1-Soy el numero Cuatro - Pittacus Lore
Sam se gira y mira al hombre, que ya está a cincuenta metros de distancia. Después, se vuelve de nuevo hacia mí. —Está bien, lo haré —dice—. Pero ten cuidado ahí dentro. —Ten cuidado tú también. No le pierdas de vista. Pero no dejes que te vea. —Cuenta conmigo. Dicho esto, se da la vuelta y se apresura a seguir al hombre. Les veo alejarse y, una vez desaparecen de mi vista, me encamino hacia la casa. Las ventanas están oscuras, cubiertas por estores blancos. No veo lo que hay
dentro. Rodeo la casa hacia la parte de atrás. Hay un pequeño patio de cemento que da a una puerta trasera, cerrada con llave. Termino de dar la vuelta a la casa, entre matojos y césped que no se han cortado desde el verano. Tanteo una ventana. Cerrada. Todas están cerradas por dentro. ¿Y si rompo una? Busco piedras entre las zarzas y, en el mismo instante en que veo una y la levanto del suelo con mi mente, me asalta una idea, una idea tan loca que incluso podría funcionar. Dejo caer la piedra y me dirijo a la puerta de atrás. Tiene una cerradura simple, sin pestillo. Hago una
- Page 566 and 567: ella. Vuelvo a entrar. Miro fijamen
- Page 568 and 569: desencadenan los legados. Seguro qu
- Page 570 and 571: Dejo caer la esquirla y salgo pitan
- Page 572 and 573: ella, trazando un arco con la mano
- Page 574 and 575: necesito ayuda. Otro silencio, y en
- Page 576 and 577: una macetilla con planta junto a la
- Page 578 and 579: sudor. Echa un vistazo en derredor
- Page 580 and 581: —Anda ya —dice. Niego con la ca
- Page 582 and 583: —¿Era el artículo sobre los mog
- Page 584 and 585: —¿Y por qué no llamas a la poli
- Page 586 and 587: Yo respondo negando con la cabeza.
- Page 588 and 589: —Ocho años. ¿Y por qué no debe
- Page 590 and 591: qué esperar cuando lleguemos. Y, s
- Page 592 and 593: de metros por detrás y finjo estar
- Page 594 and 595: hierba cortada hace mucho. Sam enci
- Page 596 and 597: años. Está exactamente igual. —
- Page 598 and 599: poquito a poco. Luego, cierro la pu
- Page 600 and 601: —Y… allá… vamos —anuncia,
- Page 602 and 603: —Y yo. —¿Tienes algún plan pa
- Page 604 and 605: otado de entre los árboles. A la m
- Page 606 and 607: —Un kilómetro o así. —¿Quier
- Page 608 and 609: espondo, y miro a Bernie Kosar—.
- Page 610 and 611: para venir aquí. De hecho, ya le h
- Page 612 and 613: las 11.12 de la noche. Llamo a Henr
- Page 614 and 615: tulipanes en la mano, como si se lo
- Page 618 and 619: profunda inspiración, cierro los o
- Page 620 and 621: lado de la puerta, una escalera asc
- Page 622 and 623: —Estoy buscando a un amigo. Ha ve
- Page 624 and 625: hombre baja otro escalón. Sólo no
- Page 626 and 627: diferencia de los pósteres de Sam,
- Page 628 and 629: tocándole. No le llega el aire, y
- Page 630 and 631: Le echo los brazos hacia atrás, lo
- Page 632 and 633: atadas tras él, y los tobillos anu
- Page 634 and 635: —No había otra forma. —¿En qu
- Page 636 and 637: y retrocedo un paso. Me planteo usa
- Page 638 and 639: —Pero ¿qué…? Aprovechando que
- Page 640 and 641: alivio en su voz que casi espero ve
- Page 642 and 643: Sam. Y es entonces cuando le oímos
- Page 644 and 645: mientras el silencio invade mis oí
- Page 646 and 647: escalera da media vuelta y hace ade
- Page 648 and 649: insiste Sam, suplicándonos con una
- Page 650 and 651: Mogador. Arrasaron Lorien en busca
- Page 652 and 653: verdad. —Vaya… —dice Sam, y s
- Page 654 and 655: subimos a la buhardilla. El hombre
- Page 656 and 657: atrapado a Sam en el aire, sé que
- Page 658 and 659: esa misma noche. —¿Qué aspecto
- Page 660 and 661: antes. —¿Cómo sabes que eran mo
- Page 662 and 663: que nos llamó ya no volvió a cont
- Page 664 and 665: su voz se apaga—. Pero en el mism
Sam se gira y mira al hombre, que<br />
ya está a cincuenta metros de<br />
distancia. Después, se vu<strong>el</strong>ve de nuevo<br />
hacia mí.<br />
—Está bien, lo haré —dice—.<br />
Pero ten cuidado ahí dentro.<br />
—Ten cuidado tú también. No le<br />
pierdas de vista. Pero no dejes que te<br />
vea.<br />
—Cuenta conmigo.<br />
Dicho esto, se da la vu<strong>el</strong>ta y se<br />
apresura a seguir al hombre. Les veo<br />
alejarse y, una vez desaparecen de mi<br />
vista, me encamino hacia la casa. Las<br />
ventanas están oscuras, cubiertas por<br />
estores blancos. No veo lo que hay