así que dejo a Sam y, atravesando el salón y la cocina, subo a la planta de arriba. El suelo está cubierto de una moqueta blanca y espesa, y las paredes, de cuadros y retratos de familia. Algunas de las puertas de los dormitorios están
abiertas, y otras, cerradas. No localizo a Sarah. Bajo otra vez. Veo que Sam está solo en un rincón, con aire huraño, y me acerco a él. —¿A qué vienen esos morros? — le pregunto, pero él se limita a menear la cabeza—. No me hagas levantarte en el aire y ponerte cabeza abajo como a ese tío de Athens. Yo sonrío, pero Sam no. —Alex Davis me ha cogido por banda —dice. Alex es otro de la pandilla de Mark James, y juega de receptor en el equipo. Es un estudiante de tercero, alto y delgado. Nunca hemos cruzado
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- Page 770 and 771: árboles. Sarah lleva unas orejeras
- Page 772 and 773: sobrevuela, graznando con fuerza.
- Page 774 and 775: —Pues ven a darme calor — conte
- Page 776 and 777: pregunta Sarah. —No lo sé. Es un
- Page 778 and 779: encima del hombro de Henri. —¿Qu
- Page 780 and 781: —Eso es. No es que no quisiera ha
- Page 782 and 783: —Que tengas un buen día. No te m
- Page 784 and 785: mueca—. Mi tía me ha obligado a
- Page 786 and 787: qué hacer con las manos. Pero ahor
- Page 788 and 789: —Creo que a Sam le gusta Emily Kn
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- Page 798 and 799: temperaturas superiores a diez grad
- Page 800 and 801: mira, pestañeando al acercarse. Si
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- Page 808 and 809: —Porque hace sólo tres meses, el
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- Page 812 and 813: —No te olvides de hacerle algún
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- Page 862 and 863: mano, mientras marco el número de
de <strong>el</strong>los (no sé cuál) echa la pota en <strong>el</strong><br />
baño, de modo que <strong>el</strong> olor a vómito<br />
acaba impregnando toda la planta.<br />
Otro pierde <strong>el</strong> conocimiento en <strong>el</strong> sofá<br />
d<strong>el</strong> salón y algunos de sus compañeros<br />
le pintan la cara con rotulador. La<br />
gente no deja de ir y venir por la<br />
puerta d<strong>el</strong> sótano. No tengo ni idea de<br />
qué está pasando allí abajo. Llevo diez<br />
minutos sin ver a Sarah, así que dejo a<br />
Sam y, atravesando <strong>el</strong> salón y la<br />
cocina, subo a la planta de arriba. El<br />
su<strong>el</strong>o está cubierto de una moqueta<br />
blanca y espesa, y las paredes, de<br />
cuadros y retratos de familia. Algunas<br />
de las puertas de los dormitorios están