1-Soy el numero Cuatro - Pittacus Lore
—Y… allá… vamos —anuncia, levantando el pie del freno al decir la última palabra. La camioneta se abalanza por el camino de entrada. Sam pisa el freno de golpe y nos detenemos con un chirrido. Luego, se pone en marcha otra vez y avanza por el camino, más lentamente esta vez, hasta llegar al final. Allí se detiene, mira a ambos lados y gira para tomar la carretera. Una vez más, empieza despacio, y después va acelerando. Está tenso, inclinado hacia delante, pero al cabo de un kilómetro, una sonrisa empieza a formarse en su cara.
—Pues no es tan difícil —dice, apoyando la espalda en el asiento. —Has nacido para esto. Conduce manteniéndose cerca de la línea continua del lado derecho de la carretera y se tensa cada vez que un vehículo pasa en sentido opuesto, pero al cabo de un rato se relaja y presta menos atención a los demás vehículos. Toma un desvío, luego otro, y veinticinco minutos más tarde nos incorporamos a la autopista interestatal. —No me puedo creer que estemos haciendo esto —dice Sam al fin—. Es lo más fuerte que he hecho nunca.
- Page 550 and 551: eso muy largo. Respiro profundament
- Page 552 and 553: esarte después —le susurro. Ella
- Page 554 and 555: Verlos me hace desear que Henri y y
- Page 556 and 557: —Le acabo de llamar. Dice que…
- Page 558 and 559: tiempo. Me preguntan sobre mi pasad
- Page 560 and 561: autobús, pero tardaría demasiado.
- Page 562 and 563: con expresión perpleja. Está boqu
- Page 564 and 565: delicadeza. Espero que no sea por
- Page 566 and 567: ella. Vuelvo a entrar. Miro fijamen
- Page 568 and 569: desencadenan los legados. Seguro qu
- Page 570 and 571: Dejo caer la esquirla y salgo pitan
- Page 572 and 573: ella, trazando un arco con la mano
- Page 574 and 575: necesito ayuda. Otro silencio, y en
- Page 576 and 577: una macetilla con planta junto a la
- Page 578 and 579: sudor. Echa un vistazo en derredor
- Page 580 and 581: —Anda ya —dice. Niego con la ca
- Page 582 and 583: —¿Era el artículo sobre los mog
- Page 584 and 585: —¿Y por qué no llamas a la poli
- Page 586 and 587: Yo respondo negando con la cabeza.
- Page 588 and 589: —Ocho años. ¿Y por qué no debe
- Page 590 and 591: qué esperar cuando lleguemos. Y, s
- Page 592 and 593: de metros por detrás y finjo estar
- Page 594 and 595: hierba cortada hace mucho. Sam enci
- Page 596 and 597: años. Está exactamente igual. —
- Page 598 and 599: poquito a poco. Luego, cierro la pu
- Page 602 and 603: —Y yo. —¿Tienes algún plan pa
- Page 604 and 605: otado de entre los árboles. A la m
- Page 606 and 607: —Un kilómetro o así. —¿Quier
- Page 608 and 609: espondo, y miro a Bernie Kosar—.
- Page 610 and 611: para venir aquí. De hecho, ya le h
- Page 612 and 613: las 11.12 de la noche. Llamo a Henr
- Page 614 and 615: tulipanes en la mano, como si se lo
- Page 616 and 617: Sam se gira y mira al hombre, que y
- Page 618 and 619: profunda inspiración, cierro los o
- Page 620 and 621: lado de la puerta, una escalera asc
- Page 622 and 623: —Estoy buscando a un amigo. Ha ve
- Page 624 and 625: hombre baja otro escalón. Sólo no
- Page 626 and 627: diferencia de los pósteres de Sam,
- Page 628 and 629: tocándole. No le llega el aire, y
- Page 630 and 631: Le echo los brazos hacia atrás, lo
- Page 632 and 633: atadas tras él, y los tobillos anu
- Page 634 and 635: —No había otra forma. —¿En qu
- Page 636 and 637: y retrocedo un paso. Me planteo usa
- Page 638 and 639: —Pero ¿qué…? Aprovechando que
- Page 640 and 641: alivio en su voz que casi espero ve
- Page 642 and 643: Sam. Y es entonces cuando le oímos
- Page 644 and 645: mientras el silencio invade mis oí
- Page 646 and 647: escalera da media vuelta y hace ade
- Page 648 and 649: insiste Sam, suplicándonos con una
—Pues no es tan difícil —dice,<br />
apoyando la espalda en <strong>el</strong> asiento.<br />
—Has nacido para esto.<br />
Conduce manteniéndose cerca de<br />
la línea continua d<strong>el</strong> lado derecho de<br />
la carretera y se tensa cada vez que<br />
un vehículo pasa en sentido opuesto,<br />
pero al cabo de un rato se r<strong>el</strong>aja y<br />
presta menos atención a los demás<br />
vehículos. Toma un desvío, luego otro,<br />
y veinticinco minutos más tarde nos<br />
incorporamos a la autopista<br />
interestatal.<br />
—No me puedo creer que estemos<br />
haciendo esto —dice Sam al fin—. Es<br />
lo más fuerte que he hecho nunca.