1-Soy el numero Cuatro - Pittacus Lore
cintura. Noto sus finos contornos bajo la punta de mis dedos, el sabor a frutas de su brillo de labios. La acerco más a mí. Siento la necesidad de estar todavía más cerca de ella, aunque nuestros cuerpos están apretados el uno contra el otro. Mi mano sube por su espalda, palpando la suave porcelana de su piel. Ella pasa los dedos por mi pelo, y la respiración de los dos se agita. Caemos sobre la cama, de lado. Cerramos los ojos, pero yo los abro de vez en cuando para poder verla. La habitación está a oscuras, aparte de la luz de la luna que entra por las ventanas. Me
descubre observándola y dejamos de besarnos. Apoya su frente en la mía y me mira fijamente. Después, apoya la mano en mi nuca para acercarme a ella, y de pronto estamos besándonos otra vez. Cada uno envolviendo al otro. Entrelazados. Con los brazos estrechando al otro. Mi mente se libera de cada azote que suele asaltarme, de todo pensamiento sobre otros planetas, sobre el asedio y la persecución de los mogadorianos. Sólo estamos Sarah y yo en la cama, besándonos, sumergiéndonos el uno en el otro. Nada más importa en el
- Page 676 and 677: —¿Qué? —Dijeron que estarían
- Page 678 and 679: seguramente quedaremos al descubier
- Page 680 and 681: ajo nosotros, y gente caminando por
- Page 682 and 683: la camioneta de Henri porque lo má
- Page 684 and 685: —No, no puedo volar. Soy inmune a
- Page 686 and 687: hacer es guardarnos el secreto. Si
- Page 688 and 689: camioneta. Tenemos que irnos de aqu
- Page 690 and 691: pero los que lo han hecho bastan. H
- Page 692 and 693: Tengo quince años. Ya no soy un ni
- Page 694 and 695: No pienso irme. No pienso huir. Me
- Page 696 and 697: mi vida entera está consagrada a m
- Page 698 and 699: CAPÍTULO VEINTIDÓS EL INVIERNO LL
- Page 700 and 701: levantar más de una cosa a la vez.
- Page 702 and 703: presencia mi entrenamiento. —¿Cu
- Page 704 and 705: —Si te agobias, lánzate sobre la
- Page 706 and 707: como si estuviera flotando. Me aden
- Page 708 and 709: impulso el cuerpo hacia delante y d
- Page 710 and 711: El árbol muerto tiene un aspecto f
- Page 712 and 713: hacia mi interior; una instantánea
- Page 714 and 715: Tumbado en la nieve, miro los finos
- Page 716 and 717: sujeta una especie de sello con una
- Page 718 and 719: metal de algún tipo y diversas her
- Page 720 and 721: la levanto del suelo y la hago gira
- Page 722 and 723: Cojo su equipaje y entramos juntos
- Page 724 and 725: eso en la mejilla. Después, me aca
- Page 728 and 729: mundo. De repente, la puerta del sa
- Page 730 and 731: hubierais dicho —dice Sarah, con
- Page 732 and 733: parándonos de vez en cuando para b
- Page 734 and 735: Me encojo de hombros. —No lo sé.
- Page 736 and 737: sentimientos profundos hacia Sarah,
- Page 738 and 739: estábamos en este planeta con much
- Page 740 and 741: a Sarah. Pienso en lo que me ha dic
- Page 742 and 743: ojo y verde. Empiezan siendo fuegos
- Page 744 and 745: de pie en la puerta, con los ojos f
- Page 746 and 747: cubierto de sudor, mugre y sangre.
- Page 748 and 749: de bombas, los grandes destellos de
- Page 750 and 751: en el fondo y empieza a guiar a los
- Page 752 and 753: a mí. Los ojos se me abren como po
- Page 754 and 755: salió después de nosotros. Vi que
- Page 756 and 757: jugaba en el jardín de la casa de
- Page 758 and 759: —Bueno, ¿y adónde se fueron? ¿
- Page 760 and 761: voz, aunque ya conozco la respuesta
- Page 762 and 763: nosotros, en la nave espacial, just
- Page 764 and 765: cabeza, como lo sería para cualqui
- Page 766 and 767: Durante la segunda mitad de la llam
- Page 768 and 769: tenemos once días de vacaciones po
- Page 770 and 771: árboles. Sarah lleva unas orejeras
- Page 772 and 773: sobrevuela, graznando con fuerza.
- Page 774 and 775: —Pues ven a darme calor — conte
cintura. Noto sus finos contornos bajo<br />
la punta de mis dedos, <strong>el</strong> sabor a<br />
frutas de su brillo de labios. La acerco<br />
más a mí. Siento la necesidad de estar<br />
todavía más cerca de <strong>el</strong>la, aunque<br />
nuestros cuerpos están apretados <strong>el</strong><br />
uno contra <strong>el</strong> otro. Mi mano sube por<br />
su espalda, palpando la suave<br />
porc<strong>el</strong>ana de su pi<strong>el</strong>. Ella pasa los<br />
dedos por mi p<strong>el</strong>o, y la respiración de<br />
los dos se agita. Caemos sobre la<br />
cama, de lado. Cerramos los ojos,<br />
pero yo los abro de vez en cuando<br />
para poder verla. La habitación está a<br />
oscuras, aparte de la luz de la luna<br />
que entra por las ventanas. Me