1-Soy el numero Cuatro - Pittacus Lore
tenemos once días de vacaciones por Navidad. Sam y su madre pasan casi todos los días de visita en casa de su tía de Illinois. Sarah se queda en casa. Pasamos juntos las Navidades, y nos besamos al toque de medianoche en Nochevieja. A pesar de la nieve y el frío, o tal vez para demostrar que no nos intimidan, salimos a dar largos paseos por el bosque de detrás de mi casa, cogiéndonos la mano, besándonos, respirando el gélido aire bajo el pesado cielo gris del invierno. Cada vez pasamos más tiempo juntos. No transcurre ni un solo día durante las vacaciones en que no nos veamos
por lo menos una vez. Caminamos cogidos de la mano bajo un dosel blanco formado por la nieve acumulada sobre las ramas de los árboles. Ella lleva su cámara consigo, y de vez en cuando se detiene para hacer fotos. La mayor parte de la nieve que hay en el suelo permanece intacta, aparte del camino que hemos dejado marcado a la ida. Este rastro es el que estamos siguiendo ahora, detrás de Bernie Kosar, que entra y sale disparado de las zarzas en pos de los conejos que se esconden en los matojos y espinos, y de las ardillas que trepan a los
- Page 718 and 719: metal de algún tipo y diversas her
- Page 720 and 721: la levanto del suelo y la hago gira
- Page 722 and 723: Cojo su equipaje y entramos juntos
- Page 724 and 725: eso en la mejilla. Después, me aca
- Page 726 and 727: cintura. Noto sus finos contornos b
- Page 728 and 729: mundo. De repente, la puerta del sa
- Page 730 and 731: hubierais dicho —dice Sarah, con
- Page 732 and 733: parándonos de vez en cuando para b
- Page 734 and 735: Me encojo de hombros. —No lo sé.
- Page 736 and 737: sentimientos profundos hacia Sarah,
- Page 738 and 739: estábamos en este planeta con much
- Page 740 and 741: a Sarah. Pienso en lo que me ha dic
- Page 742 and 743: ojo y verde. Empiezan siendo fuegos
- Page 744 and 745: de pie en la puerta, con los ojos f
- Page 746 and 747: cubierto de sudor, mugre y sangre.
- Page 748 and 749: de bombas, los grandes destellos de
- Page 750 and 751: en el fondo y empieza a guiar a los
- Page 752 and 753: a mí. Los ojos se me abren como po
- Page 754 and 755: salió después de nosotros. Vi que
- Page 756 and 757: jugaba en el jardín de la casa de
- Page 758 and 759: —Bueno, ¿y adónde se fueron? ¿
- Page 760 and 761: voz, aunque ya conozco la respuesta
- Page 762 and 763: nosotros, en la nave espacial, just
- Page 764 and 765: cabeza, como lo sería para cualqui
- Page 766 and 767: Durante la segunda mitad de la llam
- Page 770 and 771: árboles. Sarah lleva unas orejeras
- Page 772 and 773: sobrevuela, graznando con fuerza.
- Page 774 and 775: —Pues ven a darme calor — conte
- Page 776 and 777: pregunta Sarah. —No lo sé. Es un
- Page 778 and 779: encima del hombro de Henri. —¿Qu
- Page 780 and 781: —Eso es. No es que no quisiera ha
- Page 782 and 783: —Que tengas un buen día. No te m
- Page 784 and 785: mueca—. Mi tía me ha obligado a
- Page 786 and 787: qué hacer con las manos. Pero ahor
- Page 788 and 789: —Creo que a Sam le gusta Emily Kn
- Page 790 and 791: Henri está esperándome cuando sue
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- Page 794 and 795: sea. La expectación que me produce
- Page 796 and 797: vista hacia mí. —¿De quién es
- Page 798 and 799: temperaturas superiores a diez grad
- Page 800 and 801: mira, pestañeando al acercarse. Si
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- Page 816 and 817: palabra, por lo que apenas sé nada
por lo menos una vez.<br />
Caminamos cogidos de la mano<br />
bajo un dos<strong>el</strong> blanco formado por la<br />
nieve acumulada sobre las ramas de<br />
los árboles. Ella lleva su cámara<br />
consigo, y de vez en cuando se<br />
detiene para hacer fotos. La mayor<br />
parte de la nieve que hay en <strong>el</strong> su<strong>el</strong>o<br />
permanece intacta, aparte d<strong>el</strong> camino<br />
que hemos dejado marcado a la ida.<br />
Este rastro es <strong>el</strong> que estamos<br />
siguiendo ahora, detrás de Bernie<br />
Kosar, que entra y sale disparado de<br />
las zarzas en pos de los conejos que<br />
se esconden en los matojos y espinos,<br />
y de las ardillas que trepan a los